La calle árabe y las redes sociales respondieron a los disturbios en Capitol Hill en Washington con una combinación de regodeo y aprecio por la relativa moderación mostrada por las fuerzas del orden público estadounidenses para reprimir la violencia. El régimen de Teherán expresó su satisfacción por el caos y dejó una oportunidad para mejorar las relaciones con la administración entrante de Estados Unidos
Por: Dr. Edy Cohen
Ninguno de los gobiernos árabes emitió respuestas oficiales a los recientes disturbios en el Capitolio de los Estados Unidos, el Lugar Santísimo de la democracia estadounidense, pero las personas cercanas a varias administraciones no ocultaron su disfrute del evento. El ex diputado egipcio y actual editor del principal periódico egipcio al-Usbu Mustafa Bakri tuiteó: “Nancy Pelosi humilla a la multitud y exige limpiar el Capitolio. Esta es su democracia, Sra. Nancy. Recuerde las declaraciones de ‘democratización’ de Obama y su respuesta a las actividades terroristas de sus compañeros contra las instituciones oficiales de Egipto”. Bakri estaba señalando lo que él ve como hipocresía de Estados Unidos por haber denunciado al régimen de Mubarak por intentar evitar su propio derrocamiento durante los disturbios de enero de 2011 (al comienzo de la “Primavera Árabe”).
De manera similar, el periodista saudí Ahmad Faraj, cercano a la familia real saudí, escribió: “Todavía recuerdo cómo Obama, Hillary y su banda defendieron a quienes irrumpieron en el parlamento kuwaití con el pretexto de la libertad y derechos. ¿Cómo protestan hoy contra la intrusión de ciudadanos estadounidenses en el Congreso? Ese es el doble rasero de Occidente”.
Hassan Rouhani
La calle árabe tuvo emociones encontradas sobre el motín. Con la brutal represión de la «Primavera Árabe» y las sangrientas guerras civiles que siguieron aún frescas en la memoria colectiva, la relativa moderación mostrada por los agentes de la ley estadounidenses al reprimir los disturbios en Washington fue vista con aprecio. Por otro lado, las redes sociales en árabe, especialmente las que apoyan a Irán, Hezbollah y milicias chiítas, respondieron con un estallido de alegría. Hubo muchos tweets con el hashtag «US Exposed»; publicaciones de imágenes y discursos del líder supremo iraní Khamenei, el líder de Hezbollah Hassan Nasrallah y Qassem Soleimani; y blasfemias y burlas dirigidas contra la democracia estadounidense, así como afirmaciones un tanto peculiares de que el motín fue una venganza por el asesinato de Soleimani.
Curiosamente, las respuestas de la calle iraní y las redes sociales fueron más moderadas, lo que sugiere una creciente hostilidad hacia el gobierno de los ayatolás y un grado de apreciación por el sistema político estadounidense. Por el contrario, el régimen de Teherán aprovechó el caos en Washington para expresar su satisfacción por la crisis y dar una reprimenda. El presidente Rouhani dijo en un discurso público:
“Lo que hemos visto en los Estados Unidos muestra sobre todo lo frágil y vulnerable que es la democracia occidental. Hemos visto que, lamentablemente, el terreno es fértil para el populismo, a pesar de los avances de la ciencia y la industria. Llegó un populista y llevó a su país al desastre en los últimos cuatro años. Espero que todo el mundo y los próximos ocupantes de la Casa Blanca aprendan de ello”.
Rouhani se aseguró de dejar una oportunidad para mejorar las relaciones con la administración entrante. Paralelamente a las referencias rutinarias a Estados Unidos como el «Gran Satanás» en su discurso, instó al presidente electo Joe Biden a «restaurar el país a una posición digna de la nación estadounidense, porque la nación estadounidense es una gran nación».
Fecha de publicación: 19.01.2021
Fuente: Besa Center
Traducción: Gastón Saidman