Yeshayahu Leibowitz, la conciencia perdida de Israel

por | Ene 25, 2020 | Cultura, Portada | 0 Comentarios

Yeshayahu Leibowitz nació en la ciudad de Riga en 1903 y murió en Jerusalén en 1994, un año después de la firma de los Acuerdos de Oslo entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina. Doctor en Filosofía en la Universidad de Berlín en 1924 y de Medicina por la Universidad de Basilea (1924). A partir de 1936 fue profesor de Bioquímica en la Universidad Hebrea de Jerusalén.

Escritor polémico en el plano teológico y político pues si bien provenía de un ambiente ortodoxo (y vivió como ortodoxo toda su vida) sus opiniones políticas distaban mucho de ser partidarias de la ocupación de territorios palestinos y fue siempre un crítico feroz de la sacralización del Estado de Israel.

Leibowitz parecería un personaje contradictorio en un primer momento: un judío ortodoxo sionista secular es como mejor puedo describirlo. Esa combinación tan poco común hace que Leibowitz me parezca un escritor central pues se atrevía a exponer sus polémicos puntos de vista en aquellos temas en los cuales la mayoría prefiere contestar desde una posición dominante y mayoritaria para no generar olas.

Entre sus obras destacan Torah u-Mitzvot ba-Zeman ha-Zeh (1954); Judaism, Jewish People, and the State of Israel] (1975); (1982). En 1982 también publicó sus escritos sobre Maimónides y sus comentarios al Pirkei Avot. Se han impreso muchos de sus comentarios y participaciones en radio y televisión.

La editorial Taurus en su colección La Huella de Otro publicó en 2000 una compilación de algunos discursos y escritos en los cuales participó Leibowitz en la década de los setentas y que giraban en torno a dos grandes temas: el análisis de la fe religiosa desde el judaísmo y su relación con los acontecimientos históricos y una opinión temprana sobre el futuro del Estado de Israel y su necesidad de negociación con los palestinos.1

Apodado “la conciencia de Israel” por Isaiah Berlin, Leibowitz es un pensador central en la filosofía y teología judía contemporánea. Sus diatribas contra el establishment rabínico en Israel levantaban tanto abucheos como aplausos. Editor en jefe de varios volúmenes de la Enciclopedia Hebraica, Leibowitz encontraría notoriedad popular por sus posiciones políticas y sus críticas a los partidos religiosos israelíes. En una fecha tan temprana como 1968 exigió el retiro de los recién conquistados territorios de Gaza y Cisjordania lo que despertó comentarios contra su persona en todos los ámbitos políticos israelíes. Para 1982, como conciencia de Israel, fue un gran opositor a la invasión israelí de Líbano e inspiró parte de la oposición a la misma.

Un año antes de su muerte Leibowitz dio un discurso en el Consejo Israel-Palestina por la Paz donde reiteró su llamado a que los soldados israelíes se negaran a realizar su servicio militar en los territorios ocupados usando un lenguaje provocador con el que comparó a las unidades especiales del ejército israelí con las SS nazis. Este discurso lo pronunció después de saberse nominado al “Premio Israel”, el más prestigioso reconocimiento del país para un civil. La Corte Suprema de Justicia presentó una apelación en su contra e Isaac Rabin amenazó con boicotear la ceremonia. Leibowitz se haría cargo de las polémicas levantadas por su discurso y declinó el reconocimiento.

A Leibowitz le encantaba generar olas, ejemplo de lo anterior lo encontramos en su respuesta a una pregunta sobre el significado religioso del Estado de Israel. Leibowitz planteó: “NO hay ningún designio ni manifestación divina en la creación del Estado de Israel y dicho Estado NO responde a ninguna necesidad religiosa (es carente de toda religiosidad) sino es producto de la historia de los judíos pues “We are fed-up with being ruled by goyim”. El filósofo de Riga también advirtió sobre el peligro que para el nacionalismo israelí tendría una exacerbación del sentimiento religioso sobre lugares como el Kotel (el Muro de los Lamentos). Los hechos y dinámicas del Israel actual demuestran que las advertencias de Leibowitz fueron ignoradas.

En su constante “desacralización” del mundo y la historia humana Leibowitz vacía de cualquier significado religioso trascendente tanto a la Shoa como al pensamiento sionista, al cual se adhiere fervientemente por razones nacionalistas y jamás religiosas. Las victorias militares israelíes y su consolidación como Estado nada tendrán que ver con la religión judía par un Leibowitz quien veía la ocupación de tierra y población palestina un terrible error que podría convertir a Israel, su país, en un proyecto colonizador, explotador y violento tal y como lo denunció meses después de finalizada la guerra de 1967. Leibowitz entendía al Estado de Israel en el devenir de la historia humana del pueblo judío y no por su relación con Dios por lo que ninguna conquista territorial implicaría un signo divino.

Considero a Leibowitz un autor fascinante, valiente e independiente que no sólo provocaba reacciones apasionadas entre sus oyentes y lectores sino también fue siempre consecuente en su pensar y actuar. Se esté o no de acuerdo con su pensamiento hay que reconocer la brillantez y consistencia de sus posiciones religiosas y políticas.

Es una pena que Leibowitz, junto a otros pensadores israelíes contemporáneos, sean desconocidos en América Latina en general y en Chile en particular, ojalá esta breve exposición del pensamiento de Leibowitz motive su lectura crítica en nuestro país.

1 “La crisis como esencia de la experiencia religiosa”. Taurus. 2000.

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