Alevtina Kakhidze: el arte bajo los misiles rusos

por | May 12, 2025 | Blog | 0 Comentarios

Oriente Medio Net: Experimentaste los cambios sociales y políticos en Ucrania durante tu infancia, adolescencia y juventud, siendo originaria de la región de Donetsk. Antes de hablar sobre tu obra, cuéntanos un poco cómo recuerdas esos cambios.

Alevtina Kakhidze- Terminé la escuela secundaria el año en que se desintegró la Unión Soviética. En ese tiempo, entre los ucranianos había quienes se alegraban por la futura independencia de Ucrania y quienes temían a ese cambio. Yo era una persona joven que tenía dificultades para comprender y reflexionar sobre la realidad que me rodeaba. Aun así, algo que recuerdo mucho de esa época: la falta de dinero y comida. Por eso, los mineros de mi región, el Donbás, fueron a Kyiv, la capital de Ucrania, a protestar y para exigir sus salarios.

OMN: La revolución de Maidan marca un hito importante en la historia de la Ucrania contemporánea. Fuiste muy activa en ese momento.

AK- Sí. Siendo ya mayor participé en dos revoluciones: Maidan 2004 y Maidan 2013-2014. Recuerdo que algunos de nosotros, jóvenes que protestábamos, usamos las mismas botas cálidas de la primera revolución para la segunda pues ambas ocurrieron en invierno.

OMN: Cuéntanos un poco sobre tu experiencia en Maidan y cómo influyó e influye en tu trabajo artístico.

AK- En resumen, Maidan 2013-2014 me tomó cuatro meses de vida y en él aprendí a llorar y trabajar al mismo tiempo. Estuvimos en las calles desde noviembre hasta febrero, el gobierno no respondía a las demandas de los manifestantes y empezó la escalada de protestas: desde enfrentamientos con la policía hasta arrojar piedras contra ellos. Yo no lancé ninguna, pero recogí dos de allí. Ahora las muestro en proyectos artísticos como testimonio de esa lucha. En enero y febrero en Maidan se usaron armas de ambos lados, el presidente y parte de su partido huyeron del país. Comprendí algo importante entonces: si no se detiene la violencia, ésta aumenta. Tengo muchos dibujos en los que lloro por esta comprensión bajo el estruendo de los adoquines y me despido de la creencia de que la protesta no violenta siempre es la solución. Desde entonces no he dejado de dibujar la realidad política. Inmediatamente después de los eventos de Maidan, Rusia se anexó Crimea y atacó el Donbás, así comenzó la guerra ruso-ucraniana.

OMN: La anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia es otro hito decisivo para Ucrania, su identidad nacional y soberanía territorial. Participaste, junto con otros artistas, en Manifesta 10, la ‘Bienal Europea’, organizada en 2014 en San Petersburgo. ¿Por qué participaste en esa bienal y cómo exhibiste allí como ucraniana comprometida con tu país?

AK- Pero yo, en realidad, en marzo de 2014 aún no entendía qué era Rusia, por lo que acepté la invitación de Kasper König, el curador de Manifesta 10, para participar en la bienal. Me llamaron en el momento en que miraba la Plaza Lenin en Donetsk, que estaba llena de banderas rusas. Me fui de allí con el deseo de hablar sobre nuestras políticas. Mi trabajo en Manifesta no fue censurado, pero ahora entiendo que, en el contexto ruso, cualquier evento artístico no tenía impacto. Después de 2014 tuve algunos otros proyectos en Rusia.

Emocionalmente, esto se tradujo en un disgusto hacia los rusos. Todos ellos. Porque se perdió la confianza y no hay fundamentos para reconstruirla. En San Petersburgo terminé en una comisaría de policía debido a un proyecto con adolescentes llamado «Cartografía del sueño», y un camarógrafo moscovita que me filmaba en la 6ª Bienal de Moscú me envió en privado un video de mi ciudad natal ocupada, Zhdanivka, con la nota «En Zhdanivka todo está tranquilo». En ese momento, mi madre vivía allí, lo que causó una gran preocupación hasta sus últimos días. La presencia de cualquier ruso allí es un crimen, ya que no cruzó la frontera estatal con Ucrania. Creo que esa persona estaba filmando una escena de propaganda. Esta experiencia será decisiva en mi relación con Rusia y los rusos, aunque hubo muchos otros detalles que evidenciaron el imperialismo y la hostilidad de los rusos en el equipo de Manifesta 10, como el texto en el catálogo donde se decía de mí: «étnica y culturalmente rusa».

