Círculo de familiares israelíes y palestinos: la paz es posible

por | Sep 25, 2021 | Política, Portada | 0 Comentarios

Oriente Medio News- Muchas gracias Aarón por aceptar conversar con nosotros, ¿Podrías comentarnos un poco sobre tu historia de vida y su vínculo con el Círculo de Padres-Foro de Familias (PCFF)?

Aarón Barnea– En primer lugar, gracias por la oportunidad de presentar ante ustedes la institución que represento. Nací en la Argentina. Cursé la escuela primaria y la secundaria y recibí también una sólida educación judía y sionista. La visión del sionismo que me infundió mi familia y el medio social y cultural en el que me eduqué fue la convicción de que el judío es un pueblo, una nación y no solamente una religión y es por ello que su derecho a volver a su patria ancestral, de la cual fue expulsado y diseminado – es ineludible. 

Aarón Barnea Aarón Barnea

El Holocausto – el capítulo final de la historia del antisemitismo – fue el factor decisivo en la constitución y el reconocimiento universal del derecho a la creación del Estado de Israel, meta principal del sionismo. A partir de estas premisas dejé la Argentina para emigrar a Israel a los 17 años de edad. 

En Israel cursé mis estudios universitarios en Jerusalén y Tel Aviv. Cumplí mi servicio militar y fui oficial de reserva. Trabajé en La Histadrut, la Confederación General de Trabajadores de Israel. En este marco fui representante político para Europa, director del Departamento de Formación Política y director del Departamento de Educación. En el 92 fui electo Secretario General de la FIAET (Federación Internacional de Asociaciones para la Educación de los Trabajadores).  Formé familia. Con Ada nos casamos en 1968 y tuvimos tres hijos – Dana, Alón y Noam. En el funesto día del 12 de abril de 1999, vísperas del día del Holocausto, cayó mi hijo menor Noam, en el sur del Líbano de un explosivo activado por el Hizbollá, cinco días antes de terminar su servicio militar. En su uniforme portaba un distintivo, contrariamente a lo permitido por el ejército, que decía: «Retirémonos del Líbano en Paz». El distintivo, que le regaló su madre, era la consigna de una organización de madres que exigía la retirada del Líbano. Esta se llevó a cabo al año y mes de la caída de Noam, como consecuencia del cambio de gobierno en Israel, cuando Ehud Barak reemplazó a Netanyahu como primer ministro. 

Círculo de Padres manifestándose Círculo de Padres manifestándose

Habiendo sido activista toda mi vida en el movimiento por la paz, me adherí inmediatamente después de la caída de mi hijo al Círculo de Padres, Foro de Familias de Caídos Israelíes y Palestinos por la Paz y la Reconciliación (PCFF).

OMN- ¿Cuál es el origen del PCFF? ¿Cuáles eran sus objetivos al momento de su fundación?

AB- El PCFF nació en el año 1995. Itzjak Rabin, primer ministro de Israel, había firmado dos años antes los Acuerdos de Oslo, junto con su ministro de Relaciones Exteriores, Shimon Peres, y Yasser Arafat, presidente de la OLP. En Israel se vivía un clima de tensión constante. Por un lado, una derecha liderada por Binyamin Netanyahu, y activistas del Partido Nacional Religioso, que cobijaba grupos de extrema derecha, colonos establecidos en los territorios ocupados desde la Guerra de los Seis Días (de Junio de 1967), así como un grupo minoritario que se manifestaba contra las posiciones radicales prevalentes en el partido. Uno de ellos era Itzjak Frankenthal. En junio de 1994, uno de sus hijos, Arik, de 19 años, estaba cumpliendo su servicio militar, cuando un grupo de militantes del Hamás lo capturó, asesinó y se deshizo de su cadáver. Su padre, judío ortodoxo, cumpliendo el rito de la Shivá, los siete días de duelo en que la familia permanece en su casa, rodeada de sus amigos, vecinos y conocidos, oyó como representantes de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, lanzaban un llamado a la venganza y a la violencia contra los palestinos, en reacción al asesinato de Arik. Israel se había acostumbrado a este tipo de reacción. 

Sin embargo, esta vez sucedió algo sorprendente, revolucionario. El padre de Arik, también él judío ortodoxo, declaró públicamente su repulsa por el llamado a la venganza y la violencia contra los palestinos. «Ustedes no me representan» declaró. «Violencia y venganza producen más violencia y más venganza, un círculo vicioso de venganza que costará más y más sangre y dolor. Debemos detener este círculo vicioso de violencia y terror, y apoyar firmemente los acuerdos de Oslo».  

