El Papa Francisco junto al presidente azerí Aliyev

El silencio de Francisco ante la situación armenia en Karabaj

En su tradicional discurso de Navidad, emitido desde la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco hizo su recurrente llamado a la paz en el mundo y lamentó “los vientos helados de la guerra que continúan golpeando a la humanidad”.((Aquí se puede consultar el discurso completo https://www.catholicnewsagency.com/news/253156/full-text-pope-
francis-homily-for-christmas-2022))

Francisco enumeró algunos conflictos y crisis que asolan al mundo. Los países mencionados por el líder de la iglesia católica fueron Ucrania (tema en el cual Francisco sistemáticamente evita condenar con nombre y apellido al agresor, Vladimir Putin), Líbano, Palestina, los países del Sahel, Yemen, Irán, Haití, Afganistán, Myanmar, Afganistán así como la terrible situación de las comunidades cristianas del Medio Oriente y el Cuerno de África. 

Llama la atención una omisión intencional de Francisco pues ni una sola palabra salió de su boca para advertir y condenar la terrible situación que sufren los armenios de Karabaj y la crisis humanitaria que por más de dos semanas está azotando a la población cristiana de ese territorio disputado por la República de Armenia y la República de Azerbaiyán.

Francisco y la cúpula de poder del Vaticano son muy conscientes de la situación en Karabaj por lo que la omisión no se debió a falta de información o un descuido. La decisión de Francisco de excluir de sus rezos y pensamientos a los armenios de Karabaj se debe a la cercana relación entre el Vaticano y la dictadura azerbaiyana que incluye varios millones de euros en lo que oficialmente se designa como “proyectos culturales”. 

Cualquiera que se aproxime a la historia de la Iglesia Católica tendrá claro que se trata de una poderosa estructura transnacional que cuenta con un cuerpo diplomático muy profesional. Si bien el Vaticano y la Santa Sede son dos organizaciones jurídicas diferentes ambas tienen actividades e influencia internacionales importantes bajo la autoridad del Papa, Jefe Supremo de la Iglesia Católica y líder del Estado del Vaticano. De manera única en el mundo la política exterior vaticana se complementa con la influencia de la Iglesia Católica dando como resultado un potente actor internacional.

En naranja, Nagorno Karabaj

En naranja, Nagorno Karabaj

Si bien sería hasta 1929 cuando el Vaticano sería reconocido como un Estado, la Santa Sede ha tenido por mucho tiempo personalidad jurídica suficiente para celebrar, firmar y ratificar tratados internacionales, llevar a cabo transacciones comerciales a nivel mundial y establecer relaciones diplomáticas con otros países. 

En ese contexto hay que señalar que el papado de Francisco ha estado marcado, entre otros objetivos, por la búsqueda de acercamiento al mundo islámico. Dos ejemplos de esta política exterior vaticana son el llamado “Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común” también conocido como “la Declaración de Abu Dabi”, que fue firmado el 4 de febrero de 2019 tanto por el Papa Francisco como por Ahmed el-Tayeb, Gran Imán de al-Azhar, líder del islam suní egipcio, (para algunos musulmanes la autoridad islámica más importante) y generador de jurisprudencia islámica seguida por millones de personas, en Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos y la visita de tres días de Francisco a Irak a inicios de marzo de 2021 en donde visitó ciudades como Bagdad, Nayaf, Ur, Erbil, Mosul y Qaraqosh.

La República de Azerbaiyán, país de mayoría musulmana chiita, recuperó su independencia en 1991 junto a varios países ex soviéticos. El Vaticano estuvo entre los países que reconocerían rápidamente estas independencias del espacio post soviético y las relaciones diplomáticas entre el Vaticano y Bakú, capital de Azerbaiyán, se establecieron en 1992. 

La Constitución de Azerbaiyán establece la separación entre Estado y religión así como la igualdad jurídica de todas las religiones así como el derecho de todos los ciudadanos de expresar y practicar sus creencias y rituales religiosos mientras no se viole la moral pública. Se estima que entre el 4 y 5 por ciento de los más de 10 millones de azerbaiyanos son no musulmanes. Judíos, católicos, ortodoxos rusos, griegos, georgianos y armenios así como protestantes y bahaís, más varios cientos de extranjeros que trabajan y estudian en Azerbaiyán, componen las comunidades no musulmanas del país. 

Protesta frente a las oficinas de la ONU en Armenia por el bloqueo de Nagorno Karabaj

Protesta frente a las oficinas de la ONU en Armenia por el bloqueo de Nagorno Karabaj

En 1997 Heydar Aliyev (considerado como el padre de la patria azerbaiyana independiente) realizó una visita de estado a Roma, ese mismo año se reestablecería oficialmente la comunidad católica azerbaiyana y en 2002 el entonces Papa Juan Pablo II visitaría Azerbaiyán para inaugurar la construcción de la nueva Iglesia de la Inmaculada Concepción de la Virgen María en Bakú que sería terminada en 2006.

