El Estado caricaturesco de Erdoğan
Por Burak Bekdil
La primera experiencia de los islamistas turcos de gobernanza a largo plazo, ahora en su 19º año, ha convertido al país en una caricatura.
Con una inflación anual y tasas de interés cercanas al 20%, desempleo juvenil del 30% y un ingreso per cápita anual que ha caído a apenas 7.500 dólares, la popularidad del presidente Recep Tayyip Erdoğan se enfrenta a una caída sin precedentes. Las casas encuestadoras publicaron nuevos datos que por primera vez sitúan su índice de aprobación por debajo del 30%. Según la encuestradora MetroPOLL, el 46,5% de los turcos dicen que nunca votarían por Erdoğan frente al 35,3% en diciembre de 2019.
«Esta no es la Turquía con la que soñábamos», dijo a BESA un asesor cercano de Erdoğan y cofundador del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de Erdoğan en declaraciones inesperadamente valientes. La espiral de mala gestión ha estado corriendo a toda velocidad, a veces asombrando incluso a los más leales a Erdoğan. Los turcos no pueden decidir si reír o llorar por varios casos que llegaron a los titulares en el lapso de sólo un mes.
Ayuda COVID
Cem Emre Akıncı, propietario de un restaurante en Kuşadası, en la costa del Egeo, solicitó un programa especial de ayuda gubernamental que ofrecía apoyo en efectivo para las pequeñas empresas afectadas por el COVID-19. Akıncı completó su solicitud, con todos los documentos necesarios para calificar para el apoyo. El gobierno de Erdoğan recibió la solicitud e hizo un depósito en su cuenta de 4,63 liras turcas, o 0,56 dólares. «Espero que esta cantidad de dinero», comentó burlonamente Akıncı, «no arruine mi brújula moral».
Prohibición sigilosa del alcohol
El gobierno de Ankara anunció el 29 de abril que aplicaría un bloqueo total hasta el 17 de mayo. Luego, en un movimiento que mostró su tendencia islamista habitual, agregó bebidas alcohólicas a una lista de productos prohibidos en las estanterías de los supermercados. Mientras los analistas intentaban comprender la lógica de vincular el consumo de alcohol con el COVID-19 (las ventas de cigarrillos se mantuvieron libres), el gobierno anunció una lista de otros productos inexplicablemente colocados en la lista de prohibición en un aparente intento de camuflar sus motivos islamistas: porcelana, cubiertos, utensilios de cocina, juguetes, materiales de bricolaje, papelería, textiles para el hogar, muebles de jardín y accesorios para automóviles.
Cierre de la Corte Suprema
A principios de mayo, el socio de coalición de Erdoğan, el líder ultranacionalista Devlet Bahçeli, anunció sus propuestas para una nueva Constitución. «Esta propuesta constitucional es la antorcha democrática de los 100 años que tenemos por delante, un movimiento de nuestro pueblo para construir y reclamar el futuro», anunció Bahçeli con orgullo. Salvo que una de sus 100 propuestas constitucionales era la clausura de la Corte Suprema.
Pasaportes de servicio para el tráfico de personas
Las autoridades alemanas han iniciado una investigación sobre cientos de ciudadanos turcos sospechosos de entrar en territorio alemán con pasaportes de servicio obtenidos ilegalmente. Este pasaporte «gris» permite la entrada sin visa a muchos países y generalmente se emite a atletas nacionales o trabajadores del gobierno que necesitan estar en el extranjero para llevar a cabo sus funciones.
Parece que algunos municipios controlados por el AKP proporcionaron cientos de pasaportes grises a los leales al partido o los vendieron a familiares y amigos que los utilizaron para emigrar a países de la UE, principalmente Alemania.
«Piensen en un Estado», escribió el columnista Mehmet Y. Yılmaz, «… cuyo pasaporte de servicio oficial es ahora una fuente de sospecha en las puertas de inmigración en el extranjero».
Los científicos no pueden publicar datos
Es un secreto a voces que la agencia oficial de estadísticas de Turquía, TUIK, ha publicado durante mucho tiempo cifras de inflación manipuladas para evitar avivar el descontento público contra el gobierno. Los economistas dicen que las tasas de inflación reales del país son al menos el doble de las cifras oficiales. A medida que las acusaciones de subregistro de datos de precios alcanzaron su punto máximo, un grupo de investigación independiente sobre la inflación, ENAGroup, comenzó a publicar sus propios datos en septiembre.
En mayo, TUIK presentó una denuncia penal contra ENAGroup por publicar datos alternativos sobre la inflación. La oficina del gobierno exigió que ENAGroup fuera multado por «difamar deliberadamente» a la institución oficial de estadísticas y «engañar a la opinión pública».
«Por primera vez en la historia de la República turca», dijo el ministro de Tesoro y Finanzas, Lütfi Elvan, «el grupo tiene como objetivo ‘dañar y desacreditar al Instituto de Estadística turco’ difundiendo datos engañosos que son utilizados por los partidos de la oposición».
Faltar el respeto a la tumba de un sultán
Desde que la figura de la oposición Ekrem Imamoğlu ganó la carrera por la alcaldía de Estambul en 2019, poniendo fin a los 25 años de gobierno de los islamistas en la ciudad más grande de Turquía, ha sido el foco de la ira de altas figuras del gobierno, incluido el propio Erdoğan. El gobierno central suspendió las campañas de caridad de Imamoğlu, incluidas las ventas de pan barato a los más pobres.
En el último episodio, el Ministerio del Interior inició una investigación sobre Imamoğlu por «faltar el respeto a la tumba de Sulhan Mehmet II», el lugar de descanso del sultán otomano que conquistó Estambul en 1453. Se abrió una investigación y se convocó al alcalde de Estambul para que hiciera una declaración.
¿Cómo se produjo esta ofensa? En 2020, Imamoğlu visitó la tumba y fue fotografiado con las manos dobladas a la espalda.
«En mi opinión», dijo el ministro del Interior, Süleyman Soylu, «este [comportamiento] es una ofensa».
«Siento mucha vergüenza por la actitud del ministro del Interior», respondió Imamoğlu.
Cada día, más y más turcos se unen a las filas de la oposición. El declive de Erdogan va más allá que la mera fatiga del poder. Le resultará muy difícil unir a una mayoría de turcos en torno a la bandera y la mezquita en las elecciones presidenciales de 2023.