Era éste un inesperado apoyo de alguien que el público identificaba con los sectores opuestos a los acuerdos de Oslo y que adoptaba la solemne declaración de Rabin del 13 de setiembre de 1993, frente a la Casa Blanca, frente a Yaser Arafat, el presidente de los EEUU, y el numeroso público reunido:

«No deseamos la venganza, no nos guía el odio hacia ustedes, nosotros como ustedes queremos construir una casa, plantar un árbol, amar, vivir a vuestro lado – con dignidad, empatía, como seres humanos, en libertad. Hoy estamos dando una oportunidad a la paz, volviendo a decirles – oremos para que veamos el día en que todos podamos decir basta, adiós a las armas«.

El llamado de Frankenthal tuvo gran repercusión. Más de veinte familias israelíes que habían perdido a sus hijos en la guerra se adhirieron a esa proclama y comenzaron a actuar organizadamente para apoyar la iniciativa de paz. El peso moral de estas familias que el público identificaba como las verdaderas víctimas de la violencia, llamaba al respeto y al diálogo. En los medios comenzó a oírse esta voz que llamaba al diálogo y a la cordura. Así nace el Círculo de Padres, precursor del PCFF.

El asesinato de Rabin por un extremista ortodoxo judío en noviembre de 1995 produjo una conmoción nunca conocida en Israel. Fue la conclusión inevitable de una campaña virulenta de la derecha, apoyada tácitamente por Netanyahu, líder de la oposición.El asesinato de Rabin y el consecuente ascenso de Netanyahu y de la derecha al poder se tradujo en un virtual abandono de los esfuerzos por la aplicación de los Acuerdo de Oslo y el debilitamiento de las iniciativas de paz. El Círculo de Padres comenzó a percibir un debilitamiento de su peso público en Israel, a pesar de que sus marcos se ampliaron más allá de los padres de caídos (israelíes) a familiares de primer grado (hermanos, hermanas, hijos, hijas de caídos), para transformarse en Círculo de Padres-Foro de Familias. El grupo comenzó a explorar la posibilidad de atraer a su seno familias palestinas que perdieron a sus seres queridos en el conflicto. Los primeros contactos se establecieron con familias residentes en la Franja de Gaza. Los encuentros se llevaban a cabo en Gaza y en Tel Aviv. En 1998 el entonces presidente de Israel, Ezer Weizman recibe en la casa presidencial una representación israelí-palestina del PCFF. 

Esa visita causa conmoción en el público israelí. Se ventila públicamente el evento y sus implicaciones. Aumenta el peso y la importancia del grupo, y se despierta el interés internacional. Por primera vez aparece una iniciativa de familias de caídos de ambos lados del conflicto que habla de la reconciliación entre los pueblos y trae un mensaje de paz. En octubre del año 2000, pocas semanas después de un encuentro formal del PCFF con Yaser Arafat en Gaza, se produce el levantamiento palestino denominado «la Segunda Intifada», caracterizado en Israel por una secuela de acciones terroristas en centros urbanos por las que individuos enviados por el Hamás se inmolaban en autobuses, restaurantes y lugares públicos, causando decenas de muertes en el seno de la población civil. 

El Círculo en una de sus reuniones El Círculo en una de sus reuniones

El acceso a la Franja de Gaza se interrumpe y el contacto entre los miembros israelíes y palestinos de Gaza se vuelve imposible, especialmente cuando el control político de Gaza pasa violentamente de la Autoridad Palestina al Hamás. Conscientes de la importancia de la presencia de familias palestinas en el Foro de Familias, prosperan y se consolidan los contactos con familias palestinas de caídos en Cisjordania y Jerusalén Este. La dirección del PCFF pasa a ser binacional e igualitaria, con un director israelí y otro palestino y una comisión directiva electa con representantes de los dos pueblos.  

OMN – ¿Cuáles son los objetivos de la organización PCFF?

Los objetivos del PCFF se definen de manera más precisa: 

a . Apoyándose en el peso moral de las familias de caídos en las dos sociedades, actuar para terminar el conflicto y así detener el derramamiento de sangre. 

  1. Demostrar a los dos pueblos que el dolor es mutuo y no es diferente, en otras palabras «humanizar al otro». La consigna: en hebreo «Ze lo igamer ad shenedaber» (No terminará hasta que hablemos).
  2. Demostrar con nuestro ejemplo que la reconciliación entre las partes es posible, ya que «si nosotros, que hemos pagado el precio más alto del conflicto, somos capaces de reconciliarnos, cualquiera podrá hacerlo».
  3. La reconciliación entre israelíes y palestinos es condición sine qua non para lograr una paz estable y duradera. Si el acuerdo de paz formal entre el liderazgo de los dos pueblos es condición necesaria para llegar a la paz duradera, el proceso de reconciliación es condición suficiente para ello. 

