Tabúes en el cine árabe: dialogo con Viola Shafik
En esta ocasión entrevistamos a la doctora Viola Shafik, directora cinematográfica, académica e investigadora alemana de origen egipcio que se especializada en el cine del mundo árabe. Dialogamos sobre la historia y tendencias del cine árabe. Autora de «Arab Cinema: History and Cultural Identity» y «Popular Egyptian Cinema: Gender, Class and Nation». En este link pueden consultarse todos los libros de Viola Shafik
Oriente Medio News.- Muchas gracias por charlar con nosotros, es todo un honor. Para comenzar la entrevista cuéntanos un poco sobre tu biografía, trayectoria académica y profesional.
Viola Shafik.- ¡Muchas gracias por su interés! ¡Es realmente un placer hablar con Oriente Medio News! Soy mitad egipcia, mitad alemana, nacida en Alemania y criada entre ambos países. Esta es sin duda una de las principales razones que hicieron interesarme por el cine árabe durante mis estudios. El título de lo que fue mi doctorado y después se convertiría en un libro de texto “Arab Cinema: History and Cultural Identity”, para nada un accidente, ya que representaba una búsqueda de la historia del lugar de donde vino mi padre.
De hecho, él creció en las salas de cine de El Cairo de los años 1930 y 40 y era un amante del cine. Además, como estudiante en Hamburgo a fines de la década de 1980, comencé a organizar retrospectivas de películas del mundo árabe y en esa ocasión una periodista me preguntó sobre lo que pensaba que era específico o diferente sobre el cine árabe; en ese caso, había visto películas de Egipto en una retrospectiva llamada Hollywood on the Nile. Esta pregunta en realidad me inspiró a profundizar en la noción de «identidad», que es muy compleja, por supuesto, con respecto al cine. Por lo tanto, comencé a examinar los inicios de la cinematografía árabe, que en ese momento era principalmente cine egipcio cuya industria se inició a finales de la década de 1920. Esto es lo que pueden leer en el libro. Allí he enumerado la forma en que las diferentes formas de arte y sus expresiones específicas locales, como la música, el teatro, la narración de cuentos, las artes visuales dieron forma al cine árabe regional durante su nacimiento y crecimiento temprano.
OMN.- El cine juega un papel muy importante en la transmisión de valores, ideologías y cultura. Infórmanos un poco sobre el cine del mundo árabe, sus inicios, temas principales a lo largo de la historia.
VS.- Esta es una pregunta compleja. Sólo puedo darles aquí una respuesta muy breve y superficial. Lo más importante es que necesitamos ver el marco de tiempo histórico en el que se desarrolló el cine árabe. Las primeras películas se hicieron mientras esta región todavía estaba dominada por las potencias coloniales europeas, Egipto, Irak y Palestina estaban bajo el mandato británico, Libia bajo Italia y el resto desde el Éufrates hasta el Atlántico (es decir, el Magreb del norte de África) bajo Francia. Egipto, siendo el país más poblado con una intelectualidad culturalmente activa y una buena economía logró por lo tanto iniciar su propia industria cinematográfica. Este último país estaba muy interesado en el cine de género, musicales, comedias, melodramas. Sin embargo, también se discutieron temas sociales relevantes, como el matrimonio arreglado, la occidentalización y la diferencia de clases y, en algunos casos, también desarrollaron un realismo cinematográfico.
Después de la independencia, temas como la opresión política, el colonialismo, la igualdad de género se agregaron a la lista. Los otros países, es decir, Siria, Irak, Líbano, Túnez, Argelia y Marruecos, comenzaron su producción cinematográfica sólo hasta la era de la descolonización, es decir, en las décadas de 1950 y 60. Al principio, estos cines estaban respaldados en su mayoría por el Estado y más tarde, a partir de la década de 1980, tuvieron que depender principalmente de la financiación europea para producir largometrajes. Sólo Marruecos ha conseguido crear una industria sostenible a través de un sistema de financiación eficiente a pesar de que carece de suficientes puntos de distribución nacionales. Al igual que en el caso de Argelia, las primeras películas formaron parte del movimiento de liberación nacional, por lo que los temas de liberación nacional, colonialismo, imperialismo y la cuestión de Palestina se convirtieron en los primeros años en su principal preocupación.
