El 45 % de la población mundial habla una familia de lenguas conocidas como “indoeuropeas” – que en Medio Oriente no incluye a la familia de lenguas semítica, aunque en la zona sí están incluidos el iraní (persa), y el kurdo es parte de esa familia.
La primera hipótesis sobre la existencia de una familia lingüística indoeuropea fue propuesta en la segunda mitad del siglo XVIII por el filólogo británico sir William Jones, quien notó varias similitudes entre cuatro de los idiomas conocidos más antiguos: el sánscrito, el latín, el griego y el persa.
El idioma común ancestral se conoce como proto-indoeuropeo, y los expertos lo datan en el año 3500 antes de la era cristiana. No hay legado escrito de ese idioma, y se llega a él a través de pistas filológicas. Existe desacuerdo en torno al punto geográfico en el que se originó.
No vamos aquí a hacer una reseña académica, vamos a compartir algunas de las maravillas culturales que nos provee la filología.
La mayoría de ustedes habrá oído hablar del dios griego Zeus, o Zeus-padre. Pues el filólogo y políglota británico William Jones (que vivió en la India colonial en el siglo XVIII), encontró algunas conexiones muy interesantes que veremos a continuación.
Muchas palabras en sánscrito (al que Jones tuvo que estudiar junto a eruditos indios dado que es una lengua muerta) recuerdan al latín. Por ejemplo, la palabra “madre”, en sánscrito es “mátar”. En persa es “mádar”, en latín “mater”, y en inglés “mother”.
La expresión “rey de los dioses” en sánscrito es Diaus-Pitar, que se traduce literalmente como “Padre del Cielo”. Pitar en sánscrito es padre, en griego pater. Diaus-Pitar en griego antiguo es Zeu-Pater, expresión que se sintetizó luego como “Zeus”.
El rey de los dioses latinos es Iu-Peter, o más conocido como “Júpiter”. Peter en latín es padre. El parecido entre pitar, pater y peter no podía pasar desapercibido para Jones.
Próximamente, entregaremos un artículo sobre la cultura de los indoeuropeos. Una pista sobre su historia particular: desarrollaron tolerancia a la lactosa