OMN- ¿Cómo es percibido el PCFF entre la sociedad israelí y palestina? ¿Cuál ha sido su impacto?

AB- El PCFF es ampliamente reconocido por la opinión pública en Israel, palestina e internacionalmente. Aunque la organización no ha tomado una posición en torno al dilema político fundamental (un estado binacional o dos estados democráticos independientes), su tesis en relación al valor y peso del proceso de reconciliación, cualquiera sea la solución política, le ha abierto las puertas a todas las tendencias relevantes, y ha abierto los colegios a su mensaje, elemento fundamental de su estrategia educativa. 

En sus 27 años de existencia el PCFF ha sido recibido por casi todos los máximos dirigentes de Israel y Palestina y la comunidad internacional.

Abiertamente opuesto a la ocupación, ha sido atacado por factores del extremismo de derecha en Israel y los acérrimos opositores palestinos a un acuerdo con Israel. Esto ha fortalecido su autoridad moral frente a las corrientes moderadas de la opinión pública de ambas partes.

Su impacto, inevitablemente, depende de la realidad política. El hecho de que hace ya años que las negociaciones de paz están interrumpidas, ha mermado su impacto y peso en la opinión pública.

OMN- ¿Cómo pueden reconciliarse israelíes y palestinos de manera efectiva, honesta y propositiva? ¿Creen que hay espacio para una vida en común?

AB- Nuestra experiencia específica evidencia que el encuentro entre los dos pueblos es no sólo posible, sino que será más fácil y fructífero de lo que generalmente se piensa. A modo de ejemplo: la presencia masiva de médicos, personal hospitalario y farmacéutico en general de árabes, ciudadanos israelíes, ha tenido un impacto tremendo en la opinión pública judía en Israel e impacta la actitud hacia los palestinos en general. La pandemia tuvo en este caso un impacto benéfico muy importante.  El encuentro diario entre israelíes y palestinos ciudadanos de Israel  tiene también un efecto «humanizante». El encuentro en las universidades en foros científicos, literarios, deportivos y culturales en general indica el camino a seguir entre las dos sociedades. Estoy convencido que el día en que culminen las inevitables negociaciones de paz, tal como nosotros las concebimos, se abrirán perspectivas fantásticas de cooperación e influencias mutuas que enriquecerán a las dos sociedades. 

Personalmente estoy en favor de la solución política de dos estados para los dos pueblos, porque como sionista ceo en la necesidad histórica de cristalizar la entidad nacional judía, pero precisamente por esa misma razón creo en la necesidad de fortalecer la identidad palestina y temo, que una solución binacional no lo sea, y que lleve a enfrentamientos como conocimos en otras latitudes (Yugoeslavia, Irlanda del Norte, etc.). 

Las actividades conjuntas que el PCFF ha llevado a cabo son un indicio de las perspectivas futuras.

OMN- Los últimos meses han sido muy violentos en Israel y Palestina ¿Cómo puede aportar el PCFF a la mejora de las relaciones en el  terreno?

AB- Situaciones o períodos de violencia no son propicios para el trabajo del PCFF. En estos casos se produce una dinámica que hace el diálogo difícil, y los encuentros suelen ser monopolizados por voces extremistas y estridentes que se encierran en sus convicciones. Como los miembros palestinos del PCFF vienen de Cisjordania y Jerusalén Oriental los encuentros son mínimos, prácticamente imposibles, ya que la policía y el ejército israelíes cierran el pasaje de una a otra parte del país. 

Pero la pandemia, el Covid 19 ha jugado un papel curiosamente positivo. Como los encuentros físicos se han vuelto prácticamente imposibles, han prosperado los encuentros mediante el zoom, y así es como los contactos entre compañeros de los dos lados del conflicto han prosperado y profundizado. No quiero sobreestimar el impacto de estos contactos en el retorno de lo explosivo a la «normalidad». Pero sí afirmar que ha servido para reforzar nuestra «trinchera», los lazos de amistad y comprensión entre los miembros del Foro de Familias a ambos lados de la línea de conflicto.  

El PCFF ha llevado a cabo en los últimos meses numerosos encuentros internos por Zoom, un intenso diálogo por Whatsapp que llamamos «La Plaza de la Paz» (Kikar Hashalom), una manifestación en favor de la iniciativa de vacunación de la población palestina contra el Covid 19, un campamento de verano para jóvenes israelíes y palestinos, dos seminarios del Proyecto Narrativas. 

El aporte fundamental del PCFF para contrarrestar la violencia en general es recalcar la importancia del diálogo en la solución del conflicto.

