En los últimos años el Medio Oriente fue el escenario de muchos conflictos, sin embargo, la atención se ha concentrado en el palestino-israelí, más famoso en la prensa de Occidente. Esta zona tiene varios problemas, tanto sociales como económicos que atraviesan sus fronteras, con el agregado de que otros países juegan un papel principal en ellos. Cuando enfocamos más a fondo, nos damos cuenta que la exclusividad en un solo tema perjudica la posibilidad de entender la región.
Los conflictos en el Medio Oriente son un poco más complejos y multidimensionales. El mundo occidental no toma en cuenta la participación y actitud de varios países, y en caso de hacerlo, suele subestimar el avance y poder de algunos gobiernos extremistas. Por lo tanto, la consecuencia de ese enfoque parcial que olvida o subestima, los propios extremistas aprovechan la situación y sacan ventaja de ella.
El caso de Irán ilustra lo dicho y personalmente creo que es el que encabeza el conflicto principal de la región por detrás de los telones.
Si bien el conflicto palestino israelí es importante, Irán suele utilizarlo como una excusa para sus propósitos y deseos de control sobre el mundo árabe.
Si bien las aspiraciones iraníes no son desconocidas, el ejercicio periodístico interesante consiste en descubrir los movimientos de Irán de antemano. No es fácil darse cuenta de estos últimos, y este ha sido un problema tanto en el pasado como hoy.
Irán expande sus agentes por todas partes del mundo con tiempos no limitados, ya que la meta es concretar sus objetivos y no le importa el tiempo, quizás aquí esté el problema. Semejante forma de actuar es muy diferente a la cosmovisión occidental que está acostumbrada a pensar la resolución de problemas con resultados rápidos y exige al resto del mundo a seguir ese ritmo. Pero la cultura de «firmemos un contrato y acordamos todo aquí» no es la manera de actuar en el Medio Oriente.
En artículos anteriores explicó esta diferencia de cosmovisiones, aquí me concentraré remontándome hasta unos años atrás conectando las circunstancias con lo que ocurre hoy.
La actitud de EE.UU.: la victoria de Irán
Retirada de EEUU de Afganistán
El pasado 2 de julio del 2021 los Estados Unidos anunciaron su retirada de Afganistán exponiendo a su población nuevamente ante la amenaza de los talibanes. La misma actitud fue reflejada durante el periodo de Donald Trump quien bajo su presidencia afirmó que con el paso del tiempo Estados Unidos disminuirá su presencia militar en el país.
La imagen de la potencia mundial que mantiene su presencia militar en otros países del mundo nunca fue bien vista, y en el Medio Oriente este comportamiento fue duramente criticado, en especial por la República Islámica de Irán que se presenta asi misma como el país mas fuerte que logra enfrentar al que ellos llaman «el gran Satán» (EE.UU.).
En el caso de Afganistán, Irán decidió ponerse del lado de los talibanes. Estos últimos de la rama islámica sunita tienen una larga y agresiva historia de enfrentamientos con la rama chiíta a la cual pertenece Irán. Sin embargo, Irán encontró un modo de acercarse a ellos. La República Islámica llevó a cabo en 2018 una conferencia titulada “Conferencia Internacional sobre Defensa y Seguridad en Asia Occidental” que trató, entre otros temas, la lucha contra las organizaciones extremistas y la resolución de conflictos regionales junto a funcionarios políticos y de seguridad de Asia y Europa. El tema principal de la conferencia fue poner fin a la intervención estadounidense e israelí en la región, pero en especial con énfasis en lo que ocurría en Afganistán bajo la ocupación de los Estados Unidos.
Combatientes del Taliban en Afganisthan
El acercamiento iraní fue motivado al notar que durante diciembre de ese año se realizaron conversaciones en Abu Dhabi entre los Estados Unidos y los talibanes que involucraron a representantes de Arabia Saudita, el archienemigo de los iraníes.
De aquí se puede entender la preocupación de Irán de que sus enemigos tomen el control o poder de influencia en una zona que estratégicamente podría serle adversa.
En ese momento se comenzó una serie de encuentros entre funcionarios iraníes con representantes talibanes en Teherán y Afganistán dejando en claro el apoyo de Teherán sobre estos.
Para poder llevar a cabo este objetivo de lograr mayor influencia en Afganistán, Irán realizó por ese entonces dos caminos principales, el primero presentarse como un organismo mediador y moderado que mantiene contactos con el gobierno y los talibanes, y por otro sigue proporcionando armas a diversos elementos y perpetra asesinatos en suelo afgano, como ha sido revelado por funcionarios de seguridad afganos y estadounidenses.
O sea, ya por el 2018 Irán quería crear un impacto directo en los intereses de seguridad iraníes en la delicada frontera transmitiendo el mensaje de que también pueden influir (incluso negativamente) en actores y procesos clave en Afganistán. Como se mencionó, detrás de escena, Irán, a través de la Guardia Revolucionaria y el Ministerio de Inteligencia, continuó dañando a varios elementos en Afganistán, especialmente en las áreas cercanas a su frontera, mientras negaba los intereses étnico-religiosos, económicos, políticos y de seguridad.
