El rey de Jordania Abdalá II bin Al Hussein se presentó a la cuarta sesión de la Asamblea Nacional en la que llevó a cabo un discurso que, si bien parecía ser prometedor, este fue un pedido de ayuda al gobierno y a sus civiles para que colaborasen en esta difícil etapa que vive el mundo.
Este tipo de asambleas se realizan en circunstancias excepcionales en las que se exige examinar los logros alcanzados en una breve etapa de gobierno.
El Rey Abdalá comenzó su discurso de la siguiente manera: “Extiendo mis saludos a ustedes, todos los jordanos que contribuyen a la construcción de nuestra nación, especialmente a mis hermanos y camaradas de armas, el ejército árabe y los servicios de seguridad, trabajadores y jubilados. A ellos todo nuestro aprecio y orgullo”.
En el discurso nada nuevo se dijo, solo que la crisis en el país es muy grande. Fue un discurso consuelo, en el cual no se escucharon los resultados de la corta cadencia parlamentaria. El Rey solo manifestó palabras de aliento, sin logros ni cumplidos frente a la mirada de ansiedad de los dirigentes preocupados por el futuro del reino, que no ven claro como enfrentarán la crisis sus jóvenes y sus adultos.
Abdalá expresó su conocimiento sobre el pesar de los ciudadanos y la responsabilidad que hay en cada hombre y su familia. Todo Jordania es consciente en cómo la pandemia arruinó en muchos aspectos la vida cotidiana, en especial en el rubro económico, por el cual están pagando un precio muy alto. También explicó que los ciudadanos están respondiendo a las reglas implementadas por el gobierno para hacer frente a la pandemia y que lo bueno es que gracias a estas dificultosas reglas los jordanos se mantienen firmes y perseverantes.
Si bien aún no se ve la luz al final del puente, Jordania está avanzando a un ritmo constante y lo importante es que lo más difícil quedó en el pasado y el futuro se ve prometedor, dijo el rey.
Durante el mes pasado, el gobierno presentó un programa económico que se implementará en cuatro etapas, con el objetivo de revisar los sueldos, estimular la economía y la inversión, mejorar la calidad de los servicios prestados a los ciudadanos y la reforma financiera, administrativa y pública.
De momento se anunció el primer paquete ejecutivo para este programa y se anunciarán otros más detallados, incluida una revisión de la legislación y los reglamentos relacionados con los impuestos y las aduanas, para facilitar los negocios.
Por lo tanto, el rey ordenó al gobierno que trabaje con seriedad y eficiencia para tomar medidas más audaces y avanzar en la economía nacional. Sin embargo, aclaró que ningún gobierno puede seguir hoy el camino de la reforma y el logro sin una autoridad legislativa que lo apoye, un poder judicial imparcial, un sector privado activo y un ciudadano que confíe en sí mismo y en el futuro de su país.
“No hay una plataforma más apropiada que esta plataforma para invitar a las tres autoridades a llevar a cabo sus funciones. Todos ustedes hoy son responsables y mañana lo serán también. No tenemos más remedio que trabajar y lograr éxitos”, expresó el monarca y agregó:
«No les estoy hablando hoy por temor a la patria, sino por mi fe en ella y en ustedes y por la clara visión de las oportunidades que tenemos ante nosotros. Nuestros jóvenes están calificados, nuestros sectores son prometedores, el inversor está interesado y el mundo cree en Jordania y sus capacidades.«
A pesar de todo, el rey Abdalá no pasó por alto el conflicto árabe israelí como una parte importante en la agenda gubernamental. Hay que tener en cuenta la importancia que Jordania representa en este conflicto, siendo un país que se encuentra en paz con Israel y habiendo tomado parte del control sobre terrenos perdidos en la guerra del 67, en la cual Israel quedó responsable sobre la seguridad y Jordania con la administración de las mezquitas del Monte del Templo, lo que conocemos como waqf.
Por eso remarcó las posturas nacionales hacia la causa Palestina y el apoyo hacia los palestinos para establecer su Estado independiente bajo los terrenos otorgados el 4 de junio de 1967, con Jerusalén Oriental como su capital.
Fuente: Parlamento jordano
Traducción: Gastón Saidman