Un alto funcionario del gobierno de EE. UU. anunció el 16 de mayo que el presidente de EE. UU., Joe Biden, había aprobado el redespliegue de las fuerzas estadounidenses en Somalia, revocando la decisión de su predecesor.
El funcionario afirmó que “Biden recibió una solicitud del Ministerio de Defensa para desplegar nuevamente las fuerzas estadounidenses en África Oriental, a fin de restablecer una presencia militar pequeña y continua en Somalia”.
El Pentágono pidió el despliegue para «apoyar la lucha contra la organización extremista al-Shabaab, vinculada a al-Qaeda».
La tarea principal que enfrenta es actuar contra el movimiento al-Shabab, que controla gran parte del país y recientemente lanzó un ataque contra la capital, Mogadiscio.
Somalia ha sufrido décadas de inseguridad, y los extremistas aún controlan gran parte del país y continúan recaudando impuestos en algunos lugares.
Muchos en el país expresaron su preocupación cuando Trump ordenó la retirada de las fuerzas estadounidenses que estaban allí desde hace mucho tiempo. Según el portavoz de Seguridad Nacional de EE. UU., Adrian Watson, lo describió como un «redespliegue».
Somalia enfrenta otros desafíos formidables, incluida una sequía que ha dejado a millones de personas en extrema necesidad de asistencia.
Las organizaciones humanitarias temen una hambruna similar a la de 2011 que se saldó con la muerte de 260.000 personas.
El país endeudado también espera una respuesta del Fondo Monetario Internacional sobre un importante paquete de ayuda financiera que expiró automáticamente el 17 de mayo.
El gobierno ha pedido extender el plazo por tres meses, hasta el 17 de agosto, según el Fondo Monetario Internacional, que aún no ha respondido a la solicitud.
Fuente: JCPA
Traducción: Gastón Saidman