El sionismo y la liberación de Palestina también fueron una de las principales preocupaciones del cine sirio temprano, así como de las producciones de los diferentes movimientos de resistencia palestinos. En todos los países, el interés por la igualdad social y de género como parte de la liberación nacional y el desarrollo era más que evidente, tanto en el cine documental como en el de ficción. Sin embargo, la derrota de Egipto y Siria en 1967 y la pérdida del resto de Palestina señalaron el comienzo del fin de la era de la descolonización. La corrupción en las élites posteriores a la independencia y el creciente autoritarismo, en algunos casos incluso totalitarismo, causaron una profunda frustración que también se podía sentir en el cine. En el curso de la década de 1980 aparecieron los llamados Nuevos Cines Árabes, una especie de cine de autor que ya no respalda las metanarrativas nacionalistas, sino que se dirigía al individuo, a lo regional y a la lengua vernácula. Estos son básicamente los intereses que siguen vivos hoy en día en las llamadas películas independientes de la región. Mientras que las producciones convencionales, ya sean del Líbano, Marruecos o Egipto, a menudo giran en torno al típico conjunto de temas principales, el amor y el crimen y, por supuesto, la diferencia de clase.
OMN.- Tu libro ya mencionado “Arab Cinema: History and Cultural Identity » es una fuente esencial para comprender el desarrollo de la industria cinematográfica desde el período colonial del mundo árabe hasta el siglo XX. ¿Qué cambios culturales podemos observar en el mundo árabe a través de sus películas más icónicas? Si puedes mencionar algunos de ellos sería muy útil para nuestros lectores.
VS.- Algunos críticos crearon hace tiempo una lista de las 100 películas árabes más importantes. Sin embargo, supongo que cada uno de nosotros creará una lista personal ligeramente diferente dependiendo de sus propios intereses y percepción de la historia regional.
Mi conciencia artística y política creció en la década de 1980, por eso para mí las películas de Nouri Bouzid, en primer lugar “Man of Ashes” y el documental de Michel Khleifi “Fertile Memory on Palestine” o su “Wedding in Galilee” son estética y temáticamente las más logradas de ese período. Pero hay muchas otras películas importantes, por supuesto, y también cineastas. Adoro los cortometrajes marroquíes de vanguardia en blanco y negro de 1960 de Ahmed Afifi y Mohamed Bouanani. El documental “Transes” de Ahmed El-Maanouni sobre la banda de música Nass El-Ghiwane pertenece a lo mejor que se puede ver desde Marruecos. Desde Líbano me encantan las películas experimentales de Mohamed Soueid, admiro la cámara de Jocelyne Saab y sus meticulosas observaciones de guerra, disfruto de retratos íntimos como “The One Man Village” o la compleja crítica a la sociedad de posguerra civil ofrecida por Eliane Raheb.
En cuanto a Argelia, recomiendo los documentales de Malek Bensmail (disponibles en sus canales) y una serie de hermosas comedias posteriores a la guerra civil (la década negra) como “Masquerade de Lyes Salem” o “Viva Laljérie” de Nadir Mokneche. En cuanto al cine egipcio popular: las comedias, musicales y melodramas de la década de 1930 hasta la década de 1950 son realmente hermosos, las grandes estrellas de las pantallas también fueron cantantes importantes, como Umm Kulthum, Abd al-Wahab, más tarde Layla Murad y Abd al-Halim Hafiz. Sus películas se adentraron en el pasado árabe, como “Dananir” con Um Kulthum como una esclava ambientada durante los espléndidos tiempos de los primeros khalifas en Bagdad. Otras películas, como “My Father is up the Tree” con Abd al-Halim Hafiz, en realidad un remake de La Dame aux camellias, tenían un fuerte atractivo para los jóvenes con una banda sonora bastante moderna. El director egipcio Youssef Chahine ciertamente hizo algunas de las películas más importantes, comenzando con su retrato realista de un vendedor de periódicos lisiado en la estación principal de El Cairo hasta su película política “The Sparrow” que abordó las razones de la derrota egipcia en 1967 y más tarde sus semi-autobiografías comenzando con “Alexandria Why” that ganó un Oso de Plata en la Berlinale.
