Primeros Pasos de un Acuerdo de Paz entre Estados Unidos y los Talibanes
Primeros Pasos de un Acuerdo de Paz entre Estados Unidos y los Talibanes. El pasado 29 de febrero, representantes del gobierno estadounidense y los talibanes se reunieron en Doha (Qatar) para celebrar el primero de una serie de pasos encaminados hacia un acuerdo de paz que estabilice Afganistán y permita el retiro/reducción de las tropas de Estados Unidos.
Como muestra de buena voluntad expresada la última semana, ambas partes redujeron los niveles de violencia en el teatro de guerra afgano. Sin embargo, los gestos simbólicos diseñados para crear una atmósfera favorable que permita la negociación no eliminarán los obstáculos que se encontrarán en este proceso de paz que será largo.
Ante este contexto, se desarrollarán dos niveles de negociaciones en torno a los dos puntos más importantes: a) el status de la presencia militar de Estados Unidos en el país; y b) la relación entre el Gobierno Afgano y los Talibanes.
El refugio por parte del régimen Talibán proporcionado a al-Qaeda, así como la protección a los principales responsables de los ataques del 9/11, fueron la causa principal que llevó a Estados Unidos a desplegar fuerzas militares en Afganistán. Durante 19 años de conflicto, el debate desarrollado en Washington ha oscilando entre el apoyo total al gobierno afgano (y la derrota de los talibanes) o la reducción militar en el país (enfocando el resto de la presencia militar a las operaciones contra terroristas que impidan una expansión de las organizaciones terroristas inspiradas por el fundamentalismo islámico – al-Qaeda e ISIS).
Estados Unidos buscará algún mecanismo que permita mantener una presencia militar limitada para contener la influencia del fundamentalismo islámico, sin alterar la correlación de fuerzas sobre el terreno (sea de carácter militar o político); equipos de fuerzas especiales y un componente aéreo serían los pilares de esta presencia estadounidense.
Las alas moderadas de los talibanes podrían “ser felices” con una presencia militar estadounidense que desarrolle un papel de “árbitro” sobre el terreno. Sin embargo, las alas radicales pretenden la salida total estadunidense; ante el fracaso, estas facciones radicales
de los talibanes que simpatizan con al-Qaeda, así como los vínculos entre éstos y la ISI pakistaní buscarían socavar el acuerdo de paz (un aumento de la violencia sería el mecanismo más efectivo para lograrlo).
Un acuerdo político entre las diferentes facciones que compiten entre sí en el conflicto afgano será la clave para la estabilidad del país. La animosidad entre los diferentes grupos étnicos afganos han sido el obstáculo más importante para la paz. No existe nada que indique un cambio en esa pauta; aunque se busque, puede no llegar.
Una forma para lograr un gobierno de unidad (que incluya a los talibanes) sería separar las alas moderadas de las radicales, aislar a estas últimas y reducir/eliminar su influencia. Los intereses estratégicos paquistaníes serían el obstáculo más sólido a esta política.