OMN- Cuéntanos un poco sobre las sesiones, reuniones y actividades del PCFF ¿Cómo es encontrarse y comunicarse con un «otro», con el «enemigo»?

AB- He mencionado algunas de nuestras actividades en torno a la ola de violencia que conocimos últimamente. Una de las actividades más importantes que hemos llevado a cabo desde el año 2000, es el fomento de encuentros en los que llevamos a dos compañeros, un israelí y un palestino a presentar a los presentes las tesis del Foro de Familias. Esta iniciativa ha tenido especial importancia en los colegios secundarios. Los encuentros se gestionan frente a los directores de los colegios y se desarrollan principalmente en el último año de estudios, el doceavo, al cabo del cual los jóvenes israelíes se alistan para su servicio militar de tres años. El encuentro con un palestino, que relata su vida, su familia, su pérdida, tiene un efecto tremendo en jóvenes que, en la mayoría de los casos, nunca tuvieron ocasión de conversar con el «otro». Esta actividad ha abarcado ya decenas de miles de jóvenes desde su inicio y ha obtenido un amplio aplauso de los círculos interesados en lograr una solución de paz al conflicto.

Uno de los grupos más activos en el Foro es el grupo de mujeres que se han reunido con asiduidad y han llevado a cabo iniciativas de importancia, como por ejemplo la publicación de un libro de recetas de cocinas judías y árabes, una exhibición pública de trabajos manuales, especialmente de bordados tradicionales palestinos, con venta al público, etc.

El Proyecto Narrativas, en el cual grupos israelíes y palestinos con un denominador común (por ejemplo, abogados, maestros, abuelas, estudiantes, etc.) se encuentran en siete sesiones para conocer la narrativa del otro. En el marco de estos encuentros, en los que han participado centenares de personas, se efectúa una visita a Yad Vashem, el museo en Jerusalén dedicado al conocimiento, estudio y recordación del Holocausto, la Shoá. Paralelamente el grupo visita las ruinas de una de las aldeas palestinas destruidas en la guerra del 48, para Israel la guerra de la independencia, para los palestinos la «Naqba», la tragedia palestina que generó el éxodo de 750,000 palestinos y el problema de los refugiados. Este proyecto presenta las «dos caras de la moneda» a través de charlas de historiadores y el recuerdo personal de los participantes, que presentan una visión que, como con los encuentros de los estudiantes, tienen el efecto de humanizar al otro, conocer las vivencias trágicas de los dos pueblos y generar empatía hacia el sufrimiento del otro. 

A pesar de una gran cantidad de proyectos e iniciativas del PCFF desde su creación, mencionaré para cerrar este capítulo sólo una y es la celebración conjunta del Día de los Caídos, en la víspera del Día de la Independencia de Israel y de la Naqba palestina. Esta actividad que llevamos a cabo conjuntamente con «Combatientes por la Paz», una organización israelí-palestina de personas que combatieron contra el otro – ex oficiales y soldados israelíes, y combatientes palestinos muchos de los cuales estuvieron presos en cárceles israelíes por sus actividades terroristas contra objetivos israelíes. La repercusión de esta celebración conjunta ha sido enorme y ha llegado a centenares de miles en nuestra región y en el mundo entero, ya que ha sido transmitido por internet.

OMN- ¿De qué modo es posible apoyar a iniciativas como el PCFF desde fuera de Israel y Palestina?

AB- En primer lugar, dar a conocer la organización, a través de la difusión de nuestras ideas, la divulgación de nuestro sitio en su versión inglesa (www.theparentscircle.com), en Facebook e Instagram. 

De especial importancia es la ayuda financiera que amigos del Foro de Familias pueden extender para la multiplicación de actividades. Las contribuciones pueden ser efectuadas a través de nuestro sitio.

OMN- Insistimos ¿Es realmente posible la paz entre israelíes y palestinos?

AB- Es nuestra profunda convicción que la paz es posible. El pensamiento de que la única manera de llegar a la paz es mediante el aplastamiento del otro es quimérico. No creemos que haya conflictos eternos. Es necesaria la coyuntura política para llegar a una solución. Hemos vivido la secuencia de hechos que condujeron a los acuerdos de Oslo, que podían haber terminado en una paz formal, pero que fue truncada por el asesinato de Rabin. Debemos aprender que la paz y aquellos que llevan su antorcha, deben ser defendidos y protegidos. 

El mensaje del PCFF es que el acuerdo de paz llegará inexorablemente, pero que a partir de la firma del acuerdo, deberá desarrollarse un intenso y profundo proceso de reconciliación, que llevará eventualmente a las partes a la reconciliación y a una paz duradera. ¡Inshalla! ¡Ojalá!

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