Pésaj encoronado
Pésaj, la pascua judía se sumó a tantas otras celebraciones culturales y religiosas puestas a prueba en estos tiempos de coronavirus
Pasadas cuatro semanas del encierro total, las restricciones aumentaron radicalmente previendo los pomposos festines y numerosas reuniones clásicas de Pésaj (1), festejo de la liberación del pueblo judío de la esclavitud egipcia.
En medio de la cruda ansiedad por la falta de huevos – los de comer – y el afán paranoico por deshacernos del jametz (2) nos invadió a todos el dilema: salir a comprar todo lo necesario para el seder (3) y cumplir con la tradición o bien, la prudencia y hacerle el quite a la mala suerte de contagiarse del virus en el supermercado.
Después de pasear tiendas y luchando con la indescriptible comodidad del tapabocas, esa suerte miedosa se convirtió en suerte de bobos. Se logró comprar todo. Hasta los últimos huevos del estante del tercer lugar al que fuimos.
La llegada de Pésaj en cierto modo fue más ceremoniosa y especial que la de los otros años. Agradeciendo y añorando la libertad que tanto nos falta en esta época. Agradeciendo y valorando la abundancia que no ha faltado aquí como faltó a más de miles al salir de Egipto. Como hoy les falta a millones en el mundo.
En la lectura de la hagadá (4) no pude evitar hacer un símil desaliñado. Di-s diciendo a los hebreos quedarse en casa, no solo para cumplir y temer al Eterno, sino también, para protegerse de las plagas en el año 2448 (calendario hebreo). Hoy en el siglo XXI, estamos enclaustrados para no matar a nadie ni matarse a sí mismo.
Lo más especial de la cena fue “la oración de una mujer para reparar el mundo” que hoy comparto con ustedes con la esperanza de no ser blanco de reticencias feministas y religiosas. Esta bendición fue el abrebocas de una introspección muy sensible vis-a-vis lo que estamos viviendo.
Oh Di-os, creador del Cielo y la Tierra, creador de la humanidad y de todas las cosas vivas, otórgame la habilidad de escuchar y oír, de mirar y ver, de emocionar y de emocionarme…
MANTÉN viva dentro de mí la memoria de mi propio sufrimiento y del sufrimiento de Klal Israel (toda la comunidad de Israel), no para estimular en mí una eterna paranoia, sino para que pueda entender mejor el sufrimiento de los diferentes. PUEDA ese entendimiento conducirme a hacer todo lo que está en mis manos para aliviar e impedir su sufrimiento.
Guíame en los caminos de Tikún Olam, de reparar el mundo. Permíteme ser como Tú – dar de comer a los hambrientos, vestir a los desnudos, cuidar de los enfermos y confortar los desconsolados.
MIENTRAS disfruto de un afectuoso matrimonio de espíritus fieles, ayúdame a no olvidar a las miles de mujeres golpeadas y maltratadas por sus esposos
MIENTRAS gozo de la felicidad de mis hijos/as y nietos/as ayúdame a nunca olvidar las barrigas hinchadas de los niños hambrientos privados de alimento físico y emocional.
QUE PUEDA siempre haber un lugar en mi mesa para aquellos sin hogar o con hambre.
QUE mi satisfacción personal no se convierta en auto complacencia y embote mis capacidades de mujer de interesarme por los demás y de sentir compasión.
QUE PUEDAN mis sentimientos siempre conducirme a actuar.” (5)
Esta hermosa brajá – como decimos en hebreo – más que tocar el alma, hasta a los más insensibles, es un llamado a reencauchar esos principios que, con o sin corona, carecemos tanto; aunque ahora son palabras rechinantes por su uso excesivo. Solidaridad, cooperación, compasión, empatía.
Esa introspección a la que todos debemos lanzarnos es la propuesta para salir del encierro oscurantista mental al que caímos y transformar la placentera ceguera aislante que nos tiene tan desarraigados de este mundo.
En estos tiempos tan grises en los que las reacciones políticas y los comportamientos apáticos y asociales pululan, el reto es lograr enfocar la visión alegre del vaso medio lleno. La odisea es no caer en la telaraña desinformativa y la ambientación apocalíptica que muchos peces gordos nos están pintando.
1 Pésaj: festividad judía que conmemora la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto, relatada en el Pentateuco, fundamentalmente en el Libro del Éxodo
2 Jametz: un término judaico que se refiere a los alimentos elaborados con la harina de cinco tipos de granos: trigo, cebada, centeno, avena, escanda, y los fermentados con levadura
3 Seder: ritual festivo judío celebrado en la primera noche de Pésaj, y fuera de Israel en cambio en la primera y segunda noches.
4 Hagadá: La Hagadá de Pascua, o Pésaj, es uno de los textos más importantes y queridos de la tradición judía. Al comienzo de la Pascua, los judíos de todo el mundo se reúnen alrededor de una mesa para leer la Hagadá, un libro que contiene la narración tradicional del Éxodo de Egipto. «Hagadá» significa narración o relato.
Muchas gracias.
Información y reflexión interesante que llegará a ser útil cuando cada uno de nosotros la acompañemos con acciones.
Jag sameaj pesaj
Sabina Duque