Si bien la prensa occidental festeja con justa razón el ultimo acuerdo de normalización entre Israel y los Emiratos Árabes, esto no significa que dentro del Medio Oriente se sienta de la misma manera. Durante la historia que representa las relaciones entre los países árabes y el mundo occidental siempre existieron las disputas basadas en las diferencias que crean las distintas creencias y tradiciones.
El Medio Oriente es una zona estratégica que permite la conexión entre países occidentales con Asia, esto es el resultado de la construcción del Canal de Suez entre los años 1859-1869 que permitió el pase de los ingleses al resto de Oriente Medio o como se le llamaba en esa época, Oriente Próximo. Al finalizar la construcción del Canal, las relaciones diplomáticas entre el mundo Occidental y Oriente Medio se establecieron a través de Egipto siendo este una provincia del Imperio Otomano, pero con grandes deseos de concretar su propia independencia lo que requería comenzar un acercamiento a los nuevos países que comenzaban a influenciar en el mercado de la zona. El acercamiento de otros países árabes con Occidente despertó la furia de la rama radical del Islam que vio amenazada su tradición por el mundo moderno, creando un conflicto interno dentro de esta sociedad entre aquellos que temían que Occidente influyera en la tradición islámica, y aquellos que querían justamente abrirse a nuevas culturas. Estas diferencias siguen hasta el día de hoy creando dos campos sociales, el pragmático y el radical, siendo el último acuerdo una victoria para el campo pragmático representado por países como Arabia Saudita, Egipto, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos, algunos apoyando el acuerdo ya sea de forma abierta o encubierta.
El campo radical liderado por Irán por el contrario se encuentra preocupado junto con Turquía y el movimiento de los «Hermanos Musulmanes». Veamos lo siguiente, dicho acuerdo debilita a Qatar, aliado de Turquía, lo que significa el fortalecimiento de los Emiratos Árabes en la zona del Golfo, y la creciente presencia de Israel.
El general de brigada Yossi Kuperwasser, jefe de la división de investigación de las Fuerzas de Defensa de Israel y exdirector general del Ministerio de Asuntos Estratégicos, actualmente investigador principal del Centro de Asuntos Públicos y Estatales de Jerusalén, nos explica en uno de sus actuales artículos que en realidad la victoria es sin duda para Arabia Saudita, archienemiga de Irán y líder del campo pragmático, y quien también es responsable del acuerdo con Israel, incluso el mismo no se podría haber hecho sin su consentimiento y es muy posible que el próximo país de firmar un acuerdo así, bien podría ser el reinado saudita.
La preocupación palestina
Dentro de la Autoridad Palestina no faltan conflictos internos, tanto el Fatah como la organización terrorista Hamas quienes no reconocen a Israel como estado judío ven el acuerdo como una puñalada en el espalda por parte del mundo árabe al igual que pasó en muchos casos durante la historia, que si bien países en el transcurso de las guerras apoyaron la causa palestina, también la abandonaron en plena batalla dejando a muchos de sus líderes con una sensación de fracaso hasta el punto tal que estos mismos al entender que no podían ganarle a Israel decidieron postergar la causa palestina en sus agendas políticas y dedicarse a sus crisis económicas y otros problemas dentro de sus gobiernos, algo que devastó a los palestinos por completo.
Entonces, para el año 2020, Israel cierra un acuerdo con Emiratos Árabes reconociendo abiertamente el estado sionista y si el objetivo de Trump es llegar a más acuerdos de este índole, lo que se podrá concretar si gana las próximas elecciones, Abu Mazen estará en grabes aprietos, ya que más países del Golfo y del resto del Medio Oriente aceptarán a Israel y el temor aquí de la Autoridad Palestina es que bajo la presión del resto del mundo, no tengan otra opción que aceptarlo también, en otras palabras: otra vez el gobierno palestino corre el riesgo de vivir el abandono en plena batalla por parte de sus supuestos aliados los países árabes.
Hoy podemos decir que la paz en Medio Oriente es posible, y no como nos quisieron vender con historias y estereotipos fabricados. Es verdad que costó llegar y para ese logro también se tuvo que conocer (y reconocer) la cultura política de la zona. Ahora pensemos: Israel firmó la paz con Egipto y Jordania, después de mucho trabajo llegó a un acuerdo con los Emiratos Árabes, hoy, llegar a una normalización generalizada en esta zona del mundo no es algo que esté tan afuera de la realidad.