Roie Jellinek *
En 1992, poco después de la caída de la Unión Soviética, tanto Estados Unidos como Israel establecieron relaciones diplomáticas con Georgia, misma que había sido liberada de las garras del bloque soviético y se establecía como un Estado independiente. Desde entonces y hasta la actualidad, las relaciones entre los tres países se han fortalecido en todos los ámbitos: diplomacia, seguridad y comercio
Las relaciones de Georgia con Israel han aumentado desde el establecimiento de relaciones diplomáticas bilaterales el 1 de junio de 1992. La fuerza de la relación fue visible el 10 de agosto de 2008, cuando el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel publicó este anuncio inequívoco sobre la agresión rusa hacia Georgia: «Israel está siguiendo con gran preocupación los acontecimientos en Osetia del Sur y Abjasia y espera que la violencia termine. Israel reconoce la integridad territorial de Georgia y pide una solución pacífica».
El 15 de agosto de ese mismo año se llevó a cabo en Tel Aviv una demostración de apoyo a Georgia en la que israelíes formaron una cadena humana y exigieron que su gobierno aumentara su apoyo a Georgia. Del mismo modo, el 20 de noviembre de 2012, durante la operación “Pilar de Defensa” de las FDI en la Franja de Gaza, hubo una gran manifestación en apoyo de Israel en la capital georgiana de Tiflis. Además, la televisión georgiana transmitió informes informativos comprensivos sobre Israel y distribuyó folletos publicitarios sobre Israel en algunas escuelas.
Por su parte, los estadounidenses, al igual que los otros aliados occidentales de Georgia, condenaron la penetración de Rusia en el territorio soberano de Georgia y la intervención flagrante en sus asuntos internos. Mientras evitaba la acción militar directa, Washington utilizó aviones militares y fuerzas navales para ayudar a Georgia y señalar a los rusos sobre la dirección de su apoyo.
Georgia (en verde) e Israel
Cuando las hostilidades terminaron, Estados Unidos transfirió alrededor de 1.000 millones de dólares a Georgia para ayudarle a reparar los daños causados durante el conflicto y el 9 de enero de 2009, la Secretaria de Estado de los Estados Unidos, Condoleezza Rice junto al ministro georgiano de Relaciones Exteriores Grigol Vashadze firmaron una asociación estratégica, un documento no vinculante que delineó las áreas de cooperación, reiteró el apoyo sin reservas de Washington a la integridad territorial de Georgia y expresó el apoyo estadounidense a la candidatura de Georgia a la adhesión a la OTAN.
Georgia, quien comparte su frontera norte con Rusia y se encuentra no muy lejos de Irán, resulta geográficamente estratégica tanto para Israel como para los Estados Unidos, lo que explica en parte el apoyo de esos países. El acceso a un territorio relativamente cercano a Rusia e Irán ofrece a ambos Estados la oportunidad de un espionaje más eficaz y, en caso de que sea necesario, ataque desde una posición privilegiada. Además de las ventajas prácticas que les brinda a Israel y a los Estados Unidos por su proximidad a Irán, ambos países también necesitan el mayor número posible de aliados regionales en caso de que se involucren en hostilidades (como fue, por ejemplo, el asesinato del jefe de la fuerza Quds iraní, Qassem Soleimani, a principios de este año). Hay que recordar que Estados Unidos e Israel mantienen una relación similar con Azerbaiyán, quien comparte una larga frontera con Irán.
La cooperación entre el triángulo Georgia-EEUU-Israel se basa en valores comunes como la reverencia por la democracia y el individualismo. Otra conexión que es única para Israel y Georgia es que ambos están en el continente asiático, pero en gran medida afiliados y asociados a Europa.
Hasta 2005, Israel proporcionó una amplia asistencia en materia de seguridad a Georgia, que incluía la mejora de los aviones MiG 25, las ventas de municiones y armas pequeñas así como el suministro de expertos militares para ayudar en la capacitación de tropas sobre cómo utilizar las adquisiciones. En febrero de 2005, sin embargo, la presión rusa sobre Israel le obligó a restringir las relaciones militares con Georgia a la venta de equipos militares que no tienen fines de ataque.
Tbilisi
En junio de 2013, una gran delegación de Georgia visitó Israel, entre los visitantes destacaron el primer ministro Bidzina Ivanishvili y el ministro de Defensa Irakli Alasania, quienes iban con la intención de renovar los acuerdos de armas con Israel y adquirir armas defensivas como drones y misiles antitanque y antiaéreos. Aparentemente, ese trato no llegó a materializarse.
