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Por qué a Irán no le conviene salirse del acuerdo nuclear

Teherán estaría pensando en abandonar el JCPOA (Plan de Acción Conjunto y Completo) acuerdo internacional sobre programa nuclear iraní, como respuesta a la retirada de los Estados Unidos.
Por más que el actual presidente iraní Rouhani considere este acto perjudicial, el dilema se está discutiendo entre miembros de los partidos conservadores iraníes oponentes al acuerdo. Hasta el momento se espera la ultima palabra del líder supremo ayatolá Jamenei.
El problema comienza en el momento que Trump decide abandonar el JCPOA, y como acto seguido reimplantar las sanciones a Irán las cuales se centran en el sistema bancario iraní afectando su mercado en el rubro de petróleo y recursos financieros globales. Podemos decir que hasta la fecha la sanción que más esta afectando a Irán es la de evitar que los bancos iraníes utilicen la red de la Sociedad de Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales (SWIFT), la mayor red mundial de pagos electrónicos del mundo.
La UE, junto con China y Rusia, emprendió un esfuerzo sin precedentes para encontrar una manera de ayudar al régimen iraní como solución a las sanciones de los Estados Unidos creando un nuevo mecanismo de pago conocido como el Vehículo de Propósito Especial (SPV), un sistema de pago autónomo que le permitiría a Europa realizar transacciones con Irán mientras evita las sanciones secundarias de los EE. UU. Esto no solo ayuda a Irán a repatriar sus ingresos petroleros, sino que lo aleja del sistema financiero dominado por el dólar, un proceso que eventualmente puede socavar la efectividad de las sanciones de EE. UU. Aunque tampoco creo que sirva por mucho tiempo, el SPV es algo así como el Programa de Petróleo por Alimentos (OFP) de 1996, que solo permitió a Bagdad vender petróleo para pagar los alimentos y otras necesidades humanitarias nacionales y básicas. En términos sencillos, los compradores de petróleo iraní no pagarán directamente a Teherán, sino que depositarán los ingresos petroleros de Irán en la cuenta de una empresa de algún un país europeo.
Las diferencias internas sobre la decisión final es simple, los conservadores están convencidos que seguir en la iniciativa es la mejor opcion ya que de mientras Irán siga siendo parte del mismo, esto le otorga a Europa la seguridad que Teherán siga comprometido con los acuerdos. La idea sería crear un plan para una salida gradual del acuerdo. Irán intenta moverse en una dirección que aumente los costos para los europeos y les ofrezca dos opciones: «la bomba nuclear para Irán o la guerra contra Irán». Esto supuestamente instará a los europeos a dejar claro a Trump que si no deja de presionar a Irán, puede enfrentarse a un Irán con armas nucleares, o tendrá que pagar el precio de entrar en una guerra contra Irán. Aunque esto no suene como gran amenaza para la potencia mundial, sí lo es. Irán podría tomar represalias contra Estados Unidos en el Golfo Pérsico, Afganistán, Siria, Irak y otras regiones, generando la afluencia de inmigrantes, refugiados en Europa que llevaría a un creciente terrorismo en territorio de la UE, algo que ya no nos es tan ajeno.
Quienes apoyan el acuerdo JCPOA opinan que abandonarlo ahora le costará muy caro a Irán. Automáticamente volvería a poner en vigencia las resoluciones del CSNU (Consejo de Seguridad de Naciones Unidas) y fortalecería las sanciones multilaterales si se considera que Irán no cumple, una situación que puede hacer que Rusia y China, los aliados cercanos de Irán, se unan a Estados Unidos para sancionar a Teherán. Fararu, una empresa cercana al gobierno de Rouhani, advirtió que Irán no podrá asumir los costos de abandonar el acuerdo porque, una vez más, será identificado como una amenaza para la paz y la seguridad mundial. Según Fararu, «la mejor opción de Irán es encontrar una solución conjunta con la UE, Rusia y China para aislar a los Estados Unidos», en lugar de apresurarse a abandonar el acuerdo nuclear.
Ayatolá Jamenei, famoso por ser un intransigente, tendrá que decidir si se alía con el gobierno de Rouhani o con los conservadores. Al tomar esta decisión, tomará en consideración los costos de abandonar el trato y las posibles reacciones de los Estados Unidos, Israel y otras partes interesadas.