Thea Halo: el genocidio olvidado de los griegos pónticos
En esta ocasión platicamos con Thea Halo, autora del libro “Not Even My Name: A True Story” publicado en inglés en 2001 por la editorial Picador en el cual se relatan los horrores sufridos por los griegos del Ponto, un genocidio en gran parte negado internacionalmente. Basado en la narración de su madre Sano Halo a su hija Thea Halo, el libro muestra una historia de sobrevivencia, memoria y búsqueda de reconocimiento del sufrimiento de todo el pueblo griego asentado en la zona del Mar Negro.
Los griegos pónticos son un grupo étnico originario del Ponto, una región costera del mar Negro, pero que actualmente sus descendientes se encuentran principalmente en Grecia y en Norteamérica. Los griegos pónticos fueron objeto de persecuciones, masacres, expulsiones y marchas de la muerte durante los albores del siglo XX por órdenes de la administración de los Jóvenes Turcos. Se ha argumentado e investigado que las matanzas continuaron durante el tiempo del Movimiento Nacional Turco liderado por Mustafa Kemal Atatürk quien había organizado la lucha contra la invasión griega de la Anatolia occidental.
El 19 Mayo es el día del recuerdo del Genocidio de los Griegos del Ponto (1916-1923) durante el cual, según información de archivos, por lo menos 350.000 griegos del Ponto fueron exterminados por las tropas turcas y las milicias Hamidiye kurdas al servicio de Estambul. Otras fuentes basadas en narraciones y testimonios de misioneros cristianos llevan el número a medio millón de muertos provocados en su mayor parte por deportaciones y marchas forzadas hacia el desierto sirio.
Ciudades como Pafra, Samsous, Kerasous, Trapezous (Trabzon) fueron las principales afectadas.
Oriente Medio News- Sabemos muy poco en América Latina sobre el genocidio sufrido por los griegos. Una buena manera de empezar esta entrevista es para hablarnos sobre el genocidio griego y sus consecuencias para la nación griega
Thea Halo- Primero sería bueno saber que los griegos habitaban la tierra ahora conocida como Turquía por más de 3.000 años de manera ininterrumpida. Eso significa que había presencia griega más de dos milenios antes de que las primeras tribus turcas invadieron la zona. Los griegos se asentaron a lo largo de la costa central del Egeo de Anatolia, entonces conocida como Ionia, llegando desde Grecia alrededor 1200 B.C. Circa 785 B.C., los griegos surgieron de la rica y culta ciudad de Miletus en la costa de Anatolia y se establecieron en las orillas y en la región montañosa a lo largo de las costas del sur del Mar Negro, zona conocida por los antiguos colonos griegos como Efxinos Pontos, (el Mar Amigo) por lo que los griegos que se asentaron ahí fueron conocidos como los griegos pónticos. La misma historia es válida para los asirios que vivieron en Asia Menor (ahora Turquía) desde alrededor del año 2500 a. C.
OM- Tu libro «Not Even my Name» (Ni siquiera mi nombre) gira entorno a la supervivencia y la memoria. Háblanos de la figura principal del libro: Sano Halo.
TH- Sano Halo es el nombre de mi madre. Su nombre griego era Themia. Alrededor de los 10 años, ella y todos los griegos de las tres aldeas griegas conocidas como Iondone donde vivía mi madre, fueron enviados forzosamente a una larga marcha de la muerte que duró más de un año. Muchos perdieron la vida en el camino debido a las enfermedades, el hambre y la exposición a las inclemencias del clima. En el sur de lo que hoy es Turquía, su familia restante fue capaz de escapar a los soldados turco/otomanos. Debido a que sus hijos estaban muriendo, mi abuela materna decidió darle su hija Themia a una familia en un pequeño pueblo en el sur con el fin de salvar así su vida. Esa acción le salvó la vida a mi madre, pero la mujer que le prometió a mi abuela cuidar de su hija la trató como una esclava.
OM- ¿Qué hace especial la experiencia histórica de los griegos de Pontos? ¿Cómo fue la vida de la población griega del Ponto en el Imperio Otomano?
TH- La vida de los griegos pónticos en el periodo otomano, así como la de otras minorías religiosas, era muy variada y dependía mucho del lugar de residencia. Mientras algunos vivían en ciudades ubicadas a lo largo de la costa del Mar Negro en donde había escuelas, tiendas y centros comunitarios, otros residían en pueblos de montaña como fue el caso de mi madre Themia y en donde la población dependía de la cría y siembra de sus propias fuentes de alimentación, pero incluso entre los griegos pónticos de montaña la educación era un factor muy importante. La preocupación comunitaria para que los menores (incluidas las niñas) fueran educados fue algo que las poblaciones turcas no desarrollaron en ese momento por lo que la mayoría de la población turca no tenía niveles mínimos de educación. La vida temprana de mi madre parecía ideal a pesar de que tenían que trabajar duro para sobrevivir.
OM- ¿Cómo se conserva y transmite hoy la memoria e identidad de los griegos del Ponto? Cuéntanos sobre los países en los que hay una importante comunidad griega y cómo se conecta con la historia del genocidio así como las formas de rememoración y conmemoración que hay sobre el genocidio.
