Los libros escolares turcos incitan al odio supremacista
Por: Dr. James M. Dorsey
Los libros de texto turcos han reemplazado a los textos sauditas como foco de crítica de los planes de estudio supremacistas e intolerantes en el mundo musulmán
Según un análisis publicado recientemente de 28 libros de texto turcos, el sistema educativo de ese país, que alguna vez fue un modelo de laicismo que enseñó la evolución, la apertura cultural, la tolerancia hacia las minorías y el kurdo como lengua minoritaria, ha reemplazado cada vez más esos conceptos con nociones de yihad, martirio en la batalla, y una cosmovisión etnorreligiosa neotomana y pan-turquista en sus planes de estudio.
El informe, del grupo de investigación israelí Institute for Monitoring Peace and Cultural Tolerance in School Educación (Impact-se) y la Henry Jackson Society de Gran Bretaña, afirmó que los planes de estudios recientes, en un país de la OTAN que durante mucho tiempo ha aspirado a ser miembro de la Unión Europea, incluyendo mensajes anti-americanos y anti-armenios, despliegan “simpatía por las motivaciones de ISIS y Al-Qaeda”, se enfocan exclusivamente en las enseñanzas musulmanas sunitas y reemplazan cursos electivos como el kurdo por cursos religiosos.
Se cree que los kurdos representan el 15-20% de la población turca.
Los libros de texto promueven conceptos como “dominación mundial turca” y el “ideal del orden mundial” turco u otomano, según el informe.
«La educación es un pilar fundamental en los esfuerzos de [el presidente Recep Tayyip] Erdoğan para envolver al país con el manto de la Sharia … El Ministerio de Educación ha estado presionando a los ciudadanos para que se ajusten a las prácticas islámicas conservadoras en las escuelas públicas», comentó el erudito turco Soner Cagaptay.
El estudio se publicó cuando Turquía intentaba reparar las relaciones con Europa y los estados del Medio Oriente, incluidos Egipto, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos e Israel, que se vieron afectados por la agresiva asertividad de Ankara en Libia, Siria, el Cáucaso y el Mediterráneo oriental.
Erdogan habló en una videoconferencia con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, antes de una cumbre europea que estaba programada para discutir las relaciones con Turquía.
La conferencia se produjo un día después de que la UE archivó los planes de incluir en la lista negra a los altos ejecutivos de la estatal turca Turkish Petroleum Corporation (TPAO) en represalia por la perforación turca de gas natural en aguas disputadas en el este del Mediterráneo.
Es probable que el informe se sume al escepticismo sobre un plan de acción de derechos humanos de 11 puntos presentado recientemente por Erdogan que, según dijo, reforzaría las libertades y las protecciones legales.
Erdogan ha socavado la libertad de prensa y la independencia del poder judicial y ha arrestado a miles de personas por cargos a menudo endebles desde que derrotó un fallido golpe militar en 2016. Como resultado, Turquía se ubica hoy como uno de los principales encarceladores de periodistas del mundo.
La policía turca detuvo recientemente a varios funcionarios del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) pro-kurdo, días después de que un fiscal de alto rango exigiera la disolución del partido por presuntos vínculos con militantes nacionalistas kurdos.
El Parlamento también expulsó a un diputado del HDP, lo que socavó el esfuerzo de Erdoğan por sugerir que se está adhiriendo a los valores proyectados por Europa y el presidente estadounidense Joe Biden.
El presidente Biden, desde que asumió el cargo en enero, ha mantenido a Erdogan en el limbo al abstenerse de darle la habitual llamada de jefe de gobierno. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que Biden llamaría a Erdogan «en algún momento».
Los críticos relacionan el retroceso de los libros de texto turcos con las inclinaciones islamistas de Erdogan y el apoyo a los Hermanos Musulmanes, que se ha establecido en Estambul desde la brutal represión de Egipto contra el grupo en 2013.
El hecho de que Turquía advirtiera recientemente a las figuras de la Hermandad y a los medios de comunicación del grupo con sede en Estambul que bajen el tono de su retórica hará poco para convencerlos a ellos o a Egipto, a los países del Golfo, o Israel, de que el leopardo está cambiando sus manchas.
Erdogan camina por una delgada línea. Sus esfuerzos por arreglar las diferencias con sus detractores amenazan con socavar su pretensión de liderazgo del mundo musulmán en competencia con Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Irán e Indonesia.
Su proyección de sí mismo como el principal defensor de las causas islámicas le ha valido una importante credibilidad callejera en varios países de mayoría musulmana.
La reorientación del plan de estudios de Turquía sirve a su objetivo de criar una “generación piadosa” en el país, así como a su posicionamiento de Turquía a nivel internacional.
Sin embargo, las referencias en los libros de texto turcos a judíos y cristianos como infieles, en lugar de la referencia común, la «Gente del Libro», pueden encajar bien con segmentos de la opinión pública musulmana, pero cuestionan sus esfuerzos por moderar la retórica y parecer más cooperativo y constructivo.
El hecho es que los libros de texto, a pesar de las referencias positivas al hebreo, la civilización judía y, por primera vez, el Holocausto, contrastan marcadamente con los últimos planes de estudio reformados en Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, así como con los esfuerzos de Nahdlatul Ulama de Indonesia, el movimiento de la sociedad civil musulmana más grande del mundo, para eliminar la legalidad de categorías como “infieles” de la jurisprudencia de la fe.
El contraste con Arabia Saudita es particularmente marcado dado que las mejoras en los libros de texto sauditas son el único punto brillante en el esfuerzo por lo demás empañado del reino de presentarse como un líder musulmán moderado y tolerante que ha dejado atrás los conceptos ultra conservadores de supremacismo y ha abrazado los derechos humanos y el gobierno la ley.
Impact-se y Human Rights Watch informaron recientemente, por primera vez en dos décadas de presión posterior al 11 de septiembre sobre Arabia Saudita para eliminar las referencias supremacistas a judíos, cristianos y chiítas, que el reino había logrado un progreso significativo en la revisión de los libros de texto.
Los dos grupos se centraron en informes separados sobre referencias explícitas a otras religiones, pero señalaron que se necesitaban más revisiones para eliminar el lenguaje que menosprecia las prácticas asociadas con las minorías religiosas, en particular los musulmanes chiítas y los sufíes, sectas consideradas heréticas por los ultra conservadores.
De la misma manera, los Emiratos Árabes Unidos enmendó el año pasado sus libros de texto al forjar relaciones diplomáticas con Israel. “El tratado no se presenta simplemente como un hecho en el libro de texto. A los estudiantes se les presentan razones religiosas, éticas y nacionales para apoyar el acuerdo y emplear el pensamiento crítico al completar un ejercicio sobre la importancia de la construcción de la paz”, dijo el director ejecutivo de Impact-se, Marcus Sheff.
«La idea de que la yihad es ahora parte del plan de estudios turco, que el martirio en la batalla ahora se glorifica, podría no ser sorprendente dado lo que sabemos sobre Erdogan … Pero verlo blanco sobre negro es bastante impactante», agregó Sheff en una entrevista, señalando que el presidente ha despedido a unos 21.000 profesores y ha arrestado a un gran número de académicos en los últimos años. «No había ninguna razón para pensar que él no intentaría influir en los libros de texto», dijo Sheff.
Fecha de publicación: 28.04.2021
Fuente: Besa Center
Traducción: Gastón Saidman