OMN: Cuéntanos un poco sobre tu trabajo artístico antes de la invasión rusa y cómo ha cambiado a lo largo de los años (aquí puedes mencionar y enlazar algunas de tus obras).

AK- Ucrania enfrentó la agresión armada de Rusia en 2014, los rusos ocupan parte del Donbás, donde crecí y donde ahora está toda mi familia. Mi madre vivió bajo ocupación cinco años y murió en un puesto de control de la frontera no reconocida con Rusia en enero de 2019. Estuvo 11 horas en la calle y su corazón no lo soportó. Durante todos estos años creé textos y dibujos sobre su vida bajo ocupación. Una misil ruso S-300 destruirá la casa de su hermana y de mi tía, en enero de 2024. Y yo misma pasé 40 días en el sótano de mi casa, protegiéndome de los bombardeos durante el asedio de la región de Kyiv por parte de las tropas rusas en 2022. Así que, no trabajar con el tema de la guerra sería una tarea más difícil para mí. Llevo 10 años dibujando la guerra ruso-ucraniana.

OMN: La guerra ha impactado profundamente en la sociedad ucraniana. El arte y la cultura ucraniana también se han visto afectados por esta agresión rusa, lo vemos en su literatura, cine y producción artística. ¿Cuáles son tus reflexiones sobre este proceso?

AK- Elegí la estrategia de vivir como si ya hubiera muerto. Solo así se puede no temer estar en Ucrania ante los constantes ataques. Incluso me he reconciliado con la idea de perder una extremidad. En Ucrania, desde la invasión, hasta 50,000 personas tienen este tipo de heridas. Visité especialmente un centro de prótesis para militares. Así que para poder hacer arte y vivir en Ucrania con el peligro armado que constantemente está presente, tuve que encontrar un equilibrio para ser artista. Cada día hago un dibujo, paralelamente trabajo en películas, instalaciones y performances. Durante diez años aprendí a trabajar en condiciones de estrés constante: puedo llorar por un amigo que fue asesinado en el frente y minutos después dejar de lado las emociones y trabajar. Lo más difícil es trabajar si no puedo dormir bien debido a las alarmas aéreas.

OMN: El arte comunica más allá de las fronteras de la propia nación del artista. En ese sentido, ¿cómo y qué ha comunicado tu obra a otros países? Pienso que la experiencia ucraniana debe ser transmitida no solo por políticos o académicos, sino también por artistas como tú.

AK- Trabajo mucho con plantas ya que no tienen pasaportes nacionales pero tienen la capacidad de vivir en un ecosistema determinado que han desarrollado durante milenios. Desafortunadamente, los humanos han destruido este equilibrio. En mi arte reflexiono sobre nuestra interacción con ellas. Combino la creación de metáforas artísticas con el pensamiento científico.

«Más georgiana – menos georgiana». Los motivos de apariencia étnica son influyentes en la discriminación del imperialismo ruso

OMN: En América Latina, las implicaciones de la agresión de Rusia contra Ucrania han sido difíciles de comprender de manera profunda. Si bien hay algunos contactos entre latinoamericanos y ucranianos, todavía son pocos. ¿Qué se podría hacer para aumentar la comunicación, la solidaridad y la empatía de América Latina hacia Ucrania en este sentido?

AK- Tienes razón. Cuando comenzó la invasión, me llamaron amigos y colegas de diferentes países, pero de tu parte del mundo, nadie. No nos conocíamos y seguimos sin conocernos. Sueño con una instalación de una gran mesa donde nos sentamos todos los pueblos colonizados y discutimos sobre los imperios. Pero cada uno «el suyo». Yo hablaría sobre el imperio ruso. En esa mesa no pueden sentarse quienes vienen de países que colonizaron. No me gusta cuando en Berlín los alemanes me dicen que el peor imperio del mundo es Estados Unidos. Pero, ¿por qué precisamente Estados Unidos?! ¿Cómo llegan a esa conclusión?

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