OMN.- El cine independiente y las nuevas plataformas como Netflix nos permiten echar otro vistazo a Oriente Medio. ¿Qué opinas de las nuevas opciones para el cine árabe?
VS.- No estudié el campo de la distribución en línea, también en vista del bloqueo geográfico, es decir, que las ofertas en línea en cada región atienden a su mercado. No sé a qué películas puedes acceder en Chile y el resto de América Latina, pero en Alemania, donde vivo, casi no hay películas árabes independientes disponibles en Netflix o plataformas similares, solo se encuentran ahí unas pocas películas comerciales egipcias y algunas de las obras de Youssef Chahine. En general, plataformas online podrían ofrecer una oportunidad fantástica para ver películas de otras regiones. Sin embargo, todavía las hegemonías habituales también están en funcionamiento, es decir, una sobrerrepresentación del Norte Global. Por lo tanto, prefiero buscar plataformas especializadas o seguir a los cineastas en sus cuentas de Vimeo y comprar películas bajo demanda en caso de que desee seguir los desarrollos cinematográficos regionales.
OMN.- Entre tus películas se encuentran “The Lemon Tree” (1993), “The Mother of Light and Her Daughters” (1999), “My Name is Not Ali” (2011) y “Scent of Revolution. Arij” (2014) ¿Cuáles son los principales temas que abordas en ellas?
VS.- En mis películas abordo diferentes temas, a veces la política como en el caso de “The Lemon Tree” que retrata a una familia políticamente activa cuyos hijos formaron parte del movimiento estudiantil egipcio en la década de 1970. “The Mother of Light and Her Daughters” fue un viaje personal a las creencias de la comunidad copta (cristiana ortodoxa) de Egipto y sus antiguas raíces.
“My Name is not Ali” a su vez representa una “anti-biografía”, ya que utiliza la leyenda de un amor suicida para desmantelar un caso de racismo eurocéntrico. Más precisamente, el director alemán Rainer Werner Fassbinder presentó en su película antirracista “Fear Easts Soul” a un actor aficionado, El-Hedi Ben Salem como protagonista principal. Este hombre, presumiblemente marroquí, también era amante del director y se dice que se suicidó cuando Fassbinder lo abandonó.
Resultó que Fassbinder usó algunos elementos biográficos distorsionados de la vida de Ben Salem en sus películas de ficción, pero ni la prensa ni el amigo de Fassbinder estaban realmente interesados en saber quién era realmente esta persona. Mi propio documental fue un intento, no de crear una nueva ficción en torno a una persona desaparecida, sino más bien de ver cómo fue percibido de manera diferente y reflejado en la visión de las personas que lo conocieron, ya sean alemanes o su propia familia.
OMN.- Tuve la suerte de ver «Arij – Scent of Revolution» y me pareció muy interesante porque muestra las experiencias de vida de personas egipcias muy diversas. Cuéntanos un poco sobre esta película y los personajes que aparecen en ella.
