Este plan creado en Israel es un programa de capacitación que brinda a mujeres y hombres jóvenes de todos los sectores de la sociedad herramientas para desempeñarse en el espacio público-social y los centros de influencia, a través de la integración en lugares significativos al servicio público y la vida civil.
Este proyecto se estableció gracias al Centro Ma’ase, la Fundación Rashi, la División de Reservas de Israel en la Oficina del Primer Ministro, la Autoridad Juvenil del Ministerio de Igualdad Social, la Fundación Gandir y el Centro Shazar; estos organismos donaron dinero y tiempo para la futura generación de servidores públicos.
Como parte del programa de capacitación, asistí a seminarios, días de enfoque, iniciación personal y conferencias relacionadas con diversos temas de la sociedad israelí. De lo que más aprendí fue de la gente que me rodeó en estos tres meses. Todos los valores discutidos sobre la democracia, la diversidad, la conexión del centro con la periferia, la unidad, es transmitido por parte de los conferencistas como así también por los participantes.
La más importante es la diversidad de los participantes: diversidad demográfica, cultural, étnica, religiosa, género, económica y social. Gracias a Yessod pude conocer personas de diferentes poblaciones y ciudades que probablemente no hubiera conocido en ningún otro escenario. Descubrí narrativas que me plantearon muchas preguntas pero que también me ayudan a comprender mejor ambos lados.
Con la ayuda de la misma diversidad, mis ojos se abrieron: comencé a mirar a la sociedad israelí y la variedad de temas que la componen de una manera distinta, más abierta, más receptiva y más inclusiva. Comencé a pensar por mí misma en el concepto llamado bien común, no solo mi propio bien sino el de todos nosotros, como una sociedad plena y variada. El proyecto es esencial para la sociedad israelí como sanador de heridas. El programa penetra en el alma y la sociedad israelí, selecciona, plantea interrogantes, es interesante e intrigante. Es práctico, no solo produce un diálogo multicultural sino que también integra el concepto ideológico en el sector público – en los sistemas de gobierno tanto a nivel local como nacional, en la administración pública y las asociaciones. En mi opinión, el programa es la clave para la recuperación de la sociedad israelí.
Florina Elin, 22, de Akko (Acre)
Directora de relaciones comunitarias para los jóvenes de Yisrael Beiteinu
Miembro del Programa Básico y del Foro de la Juventud de Israel, graduada del Curso para Jóvenes Políticas