Publicado en 2002 bajo el título “Geschichte Palästinas. Von der osmanischen Eroberung bis Zur Gründung des Staates Israel” y con la primera edición en español en 2006 el libro de Gudrun Krämer “Historia de Palestina. Desde la conquista otomana hasta la fundación del Estado de Israel” es una referencia obligada para todos aquellos interesados en el proceso de formación de los nacionalismos judío y árabe/palestino así como las causas subyacentes del conflicto palestino-israelí.
Enfocándose en proporcionar una visión académica que distinga entre narrativas nacionales dominantes y hechos históricos, Krämer transita por su libro, lleno de referencias académicas y datos estadísticos que ayudan a contextualizar los acontecimientos descritos, por las imágenes, mitos y leyendas que rodean, sostienen y definen los reclamos políticos, identitarios y nacionalistas tanto de israelíes como de palestinos.
La “santidad” del territorio y sus múltiples denominaciones a lo largo de la historia; la relación del pueblo judío con la tierra tanto idealizada y mediatizada como pragmática; el arraigo e identidad de la población local con esa misma tierra y los esbozos del nacionalismo palestino en reacción al proyecto sionista; el control y administración otomana sobre Palestina y sus cambios a lo largo del tiempo; la aparición del sionismo y arabismo en el período 1880-1914 (incluyendo las reconfiguraciones identitarias y en las relaciones entre los habitantes de la Palestina otomana); el inicio del establecimiento del proyecto sionista en un territorio que representaba unos desafíos no contemplados por los pensadores del movimiento; la administración británica, sus tumbos, contradicciones y la partición de 1922; así como las insurrecciones árabes que, desde 1929 se presentaron recurrentemente en la zona, son algunos de los temas que llevan a Krämer a delinear el conflicto que explotaría después de la Segunda Guerra Mundial y la creación del Estado de Israel.
Estación de tren Jerusalén (1900)
Krämer es muy consciente de que pisa terreno explosivo cuando aborda los nacionalismos judío y árabe/palestino como construcciones coyunturales y procesos de larga duración lo que choca con las visiones esencialistas dominantes en las producciones académicas sobre dicho tema. Quizá la mayor contribución del libro es el desmenuzamiento del control otomano sobre la zona de Palestina y cómo existe una relación entre los cambios administrativos otomanos y, por un lado, la aparición de levantamientos e insurrecciones locales a fines del siglo XIX por parte de notables y terratenientes árabes y por otro la aparición del proyecto sionista y el establecimiento de comunidades agrícolas que modificaron en pocas décadas las dinámicas económicas de la zona.
El incremento gradual de la importancia de la Palestina otomana para potencias europeas como Francia, Inglaterra y Rusia también son estudiadas desde una doble óptica: las dinámicas otomanas-europeas y los efectos de la influencia europea en los habitantes de Palestina. En este punto Krämer demuestra que los líderes tribales locales así como la élite árabe/palestina fueron leales al Imperio Otomano hasta la invasión egipcia de Palestina liderada por Mehmet Alí en 1831.
El control egipcio sobre Palestina se vuelve un punto de inflexión el cual Krämer ubica como el inicio de la modernización de la zona y también del inicio de la penetración europea en la zona árabe otomana algunas veces en favor del Imperio y otras en detrimento de los intereses de la Sublime Puerta.
El sionismo es entendido y estudiado en el libro de Krämer como una de las muchas opciones para los judíos europeos en la modernidad el cual se fue imponiendo paulatinamente a otras opciones hasta llegar a ser dominante. Las contradicciones internas del sionismo y su confusa relación con la población local (tanto terratenientes como agricultores árabes) es analizada desde una perspectiva que permite visualizar que este fue un largo y complicado proceso que desencadenó un enfrentamiento no sólo militar sino también en la narrativa histórica que aún continúa en nuestros días.
Son muchas las obras que se han publicado sobre el conflicto árabe-israelí y palestino-israelí, el libro de Krämer resulta esencial al presentar una exposición que desmonta varios de los mitos sobre los cuales descansan las narrativas nacionalistas dominantes en el discurso israelí y palestino lo que abona a la creación de espacios de encuentro y reflexión independientes que faciliten el diálogo entre las partes.
En América Latina resulta urgente el crear espacios de estudio y reflexión independientes y lo más neutros posibles pues el ámbito académico latinoamericano está secuestrado por condicionantes políticas ajenas a la investigación histórica seria y que responden a procesos de definición identitaria diaspóricas.