A más de 100 años del Acuerdo Sykes-Picot el cual decidió de manera definitiva los bordes que hoy conocemos del Medio Oriente junto con la creación de nuevos países en la zona, demuestra que la influencia e intereses de ciertos países todavía siguen de pie.
Explicaremos de manera resumida lo siguiente, el Acuerdo Sykes-Picot fue un acuerdo firmado en el año 1916 en plena Primera Guerra mundial, este acuerdo elaborado por Inglaterra, Francia y Rusia, pondría fin al Imperio Otomano y dividiría al Medio Oriente bajo mandatos los cuales serían liderados por los países nombrados en el acuerdo, menos Rusia quien después de la revolución del 1917 decidió abandonar la iniciativa, con lo cual el territorio tuvo que ser compartido entre Francia e Inglaterra.
Este último tiempo el Medio Oriente vivió una temporada de conflictos que si bien no eran nuevos, sí podemos decir que algunos crecieron o mejor dicho pusieron en prueba a través de estallidos violentos lo que anteriormente se limitaba a ser una amenaza con algún roce bélico de tiempo derivado, por ejemplo la guerra en Siria donde entran en juego las ideologías religiosas, las diferencias internas de las distintas ramas del Islam, en este caso los alauitas (Gobierno de Assad) contra ISIS (Estado Islámico de rama sunita.)
Como pudimos ver, el panorama que nos ofrece el llamado mapa que reflejan los intereses políticos externos, entendemos de manera general quien juega con quien, Rusia con Irán apoyan a Assad y Arabia Saudita a ISIS, aunque este ultimo no con la misma contundencia que los dos primeros.
En los últimos meses, Francia estaría asomando su interés por ser parte del espectáculo y el problema es que como país occidental está tomando partido por los enemigos de Occidente, ya que la decisión del gobierno francés de acercarse al Líbano, -país del cual fue mandatario según el Acuerdo Sykes-Picot y territorio que compartió durante ese tiempo con Siria-, sólo se logra a través de la inclusión de la organización terrorista Hezbollah.
El 26.10.18, una delegación de representantes de dos comités de las cámaras del Parlamento francés visitó el Líbano: el Comité de Asuntos Exteriores, Defensa y Fuerzas Armadas del Senado, y el Comité de Asuntos Exteriores de la Asamblea General. La delegación se reunió con parlamentarios libaneses, incluido el parlamentario de Hezbollah, Nawaf al-Moussawi. Según una declaración emitida por la oficina de Al-Moussawi, las partes discutieron asuntos políticos y de seguridad, así como también sobre las perforaciones de petróleo y gas en las áreas marítimas económicas del Líbano.
Después de la reunión, Al-Moussawi dijo que las dos Cámaras del Parlamento Francés están interesadas en apoyar a la compañía petrolera Total que firmó un futuro acuerdo con el país para la perforación de petróleo y gas como muestra de que a pesar de las presiones ejercidas, Francia no retirará su compromiso con el Líbano ni pospondrá la fecha de perforación.
Es por eso que Francia bien podría estar estrechando sus relaciones políticas y de inteligencia con Hezbollah para ganarse otro punto de influencia donde la estrategia sería tener al gobierno libanés y a la organización terrorista de su lado y así poder complacer sus metas económicas, principalmente los intereses de la compañía petrolera francesa Total.
La razón por la cual Francia juega a dos puntas se remonta desde el año 1996, cuando Francia bajo el mandato de Jacques Chirac decidió intervenir en el alto de fuego después de un enfrentamiento entre Israel Hezbollah poniendo fin al operativo israelí «Operación Uvas de la Ira», la cual tenía como objetivo terminar los ataques por parte de la organización hacia el norte de Israel. Si bien se consiguió el alto de fuego, las diferencias entre el gobierno libanés y la organización terrorista Hezbollah crecieron y justamente por los términos a los cuales se llegaron al acuerdo.
Para poner un poco de orden, se decidió repartir las siguientes responsabilidades donde cada parte tendrá su control, el gobierno francés de la mano de Rafiq Hariri, a cargo de los asuntos internos, mientras que Hezbollah se ocupa de la política exterior y la actividad militar en Siria y la frontera con Israel.
Francia podrá fortalecer su presencia siempre y cuando Rusia e Irán logran mantener su fuerte influencia en la zona, y aunque esto no está comenzando de cero, Francia recibirá un papel más importante en la región en la cual ya tiene una sólida base con una conocida trayectoria de apoyo al régimen de Assad.
Ahora si nos centramos en el Líbano, Francia todavía no es Rusia o Irán, y necesita de una estabilidad en la zona especialmente para mantener sus intereses políticos, por eso cree que Hezbollah es el factor que puede garantizar esa estabilidad a largo plazo, otorgándole así la seguridad de viabilizar la perforación para la extracción del crudo en terreno libanés.
Este acuerdo es de seguro para mantener la estabilidad, lo que incluye asistencia financiera y económica, y también mediar con EE.UU. por la amenaza nuclear que pretende crear Irán, país patrocinador de Hezbollah.
El problema aquí es cuando nace el compromiso entre Francia y Hezbollah después de los ataques terroristas en París, lo que implicó abrir las puertas tanto a Irán como Hezbollah para cooperar con Francia en sistemas de seguridad e inteligencia. Por el momento, los medios de comunicación libaneses opositores a Hezbollah se burlan catalogando estas relaciones como una especie de flirteo entre las tres partes.
Con Francia del lado del Hezbollah, estaría del lado de Irán, pensemos en como podría influenciar esto siendo Francia un país de Occidente apoyando un régimen enemigo al de sus aliados.