Ayatollah Khamenei

El debate interno en la élite iraní sobre la protesta del hiyab

Por: Yoni Ben Menachem

Hay una grieta en la élite del régimen iraní y un debate sobre el manejo de la protesta de hiyab de cuatro meses. El líder supremo Khamenei juega un doble juego, improvisa y zigzaguea para asegurar su supervivencia continua en el poder.

Irán anunció que había ejecutado en la horca el 14 de enero de 2023 a Ali Reza Akbari, ex viceministro de defensa con ciudadanía británica e iraní, después de que fuera declarado culpable de espiar para Gran Bretaña. Fue condenado por dañar la seguridad de Irán y proporcionar información de inteligencia. 

Akbari estuvo detenido durante más de tres años, y su ejecución es un mensaje a los países occidentales e Israel para que no interfieran en la situación interna de Irán. También fue una advertencia para disuadir a los manifestantes que continúan las protestas generalizadas de hiyab contra el régimen. 

Protesta contra el hiyab

Protesta contra el hiyab

Las protestas que llevan ya cuatro meses preocupan profundamente a los líderes iraníes. El hiyab es un principio básico de la teología del ayatolá iraní. Esta ola es ahora una fuerza que amenaza la estabilidad del régimen. Hasta el momento, entre 400 y 500 personas han muerto en las protestas, entre ellas miembros de las fuerzas de seguridad iraníes, y unas 18.000 personas han sido detenidas. 

La ejecución de Ali Reza Akbari simboliza la victoria de la facción extremista en la élite iraní. Según altos funcionarios iraníes, estalló un debate sobre cómo detener a las fuerzas de protesta.

El régimen no tiene una estrategia clara para hacer frente a las manifestaciones intermitentemente renovadas en diferentes partes de Irán. Sin embargo, una cosa está clara: las protestas continúan y no dan señales de terminar. 

¿Un signo de flexibilidad?

Algunos altos funcionarios en la cima del régimen iraní creen que se debe mostrar flexibilidad en el manejo de las protestas para calmar la atmósfera. Pero, por otro lado, algunos altos funcionarios abogan por la continuación de la política de puño de hierro y la represión brutal de los manifestantes, incluidas las ejecuciones.

Hasta el momento, cuatro manifestantes han sido ejecutados y otros 14 están a la espera de ser ejecutados.

Según fuentes iraníes, la élite del país incluye figuras que apoyan la ola de protestas contra el hiyab, como los expresidentes Hassan Rouhani y Mohammad Khatami, el líder de la oposición Mir Hossein Mousavi, figuras de la cultura y los medios, atletas y ex políticos.

Como medida de precaución, el régimen iraní prohíbe a los ex políticos viajar al extranjero. La administración amenaza con borrar el futuro político de cualquier alto cargo de la administración que se oponga a la represión de los manifestantes y las ejecuciones. La ejecución de Ali Reza Akbari es un mensaje para quienes critican el movimiento reformista en Irán.

El doble juego de Khamenei 

El líder supremo iraní Ali Khamenei está jugando un doble juego con respecto al tratamiento de la protesta de hiyab. Primero, el régimen difundió noticias falsas a principios de diciembre de 2022 de que se había abolido la “policía de la moralidad”, que hace cumplir el uso del hiyab. En segundo lugar, Khamenei llamó a las mujeres que protestaban “nuestras hijas” y se reunió con una delegación de mujeres para escuchar sus reclamos. Finalmente, el líder supremo ordenó la liberación de dos conocidos activistas de la oposición (Majid Tokali y Hossein Ronki) y un nuevo juicio para varios manifestantes que fueron condenados a muerte. 

Por otro lado, Khamenei nombró un nuevo comandante de policía, el general Ahmad Reza Radan, miembro de la fuerza paramilitar Basij y de la Guardia Revolucionaria, y comandante de la policía de Teherán. Las fuerzas de Radan fueron famosas por su brutalidad al sofocar las manifestaciones del Movimiento Verde en 2009 y 2020. Sus violaciones de derechos humanos resultaron en su inclusión en la lista de terroristas del Departamento del Tesoro de EE. UU.

El debate en el liderazgo del régimen iraní también se deriva del temor a un aumento de las sanciones de los países occidentales debido a la continuación de la brutal represión. Pero, por otro lado, elementos extremistas en la cúpula creen que la represión es la única manera de desanimar a los manifestantes y que la cancelación de las ejecuciones es una rendición a la presión internacional que solo alentará la continuación de las manifestaciones. En una orden oficial del 10 de enero de 2023, Abdol Samad Khorram Abadia, fiscal general adjunto, instó a la policía y a los funcionarios judiciales a “luchar severamente contra quienes se quitan el hiyab”.

Al final, quien determina la forma de lidiar con la ola de protestas es el Líder Supremo Khamenei. Tiene mucha experiencia en supervivencia, con más de 30 años en su silla. Maniobra y zigzaguea y busca formas nuevas y creativas para detener las protestas, pero no duda en aplicar una represión brutal contra los manifestantes.

Fuente: JCPA 

Traducción: Gastón Saidman