Las relaciones entre el Vaticano y Bakú se profundizarían con la firma de un tratado bilateral en 2011, la visita del Papa Francisco a Azerbaiyán en 2016 y el viaje de Ilham Aliyev al Vaticano en 2020 lo que llevaría a una ampliación de los acuerdos entre el Vaticano y la poderosa e influente Fundación Heydar Aliyev que incluiría la financiación de proyectos como la restauración de las catacumbas de Commodilla, un cementerio en Roma que tiene varios murales de gran importancia arqueológica y religiosa. 

La Fundación Heydar Aliyev ((https://heydar-aliyev-foundation.org/en/content/index/47/Heydar-Aliyev-Foundation))es oficialmente una organización de caridad que inició sus trabajos en 2004 tanto en Azerbaiyan como en el extranjero y que actualmente tiene a la Primera Dama Mehriban Aliyeva como su presidenta. Parte de las actividades de la Fundación Aliyev están relacionadas con la restauración del patrimonio artístico y religioso a nivel mundial y para muchos analistas es una herramienta importante de poder blando del gobierno azerbaiyano que lo acerca a muchos países. 

Como recuerda Giuseppe Adamo en su artículo «The unexpected ally of the Vatican in the Caucasus: Azerbaijan«, durante más de una década de cooperación cultural entre el Vaticano, representado por el Consejo Pontificio para la Cultura de la Santa Sede y la Fundación Aliyev se han llevado a cabo diversos proyectos como la restauración de varios monumentos pictóricos en las catacumbas de los santos Marcelino y Pedro en Roma, el concierto de Alim Gasimov, destacado músico azerbaiyano, en abril de 2010 o la exposición titulada “Historical look at Azerbaijan`s rich pearls” de noviembre de 2012. Para el evento conmemorativo del 20 aniversario de las relaciones diplomáticas entre Azerbaiyán y el Vaticano la Fundación Heydar Aliyev corrió con los gastos y la organización.  

Seguramente la relación entre el Vaticano y Azerbaiyán habrá tenido aspectos positivos en el diálogo interreligioso cristiano-musulmán y abre la puerta a que el Papa sea un intermediario en el conflicto de Nagorno Karabaj. Desde el punto de vista de Bakú dicha relación, en la cual ha invertido millones de euros y dólares por medio de donaciones para los proyectos antes mencionados a los que podríamos agregar la restauración de la Capilla Sixtina y otras iglesias católicas a lo largo y ancho del mundo (incluido México con el caso de la Capilla de la Concepción en Tlaxcoaque), le permite que los crímenes que comete contra población y monumentos armenios en Nagorno Karabaj queden impunes y reciban poca atención del Vaticano más allá de algunas ocasionales referencias discursivas suaves por parte de Francisco. 

Los diplomáticos azerbaiyanos no han reparado en elogios a lo que ellos llaman “una balanceada aproximación del Vaticano a la situación post conflicto entre Azerbaiyán y Armenia” como lo demuestran los recientes comentarios de Rahman Mustafayev, embajador de Azerbaiyán en Francia.((https://tass.com/world/1362957))

El 2 de diciembre de este mismo año se llevó a cabo una reunión entre Jeyhun Bayramov, Ministro de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán, y el arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario de Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, como parte de la 29ª reunión del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la OSCE, que se celebró en la ciudad polaca de Lodz.

En dicha reunión Azerbaiyán le informó al Vaticano sobre la situación en Nagorno Karabaj y le advirtió de los peligros que los armenios representan a lo que el arzobispo Gallagher respondió felicitando a Bakú por su ayuda en la restauración de sitios históricos cristianos en el Vaticano.

A Gallagher en esa reunión y a Francisco en su discurso de Navidad no les molestó o incomodó en lo más mínimo que la población armenia de Nagorno Karabaj esté asediada y a merced de los caprichos del gobierno azerbaiyano que no ha dudado en dejarlos aislados del mundo al cerrar por semanas el corredor de Lachin, único punto que comunica a los armenios de Karabaj con Armenia, cortar la electricidad y el acceso a calefacción en este cruel invierno para la población de este enclave en disputa. 

En Deuteronomio, libro del Antiguo Testamento que a Francisco y a toda la cúpula de poder católica le es familiar, encontramos una frase que resume esta terrible complicidad y cobardía del Vaticano «No torcerás el derecho, no harás acepción de personas, no aceptarás soborno, porque el soborno cierra los ojos de los sabios y corrompe las palabras de los justos«.

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