VS.- La película, por cierto, es accesible con código abierto porque trata sobre la revolución egipcia. Sin embargo, tengo que advertir, como escribió un colega, es una película cuya narración ha sido realmente descarrilada por la revolución. Comenzó con una investigación sobre la destrucción de la ciudad de Luxor y su antigua arquitectura porque su gobernador, un militar, decidió reestructurarla como una especie de parque de atracciones turísticas. Sin embargo antes de que pudiera comenzar a filmar, el levantamiento comenzó con todos sus momentos dramáticos y las dudas desde el primer día si podría ocurrir un cambio real del gobierno despótico del país. Es por eso que sentí que tan fuerte como este momento era más bien plantear preguntas sobre el pasado y el presente en lugar de cualquier narración coherente sobre el levantamiento en curso. Es por esto que la película se compone como una recopilación de cuatro personajes, dos de El Cairo y dos de Luxor en el sur de Egipto cuyas historias no están realmente relacionadas pero todas tratan sobre la historia y la arquitectura, en un caso la arquitectura virtual. La pregunta más importante se plantea, por supuesto, al novelista Alaa El-Dib que experimentó la revolución de 1952 por qué y cómo se frustró esta revolución anterior y si se puede cambiar el curso de la historia.
OMN.- Temas como el feminismo, la homosexualidad, la libertad sexual parecen ser tabú en los países de Oriente Medio. En ese sentido, ¿qué nos puede decir sobre cómo se abordan estos temas en el cine árabe contemporáneo?
VS.- Yo creo que el feminismo nunca ha sido un tabú. Estaba ya en la agenda de los Estados poscoloniales. El abuso sexual, por ejemplo, como característica de una sociedad patriarcal explotadora sirvió como uno de los temas de los nuevos cines árabes, como la obra maestra de Nouri Bouzid, “Man of Ashes”. E incluso cuando el conservadurismo islamista se estableció durante la reacción ideológica a partir de la década de 1970, la igualdad de género y, en cierta medida, también la liberación sexual siguieron siendo virulentos como temas y en las agendas de los cineastas.
Con respecto a las diversas orientaciones sexuales, el tabú existe, ciertamente es un área prohibida para la financiación y las producciones de la región del Golfo. Hay fuertes diferencias entre los diferentes países, por supuesto. Particularmente en el Líbano han aparecido varias películas independientes que no se preocupan por los tabúes o la censura y han presentado a menudo documentales muy personales o películas experimentales sobre el tema.
El primer ejemplo de un retrato transgénero fue “Cinema Fouad” de Mohamed Soueid, el ejemplo más reciente es “Miguel’s War” de Eliane Raheb. El cineasta marroquí Nabil Ayouch creó un gran revuelo con su “Much Loved” que se sumerge en la vida de una prostituta pero que empuja las fronteras sociales, al igual que “Salvation Army” basada en la biografía de su autor y director homosexual. Además, históricamente el tabú estaba en su lugar solo hasta cierto punto y se subvertía a veces. El cine popular egipcio ha ofrecido varias películas inherentemente «queer», el travestismo, por ejemplo, fue parte de la frase temprana, a veces temas como el cambio de cirugías de género se han abordado ya desde 1954, por ejemplo, en la comedia “Miss Hanafi”. Por supuesto, también tenía una hebra de homosexualidad por difamación como patología como en “al-Malatili Bath” o en “The Jacoubian Building”. Este año en la Berlinale vimos una película queer de un director egipcio que presenta una historia de amor homosexual como una historia experimental de las Mil y una noches. Youssef Chahine y su discípulo Yousry Nasrallah hicieron películas en la década de 1980 en las que el homoerotismo sutil estaba muy presente.
OMN.- En los países de América Latina hay una gran presencia de descendientes de personas de Oriente Medio y algunas películas árabes han llegado a nuestros países. ¿Conoces el cine latinoamericano? ¿Ves algunas coincidencias entre el cine latino y el árabe?
VS.- Sí, como miembro del World Cinema Fund y del Torino Film Lab, por supuesto, veo películas y leo proyectos de América Latina. Lo que me llama la atención con bastante frecuencia es la alta calidad y originalidad de la escritura de guiones, particularmente en Chile y Argentina, así como la profundidad de las visiones artísticas de estos respectivos cines. Y, por supuesto, mientras tanto otros países, como Colombia y Bolivia, han visto surgir directores jóvenes muy interesantes.