Después de siete años de ruptura de relaciones, Irán y Arabia Saudita, junto con China como mediadora, lograron reconstruirlas. Las opiniones internacionales hablan de esperanza para la paz en la región, aunque estas opiniones pueden ser muy generales ya que hasta el momento no se han publicado detalles del acuerdo. Lo poco que se conoce del mismo es que después de ser firmado existieron reuniones entre entidades diplomáticas de dichos países en la ciudad de Beijing, incluso las declaraciones del Ministro de Exterior iraní Hossein Amir-Abdollahian dieron a conocer que junto con su homólogo saudita comenzarán el proceso de reestabilización de consulados y embajadas, como también se sabe que se abrieron los cielos renovando los vuelos entre estos dos países, asimismo solo se sabe con firmeza que dentro del acuerdo firmado los temas se basan en seguridad y comercio. Parece ser que los analistas occidentales solo se basan en la imagen positiva que dicho acto reflejó.

Si bien esto sorprendió a muchos, en especial a Israel, que también lleva tiempo haciendo esfuerzos por crear una relación de normalización con los saudíes, poco se ha informado sobre las actividades que el eje iraní está realizando con China a fin de lograr el mismo objetivo. En definitiva, revisando los antecedentes del acuerdo, podremos aclarar un poco el panorama.

Antecedentes y el interés de Irán

La Conferencia Bagdad II (el 20 de diciembre de 2023) tuvo como tema principal la crisis actual que está viviendo el Medio Oriente y el norte de África (MENA) que va más allá de los conflictos armados o religiosos. Los países árabes tampoco han podido concretar los objetivos de lo que fue la famosa Primavera Árabe. Irán, que estuvo presente en la conferencia, mostró gran preocupación por la posición estadounidense sobre la renovación de las sanciones. Debe seguir siendo cuidadoso en cada movimiento, especialmente frente a Arabia Saudita.

El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Hossein Amir-Abdollahian, a la derecha, se reúne con su homólogo de Arabia Saudita, el príncipe Faisal bin Farhan, en Beijing, el 6 de abril de 2023.

A su vez, sabe que si quiere lograr la hegemonía regional tendrá que llegar a un acuerdo y dentro de Medio Oriente, cambiar su enfoque y fortalecerse llegando a acuerdos con otros países islámicos aunque no sean de la misma rama chiita, como es el caso de hoy con la Arabia sunita. Esta conferencia de Bagdad en sí fue una forma de apoyar al nuevo primer ministro iraquí, Mohammed Shia al-Sudani.  Él y su gobierno, son influenciados por la República Islámica chiíta de Irán, lo que por supuesto afecta la posición de Arabia Saudita hacia Irán e Irak. Irán entiende que para moverse cómodamente debe garantizar dos cosas, que Estados Unidos ya no interferirá más en los asuntos de Medio Oriente y, en segundo lugar, que le dé a China la oportunidad de convertirse en la nueva potencia líder en la región. La capacidad de cambiar su imagen a la de un Irán logrando «acuerdos de paz» frente al ingenuo mundo occidental cansado de involucrarse en los asuntos de Medio Oriente, es la mejor opción.

Los primeros pasos del acuerdo se realizaron junto con otros países tales como China, Irak, Omán, Rusia e incluso EE. UU., pero no fue hasta el 22 de diciembre de 2022 que el presidente de China, Xi Jinping, viajó a Arabia Saudita y prometió iniciar una serie de conversaciones sobre los beneficios de un acuerdo con Irán que condujo a la última reunión en Beijing en marzo de 2023, ganando el puesto de mediador oficial.

Considerando esto, agregaremos que hasta hoy Irán no ha mostrado respeto por las sanciones impuestas por Occidente y ha aumentado la producción de uranio. Según el informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), la producción ha aumentado un 12% más desde noviembre y ahora tiene un total de 83,7%, cuando solo se permite llegar al 60%. En respuesta, Irán insiste en que la producción está destinada únicamente a aplicaciones médicas. Un acuerdo de normalización con Arabia Saudí y más de este tipo en el futuro le dará independencia para seguir desarrollando uranio hasta conseguir la bomba nuclear, algo que por cierto no esconde mucho.

Arabia Saudita y los países árabes, una postura escéptica

El interés iraní ya es conocido por los saudíes, esto se refleja en las opiniones de analistas, periodistas y de la propia sociedad a través de comentarios donde muestran su preocupación. El ambiente nos presenta un clima de escepticismo en el que los saudíes, que conocen bien los intereses iraníes detrás del acuerdo, admiten que esperan lo mejor de él, pero advierten que debemos ser plenamente conscientes de lo que implica.

El resto del mundo árabe también es consciente de ello, y al examinar los posts publicados por analistas en la materia veremos más puntos de vista que los medios occidentales ignoran y traducimos aquí al español.

El conocido periodista sirio Omar Rahmon publicó un post refiriéndose a la pregunta: “¿Por qué recién ahora llegamos a un acuerdo?” En su respuesta, dio a entender que el hecho de que Estados Unidos esté enfocado en la guerra Rusia-Ucrania abre espacio para que China comience sus primeros pasos para influenciar en la región. Aunque el periodista da a entender que, sin la autorización de los Estados Unidos, nada se puede lograr.

Esto nos sugiere que los sauditas no ven que el acuerdo es todo positivo, al contrario, son concientes de que hubo restricciones impuestas por Estados Unidos que no permiten total libertad diplomática. La influencia estadounidense no ha terminado en la región, aún cuando China haya incursionado en el escenario diplomático.

El analista académico Sultan Al Omar comienza con una publicación preguntando el interés saudí, a saber: ¿Por qué? ¿Cuál fue el punto de retorno para que los saudíes quisieran volver a mantener relaciones con Irán?, y a esto responde el propio analista, que Riad se siente amenazado por el ataque iraní a sus instalaciones en Yemen donde su aliado EE. UU. no intervino por la seguridad saudí, por lo que entiende que por su propio bien y seguridad tendrá que llegar a un acuerdo.

Otro periodista, Adhwan Al Hamri dijo que los años de ruptura diplomática finalmente han llegado a su fin, pero si eso parece una bendición, el periodista también nos pone en alerta y explica que Irán no detendrá su maldad, su política y la voluntad de conseguir alimentar su uranio hasta lograr la bomba nuclear. Al mismo tiempo que firmamos un acuerdo con toda la positividad que representa, no quiere decir que debamos confiar en los iraníes porque hasta ahora nunca han demostrado que cumplan con los acuerdos, siempre han seguido su propio camino al margen de los demás.

Como hemos dicho, no hay detalles publicados del acuerdo mismo por lo cual eso también nos deja ante muchas preguntas y dudas sin responder. Podemos ver hasta el momento que «mientras el mundo occidental festeja estos acercamientos», el Medio Oriente nos dice: no se conformen con lo escrito, esperemos a los hechos.