En las últimas semanas, tanto los inversionistas como las empresas productoras se preparaban para la cumbre de la OPEP donde se rumoreaba sobre la posibilidad de querer terminar con los recortes y comenzar la producción masiva del crudo. Para entender un poco más qué fue lo que pasó, aquí lo resumiré en algunos renglones.
El 2018 comenzó con el precio del curdo rompiendo los 60 $ por barril, el año amaneció con una sensación positiva para todas las partes ya que los analistas veían que se venía un año tranquilo en el cual la idea era mantener el precio entre los 60 a 70 $ por barril.
Muchas cosas pasaron y los climas cambiaron para los productores, Rusia, frente a la gran demanda, se contó entre los primeros países que decidieron salir del acuerdo y comenzaron a producir, esto fue en parte también por la producción de los países no pertenecientes a la OPEP que aprovecharon la reducción para acrecentar la suya, en especial Estados Unidos y Canadá que durante esta mitad del año explotaron sus yacimientos al punto que se quedaron sin tuberías para trasladar la producción y el plan ahora es la construcción de las mismas. Entonces, ¿de dónde saldrá el dinero para eso? La respuesta es obvia, en pocas palabras, de una buena subida de los precios y de las incontables sanciones que Trump y su gobierno han impuesto a sus enemigos como también las altas tarifas a países como China o México.
La mejor contra de Putin para que EEUU no logre subir los precios fue terminar con la reducción y el tratado de la OPEP, para así llevar otros países detrás suyo, acrecentar la producción le iba a otorgar ser otro jugador sin límites en el mercado y no permitir que EEUU se lleve todo el crédito. Sin embargo, los movimientos políticos de Putin le jugaron en contra, supuestamente la decisión de acrecentar la producción podía ofrecer a los países pertenecientes a la OPEP la oportunidad de producir su crudo y balancear el precio, pero para la sorpresa de muchos, la semana siguiente después de firmar la decisión, el precio pasó los 70$ por barril, o sea el precio ni siquiera se balanceó, subió pasando el límite que se esperaba dejando fuera del juego a los inversionistas más novatos que esperaban la caída.
¿Cómo pasó esto?
Simple, el gobierno de los Estados Unidos no solo aplicó sanciones a Irán que en parte consisten en prohibir la producción iraní, ahora está presionando incluso a sus los aliados para terminar con las importaciones de petróleo del país islámico, quien actualmente exporta 2,9 millones de barriles por día de crudo y condensado a los mercados asiáticos y europeos.
Frente a esto, India está preparando a sus refinerías para terminar las importaciones iraníes, siendo este último país que por su cercanía a Irán es un cliente importante. Las acciones de India son una indicación de que Washington podría ejercer una influencia de largo alcance sobre las exportaciones de petróleo iraní, a pesar de que gran parte del mundo no está alineado con la posición de los EE. UU.
La súper producción, junto al recorte que se verán obligados a hacer los iraníes, deja a EEUU como el jugador más importante en el terreno, Rusia se une a la producción junto al alza de los precios sin molestar al gobierno de Trump y Arabia Saudita logra romper la barrera los 70$ como deseaba para así lograr pagar sus deudas y arreglar el ultimo caso de corrupción que vivió el país árabe hace unos meses atrás, ¿Qué tal? Una linda estrategia que muy pocos pudimos notar, y ahora ¿el mundo se seguirá preguntando por qué los precios suben?
Es verdad también que estos planes se producen debido a una serie de interrupciones en todo el mundo que han impulsado los precios del petróleo y han dejado al mercado en un déficit, pero igual siempre es importante saber dónde entra el juego político, especialmente para los aficionados de este rubro.
El objetivo es reducir toda importación iraní hasta noviembre, y hasta que esto suceda existe la posibilidad de que el precio rompa los 80$ BPD.