Hay una serie de sociedades y organizaciones de los griegos pónticos en los Estados Unidos y en todo el mundo que tratan de preservar la memoria colectiva, incluido el genocidio, así como la cultura y tradiciones. Entre los países en los cuales se han establecido los griegos del Ponto destacan los casos de EEUU, Alemania, Grecia y Rusia aunque hay comunidades en otros países. Ha habido una serie de conferencias universitarias sobre el Genocidio en los cuales he participado, dos de esos eventos fueron realizados en universidades en Alemania y hay otros que se realizan en los Estados Unidos. Se han generado y publicado muchos libros de historia a partir de los documentos que eruditos, investigadores y académicos ofrecieron en esas conferencias e incluso hay una película disponible producida por The Asia Minor and Pontos Hellenic Research Center (AMPHRC) y titulada Preserving the Hellenic Heritage and History of Asia Minor and Pontos (Preservando el Patrimonio Helénico y la Historia de Asia Menor y el Ponto)
Aquí pueden ver el trailer de la película.
OM- Tu libro ha sido traducido a otros idiomas. Cuéntanos sobre la recepción que ha tenido en otros países
TH- Debo reconocer que la recepción de mi libro en Grecia fue excepcional. Muy pronto se convirtió en un best seller e incluso en otros países europeos el libro ha sido muy bien recibido. El caso de Países Bajos es especial pues ahí, una importante editorial incluyó mi libro en un evento nacional de lectura en el cual se celebraba la vida de las mujeres.
OM- En América Latina se sabe y debate sobre los genocidios sufridos por judíos y armenios así como sobre la situación palestina. ¿Por qué crees que se sabe y debate tan poco sobre el genocidio sufrido por los griegos? Cuéntanos un poco sobre las resoluciones nacionales e internacionales existentes sobre el genocidio griego
TH- En 2007, junto con un académico llamado Adam Jones, nos presentamos juntos en la Conferencia organizada por la International Association of Genocide Scholars (IAGS) en Sarajevo en la cual presentamos una propuesta de resolución para reconocer formalmente a griegos del Ponto así como otras comunidades griegas y asirias como víctimas del genocidio cometido por el Imperio Otomano cometido al mismo tiempo y lugar que el genocidio de los armenios. Fue una lucha para lograr que la jerarquía y burocracia de la IAGS accediera a la votación por parte de los cientos de académicos internacionales reunidos en la conferencia. Al final la votación se permitió y la resolución se validó con un apoyo masivo y prácticamente total.
La Resolución adoptada por IAGS motivó a países como Suecia y Alemania así como a otros Estados a reconocer el genocidio perpetrado contra las tres comunidades (griega, armenia y asiria) del Imperio Otomano. Aquí un link al respecto.
Cuando mi libro fue publicado, el Gobernador de Nueva York, George Pataki, emitió la primera Resolución oficial de la historia reconociendo el genocidio de los griegos pónticos y mi libro es mencionado en dicha resolución. Otros estados de EEUU emitieron resoluciones de este tipo. Se puede consultar aquí.
OM- ¿Por qué sería importante que la academia latinoamericana se acercara a la historia y genocidio de los griegos del Ponto?
TH- En primer lugar, creo que es importante que todos en todo el mundo sepan acerca de los muchos genocidios que han se ha cometido. El genocidio de los griegos del Ponto es un ejemplo perfecto de un pueblo que vivía en su tierra natal en las costas septentrionales del Mar Negro en la antigua Anatolia desde muchos siglos antes de que las primeras tribus turcas invadieran la zona. En menos de diez años, comenzando alrededor del 1915, para diezmar y/o forzar al exilio a esa población griega nativa y provocándoles la muerte enviándolos a largas marchas al exilio. Creo que fue en 2007 cuando di una conferencia en Argentina en la cual comparé el genocidio de los pueblos nativos de las Américas con el genocidio de los griegos pónticos. Ambos pueblos habían habitado las tierras durante siglos antes de que su pueblo y su forma de vida fueran diezmados por invasores. Por lo tanto, en cierto sentido, compartimos una historia de aniquilación.
OM- ¿Cómo es la vida de la diáspora griega? Hay algunos griegos en América Latina pero realmente sabemos poco sobre esta diáspora.
TH- Hay bastantes comunidades que han surgido desde el genocidio en varios países, como Estados Unidos, Alemania y Rusia por nombrar algunos. Sin embargo, hasta que mi libro fue publicado, nunca había conocido en persona a un griego del Ponto y prácticamente nadie había oído hablar de ellos y su historia. No sabía que había una comunidad de griegos pónticos en Queens, NY, justo al otro lado del East River. También hay otras comunidades pónticas en otras zonas de EE.UU. Prosperan a su manera y tratan de mantener vivas sus tradiciones y abogar para que su historia sea conocida mediante la creación de una serie de sociedades. Uno de los más activos en la producción de películas y libros, es el Centro de Investigación Helénica De Asia Menor y Pontos (AMPHRC) en Chicago.