Si logramos hacer un recorrido sobre los cambios políticos y sociales que vivió el Medio Oriente desde principio del siglo 21, notaremos que los mismos tienen tendencias positivas como negativas. La guerra de Irak (2003), el gobierno de Mahmud Ahmadineyad en Irán (2005-2013) y por su puesto la famosa primavera árabe (2011) fueron eventos que dieron forma a la política que se vive hoy en Oriente Medio.
Si bien los conflictos internos del mundo árabe eran conocidos desde siempre, estos sucesos en parte facilitaron la posibilidad de ciertos países de también crear nuevos lazos con Occidente y darlos a conocer de manera mas pública. No es ninguna novedad hoy en día estar al tanto de las relaciones no oficiales por ejemplo entre Israel y Arabia Saudita por el deseo de este ultimo país en fortalecer su amistad con Occidente y ganar fuerza frente a su enemigo Irán al margen de poder enfrentar la crisis económica que está viviendo por la crisis del petróleo.
La guerra de Irak (2003) derrocó al tirano de Saddam Hussein creando un cambio radical en la postura del gobierno iraquí, que hoy intenta modificar su política interna hacia una más democrática y más cercana a Occidente, y lo que nos sorprende es que quizás esta nueva actitud podría incluso tomar relevancia con antiguos enemigos, por ejemplo Israel.
Existen diversas fuentes que confirman las conexiones entre Israel e influyentes políticos iraquíes, incluso el mismo Ministro de Exteriores iraquí Mohammed Ali al Hakim manifestó su interés por apoyar en el futuro un acuerdo entre Israel y Palestina para así poner fin a este conflicto de cien años. Con esto último, notamos que Irak estaría reconociendo a Israel como estado, ¡sin duda un cambio muy drástico pero para bien!
Las relaciones Israel – Irak
Irak fue uno de los países árabes que se unió al resto quienes en 1948 apoyaron la causa palestina contra el nuevo estado de Israel enviando una suma de soldados que para su mala suerte se vieron limitados frente a la potente e inteligente estrategia militar israelí, y la derrota final de Egipto, Siria y Jordania obligó al ejercito iraquí a retirar por completo sus tropas de las fronteras con Israel. Según las reglas de guerra internacionales, el hecho que Israel e Irak no firmaron un armisticio implica que todavía de manera simbólica siguen en estado de guerra.
La suerte no fue diferente en la famosa guerra de los 6 días en 1967, donde si bien Irak logró esta vez colocar en la frontera jordana-israelí tropas de tanques y aviones que dificultaron maniobras israelíes, igualmente sufrió perdidas de gran escala en soldados y aviones.
En 1973 la intervención iraquí logro de alguna manera detener el avance israelí hacia Damasco, pero se limitaron en atacar al ejercito israelí luego de aprender las lecciones pasadas.
Con Saddam Hussein en la famosa Guerra del Golfo Irak ordenó que se dispararan decenas de misiles contra Tel Aviv, siendo este ataque, el último en términos históricos.
¿Israel e Irak reconciliados? ¿Por qué?
Después de la guerra de Irak en el 2003 hubo un cambio radical político que sorprendió a todos al saber que Irak podría estar enviando delegaciones secretas a Israel, e incluso manifestó querer intermediar para un futuro acuerdo con Palestina.
Esto causó amenazas por parte del campo pro-iraní que amenazó con castigar severamente a quienes intenten crear lazos con la “entidad sionista” hasta el momento su feroz enemigo, pero la crisis de la guerra y el fin de Saddam Hussein colocó a Irak frente a una realidad en la cual hoy ve un potencial en su acercamiento a Occidente.
El interés de Irak por mejorar sus relaciones con Israel es simple, recibir apoyo de Occidente para su lucha contra Irán, su enemigo mutuo, según el ex legislador liberal iraquí Mithal al Alusi quien visitó Israel entre el 2004 y el 2008, y donde también expresó su anhelo por compartir servicios de inteligencia para combatir a Irán.
Esto último que está pasando nos recuerda que al principio de los años 80 en la guerra Irán-Irak cuando el líder y padre espiritual de la revolución iraní Ruhollah Khomeini cedió información a Israel para ayudar a destruir el reactor nuclear de aguas ligeras de Irak, teniendo en cuenta que en esa época era el enemigo mutuo de Irán e Israel, es por eso que por más que esta noticia sea conmovedora debemos recordar que Medio Oriente siempre se dirigió bajo las reglas de acuerdos e intereses y no por una normalización -frecuentemente soñada y decepcionada en el lado israelí y occidental.
Teniendo esto en cuenta, de la misma manera se puede utilizar esta nueva amistad para confrontar nuevos enemigos, y quien dice – ojalá, Inshallah – a través de acuerdos concretar la paz que tanto deseamos.