Primer serie en árabe de Netflix escandaliza a Jordania

En los últimos días, se ha producido un escándalo público en Jordania tras la transmisión de “Jinn”, la primera serie árabe producida por Netflix. La serie, que fue filmada en el área de Petra y en otros sitios en Jordania, enfureció a los elementos conservadores en el reino, afirmando que incluía escenas consideradas permisivas e inusuales en la cultura jordana.

La trama sigue a un grupo de estudiantes jordanos de secundaria que viajan al área de Petra y están expuestos a demonios, quienes ponen a prueba la amistad entre ellos y las relaciones de las parejas en el grupo. El guión incluye escenas de besos, abuso de drogas y maledicencia .

La emisión del primer episodio de la serie de Netflix en Jordania provocó una ola de condena y ataques contra aquellos involucrados en su producción por parte de elementos del establishment religioso jordano, como el Mufti jordano, parlamentarios y miembros de la Hermandad Musulmana. Argumentaron que la serie daña los sentimientos del público y contiene pasajes permisivos y obscenidades que no son apropiados para la sociedad jordana y son contrarios a los principios del Islam.

La protesta contra la transmisión de la serie fue particularmente prominente en las redes sociales, donde el hashtag #Juzguen a Jinn incluyó convocatorias de acciones legales contra el equipo de producción,  y actores que confirmaron su filmación y transmisión en Jordania.

Tras la ola de críticas, el Fiscal General de Ammán ordenó a la Unidad para Combatir los Delitos en Línea en el Servicio de Seguridad General que actúe de inmediato para detener la transmisión de la serie. La Oficina del Fiscal General abrió una investigación sobre presuntos delitos cometidos por los actores y el equipo de producción de la serie y sobre la forma de obtener permisos de trabajo y derechos fotográficos en Jordania. Además, varios funcionarios jordanos que aparentemente participaron en la expedición de permisos para fotografiar para la serie, entre ellos la Autoridad de Comunicaciones y el Consejo para el Fomento del Turismo, emitieron avisos de desaprobación de responsabilidad, indicando que no tenían conocimiento de su contenido o que no tenían autoridad para intervenir en ellos.

También se dirigió un dedo acusador al Royal Film Council, que se dedica a fomentar las producciones locales y extranjeras de películas en territorio jordano, que acompañaron la producción de la serie en Jordania. La princesa Rim Ali, esposa del príncipe Ali bin Hussein, miembro de la Junta de Gobernadores del Royal Jordanian Film Council y directora interina del consejo, también participó en el lanzamiento de la serie y dijo en nombre del consejo que felicitó a la serie y que todos los actores eran jordanos. El Royal Film Council rechazó las críticas en su contra y emitió una declaración en la que afirmaba que la serie promueve la creatividad en Jordania, y que por ley no tenía la autoridad para monitorear el contenido de la producción. Y que cada persona puede elegir si desea o suscribirse para ver la serie. «Se llama la atención sobre el hecho de que en Jordania hay demandas por más libertades y elecciones personales, pero cuando tratamos con casos como este, estas demandas se olvidan». La declaración agregó que «hay quienes atacaron a la serie de cruzar algunas líneas rojas, mientras que otros piensan que refleja la realidad de la vida de los adolescentes en cierto ambiente en Amman. Esta variación refleja el pluralismo de la sociedad jordana en sus diversos niveles y esto es positivo».

La Asociación de Juristas en Jordania emitió una declaración en la que aclaraba la posición de la ley musulmana con respecto a la serie: «El contenido abusivo, grosero y permisivo está prohibido por la Sharía y es inaceptable en términos de convenciones sociales en Jordania… La auténtica sociedad jordana, digna y noble entiende que está en la mira de elementos extraños y dudosos que aparecen de vez en cuando… Las denuncias populares de esta serie demuestran que la religión y la moralidad están bien arraigadas entre todas las personas de esta nación … El arte y la comunicación tienen la misión de servir a la formación de la identidad, el sentido de pertenencia y no pertenencia. Y es inconcebible que el arte sirva como herramienta para el deterioro moral y la propagación de la perversión».

A la crítica se unieron muchos parlamentarios que afirmaron que la serie contradecía los valores de la sociedad jordana y solicitaron una acción legal contra aquellos involucrados en su producción. Según los informes, se intentó celebrar una reunión extraordinaria con el gobierno para discutir el asunto, pero esta intención fue frustrada, aparentemente debido a la interferencia de altos funcionarios en el reino.

Las críticas sobre la transmisión de la serie jordana despertaron la ira de quienes participaron en la producción de la película junto a periodistas e intelectuales liberales en Jordania, aunque éstos no expresaron su opinión en los medios donde trabajan sino a través de las redes sociales. Muchos destacaron que el estricto moralismo del país no impide que sea uno de los que más consume pornografía en el mundo.

Una de las principales protagonistas de la serie, la actriz Selma Attache, se refirió a las críticas en su cuenta de Facebook: «A través de la serie Jinn, pusimos a Jordania en el mapa. Los que la critican por falta de pudor deberían recordar que Jordania ocupa el octavo lugar en el ranking mundial de países consumidores de pornografía».

La actriz Aisha Shalhatour, quien también participó en la serie, se refirió en una entrevista a la revista Women’s en los Emiratos Árabes Unidos al hecho de que la serie» es un poco más audaz de lo normal en la región y agregó: “siento que la mayoría de las personas tratan de ocultar estas cosas y no quieren hablar de ello, pero si quieres transmitir algo verdadero y correcto, debes mostrar lo que realmente sucede».

Fuente: MEMRI

Traducción y adaptación del hebreo: Jorge Iacobsohn