Si leemos los informes publicados recién terminada la conferencia, veremos que esta fue un fracaso, pero si calculamos el fracaso a largo plazo la realidad nos mostró lo contrario y fue justamente la retirada de los Estados Unidos de Afganistán lo que colocó a los talibanes como triunfadores, y por detrás de los telones a Irán como de alguna manera el país que aportó a que esto ocurriera, ganándose un lugar de influencia importante en suelo afgano, lo que implicó una pérdida para los intereses sauditas.
La fantasía del mundo occidental
Parecería ser que los países participantes en las charlas de Viena sobre la situación nuclear de Irán viven en una fantasía, esa actitud de no querer ver o realmente no ver el avance iraní con su amenaza nuclear demuestra que las expectativas del mundo occidental están muy lejos de la realidad.
Encuentro de Viena de 2015
Si bien el acuerdo JCPOA del 2015 existe formalmente, Irán logró evadir gran parte de lo acordado incrementando la elaboración de uranio más de lo permitido, pero los Estados Unidos como el resto de Europa creen que podrán todavía con sus reuniones limitar el nefasto plan iraní.Según el informe de MEMRI publicado en diciembre de 2021 Irán enriqueció uranio de la siguiente manera: 3,67% a 60% en la práctica; posee un inventario de uranio enriquecido por encima de los 300 kg permitidos: 2489 kg de uranio enriquecido en varios niveles, incluidos: 113,8 kg de uranio enriquecido al 20 %, 17,7 kg de uranio enriquecido al 60 %, 1622 kg enriquecido al nivel de 2- 5% y 59 kg de uranio enriquecido al 2%; Irán utiliza conjuntos de centrífugadoras 4-IR y 6-IR de primera generación mucho más avanzadas para ello. Irán no coopera con la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), contrariamente a su obligación y no permite la inspección de sus sitios declarados (se niega a permitir la inspección o incluso a responder preguntas sobre sitios no declarados expuestos) y no coopera con la OIEA con respecto al reactor de plutonio en Arak.
Debe enfatizarse que en ninguna declaración de los altos funcionarios iraníes hay ningún compromiso por parte de Irán de volver al acuerdo de 2015 tal como está, incluso si Estados Unidos levanta todas las sanciones.
Se sabe que Irán exigió a EE.UU. una suma de 10 billones de dólares con la promesa de cumplir con lo pactado, ante esto se les cedió 3.5 billones más la cancelación de parte de las sanciones que les impedían vender petróleo a Irak. En los hechos, solo con lindas promesas, los iraníes siguieron enriqueciendo uranio, y además ¡recibieron una importante suma de dinero y ahora pueden vender su petróleo!
Estimados lectores, si pensaban que los iraníes se conformaron con esto están equivocados, el gobierno iraní sigue exigiendo la suma de 10 billones de dólares como condición para dialogar con los Estados Unidos.
Lo que el lado americano no entiende es la base ideológica de la cultura política de Irán, ya que el gobierno iraní es el principal proveedor de la imagen de Estados Unidos como el gran Satán, no puede hacer público un diálogo amistoso entre los dos lados. Estaría en contra de la imagen que Irán intenta reflejar al mundo árabe, por ello, las tácticas de dilación y extorsión económica muestran a Irán como la parte fuerte que logra humillar a su oponente.
Irán se niega a ceder
Durante las conversaciones en Viena se notó que Irán no se toma en serio lo pactado en acuerdos anteriores, los americanos esperaban seguir con el JCPOA según sus artículos, ahora les queda claro que a los iraníes no les interesa, y comienza las negociaciones desde otro enfoque.
El mundo occidental liderado por los Estados Unidos tenía la esperanza que llevar un diálogo diplomático como la mejor solución y que los iraníes cederían por lo menos en parte, pero el Consejero de Seguridad Nacional del gobierno americano Jake Sullivan declaró su frustración de la siguiente manera:
Jake Sullivan
“Cuanto más Irán demuestre la falta de seriedad en la mesa de negociaciones, más unidad habrá entre los P5+1 y más quedarán expuestos como la parte aislada en esta negociación. Entonces, realmente, la pelota está en el tejado de Irán en cuanto a si quiere presentarse y demostrar que va a ser serio o no”. (Traducción del informe de MEMRI)
Por esta razón, la administración de Biden no entiende que sus actitudes positivas hacia Irán no son apreciadas por los líderes iraníes, y que incluso queda expuesta como la parte débil y por lo tanto, sujeta a más chantajes.
Conclusión
Las profundas brechas entre las posiciones de las partes y la falta de voluntad del régimen iraní para comportarse de un modo transparente con los Estados Unidos continuarán. Esto sucede mientras Irán continúa amenazando y exigiendo la eliminación de todas las sanciones americanas, incluidas las del Congreso, sanciones que la administración Biden no está autorizada ni puede eliminar.