En cuanto a su relación con los Estados Unidos, Georgia envió a la tercera fuerza más grande (2.000 soldados) a la Segunda Guerra de Irak para luchar junto a las fuerzas estadounidenses. Además, fue el mayor contribuyente por persona a la misión dirigida por Estados Unidos en Afganistán, donde envió alrededor de 1.600 soldados.
Estados Unidos ayuda militarmente a Georgia a través de la formación y entrenamiento militar profesional, pero según datos del SIPRI, no ha vendido prácticamente ninguna arma a Georgia. Desde el establecimiento de relaciones diplomáticas hasta finales de 2018, las ventas de armas entre las partes ascendieron a sólo 25 millones de dólares. Esto podría ser por la misma razón por la que Israel dejó de vender armas a Georgia: Washington podría haber decidido que no era de su interés provocar a Moscú.
En 1996 se estableció la Cámara de Comercio Israel-Georgia con el fin de apoyar el crecimiento del comercio entre las partes. Dos años más tarde, la Cámara de Comercio de los Estados Unidos se estableció en Georgia con el mismo propósito. Sin embargo, ni Estados Unidos ni Israel son de los principales socios comerciales de Georgia. En 2017, Rusia fue su mayor destino de exportación con una participación del 13% y Turquía tuvo su mayor cuota de importación, estimada en el 17%. China siguió con un 9,4%.
La gran distancia en relación a los Estados Unidos y la falta de acceso a grandes puertos marítimos más allá del puerto de Poti, en el este del Mar Negro, dificultan el comercio entre Estados Unidos y Georgia. Por lo tanto, es comprensible que los georgianos opten por comerciar con Rusia y otros países vecinos, aunque pueden hacerlo manifestando y aplicando reservas. El comercio con China, como parte de la Iniciativa BRI del presidente chino Xi Jinping, hace posible que Georgia diversifique su economía fuera de los países cercanos. En 2017, Irán comenzó a aumentar sus lazos comerciales con Georgia, pero por el momento, ese desarrollo no ha dañado la relación de Georgia con Israel.
El turismo, un importante sector de ingresos para Georgia, ha aumentado drásticamente en las últimas dos décadas, pasando de menos de 400.000 entradas turísticas en 2000 a casi 6,5 millones en 2017. Antes del inicio en 2020 de la crisis del coronavirus, que afectó al turismo a nivel mundial, la proximidad y el atractivo de Georgia lo convirtieron en uno de los destinos de viaje preferidos por los israelíes. Sólo en 2017, más de 115.000 israelíes visitaron Georgia.
Es probable que las relaciones de Georgia con Estados Unidos e Israel sigan siendo fuertes en vista de sus valores y desafíos comunes. Rusia puede seguir amenazando la independencia y la integridad de Georgia, como lo hizo en 2008. Estados Unidos, que se enfrenta a China en algunas zonas y a Rusia en otras, seguirá apoyando a Georgia como medio de restringir a Rusia y limitar su expansión geográfica y su área de influencia.
La relación de Israel con Rusia se complica por su presencia en Siria en nombre del régimen y las relaciones con Irán. Por más cálidas que sean sus relaciones con Georgia, Israel no tiene otra opción que monitorear su comportamiento hacia ese país y asegurarse de que no cruce ciertas líneas y altere a Moscú. Dicho esto, Estados Unidos es el amigo más cercano de Israel, especialmente bajo la administración actual, y esa relación fortalece los lazos entre Israel y Georgia. Los acontecimientos recientes en Irán hacen que la conexión sea aún más estrecha.
Hace una década, Georgia todavía intentaba ponerse de pie en una región compleja y disputada. Ahora es una nación que sabe aprovechar al máximo sus beneficios, reconoce sus deficiencias y aumenta la estabilidad en la región a través de alianzas con Armenia, Azerbaiyán y Turquía. Esas alianzas regionales fortalecen sus relaciones de larga data con Estados Unidos e Israel y apoyan su desarrollo continuo en una potencia regional significativa.
Fuente: BESA Center
* Roie Yellinek es estudiante de Doctorado en la Universidad de Bar-Ilan, investigador doctorante en el Begin-Sadat Center for Strategic Studies y académico no residente en el Middle East Institute.