Autoentrevista: ¿el conflicto más importante del mundo?
Esta nueva escalada bélica de Hamas con Israel ha saltado como de costumbre los mismos tópicos mitológicos y plenos de desinformación a los que el público fuera de la región está acostumbrado. Es tal el muro de desconocimiento que me impresiona a mí como periodista latinoamericano que vive en Israel, que es una tarea titánica ponerse a desmentir cada prejuicio o desinformación, que decidí hacer propias como preguntas la mayor parte de las preguntas típicas, incluso las más odiosas, que se hace la gente a raíz de lo que observa en los medios y responderlas coloquialmente. Quizás no ganemos aquí en rigurosidad enciclopédica pero sí en concentrar la mayor claridad coloquial posible en poco espacio
Pregunta: ¿Otra vez Israel masacrando palestinos?
Respuesta: Israel no “masacra” palestinos. Está en una guerra defensiva con el grupo terrorista Hamás, uno de los que gobierna a los palestinos, en este caso, Gaza. Hamás tiene la intención explícita de asesinar civiles al tirar cada uno de los miles de cohetes a las poblaciones civiles israelíes, y el ejército israelí tiene la misión de defender su población -judíos y árabes israelíes, ambos son víctimas de Hamas – y neutralizar los arsenales y logística de los terroristas.
P – Tu explicación suena oficialista y justificadora de las acciones terroristas del gobierno de Israel
R – Suponer que el estado está haciendo terrorismo contra los civiles palestinos es poner en el mismo nivel un estado democrático contra un grupo islamista paramilitar que gobierna por la fuerza y el terror a los habitantes de Gaza. Y además corrió a los tiros a su rival Fatah, que tiene prohibido activar en Gaza.
P – Murieron niños en este conflicto.
R – El único caso en el que murieron niños deliberadamente fueron dos niños israelíes, uno judío y otra árabe, como resultado de bombardeo intencional de Hamas. Las víctimas civiles palestinas se deben en gran medida al fuego indiscriminado que dispara Hamas desde áreas civiles y que caen en propio territorio. Está documentado.
P – ¿Dónde puedo ver documentación?
R – En el sitio de las Fuerzas de Defensa de Israel, por el momento. Luego siempre es bueno leer reportes de Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales una vez finalizada la contienda. Pocos periodistas lo hacen pero allí se descubren en retrospectiva todas las mentiras y manipulaciones.
Así ha ocurrido en veces anteriores donde comisiones investigadoras que duraron años han dado finalmente la razón a Israel en anteriores rondas de conflicto como la flotilla turca Mavi Marmara, y las operaciones en Gaza, por ejemplo.
P – ¿Y cómo sé que es fiable y que no es mentira?
R – El ejército documenta cada una de sus acciones porque Israel es un estado de derecho que intenta cumplir las leyes internacionales. Antes de realizar cada operación, un grupo de juristas del ejército autoriza algunas y descarta otras. Otros ejércitos y países no se molestan en hacerlo, tienen mayor legitimidad o fuerza internacional que Israel.
P – ¿No defiende siempre Estados Unidos a ustedes vetando sanciones?
R – Sí, por lo general esos vetos son estratégicos, ya que en su mayor parte esas sanciones políticas son continuaciones en el terreno político de la guerra militar contra el estado judío. Hay 50 naciones islámicas y sus aliados que votaron históricamente en bloque en su contra. Los vetos estadounidenses dan tiempo a que Israel se pueda defender diplomáticamente, legalmente y políticamente.
P – ¿Pero la ocupación no es prueba de que es un Estado que no respeta la ley internacional?
R – La ocupación es definida por el propio Israel como “ocupación beligerante” hasta tanto se encuentre una solución al conflicto con entidades que buscan eliminar por la violencia a Israel. Hamas es una entidad armada, mientras que Fatah (Autoridad Palestina) en Cisjordania coopera con Israel en seguridad como parte de los Acuerdos de Oslo.
P – ¿No son ilegales los asentamientos judíos en zonas palestinas?
R – Los asentamientos judíos son ilegales a nivel internacional. Algunas interpretaciones jurídicas más exactas los catalogan como a-legales que no es lo mismo pero reflejan el otro aspecto del conflicto que menos se habla: la disputa territorial. Se trata de una ocupación beligerante y de una disputa por el territorio. El lado israelí define ese territorio de dos maneras, tanto como su hogar patrio como por razones de seguridad y profundidad militar estratégica (también contemplada en muchas resoluciones internacionales de la ONU). Luego de reiteradas invasiones de ejércitos árabes vecinos, la Cisjordania ocupada por Israel en 1967 fue vista como un flanco débil que debía ser protegido, al igual que los Altos del Golán y el Sinaí. Israel es fundamentalmente un estado costero, “acorralado”, mientras que los territorios en disputa están a una distancia muy pequeña de 10 o 20 kilómetros y a una altura de cientos y miles de metros mayor. Tanto Israel como los territorios en disputa suman apenas 22 mil kilómetros cuadrados. Los territorios reclamados formalmente por los palestinos suman 6 mil kilómetros cuadrados.
Los asentamientos judíos están sujetos a las negociaciones políticas entre palestinos e israelíes, y su expansión ilegal está sancionada por el propio Israel, que no duda en mandar bulldozers para derribarlos.
P – ¿Pero no es que hubo un crecimiento imparable de asentamientos?
R – Hace años que no se construye ningún asentamiento importante. Los que ya existen se expandieron dentro de su propia área por crecimiento demográfico y económico. Los asentamientos más nuevos se dan en el Área C, que en negociaciones futuras con los palestinos ya se sabe que quedarán del lado israelí (porque ellos no quieren ningún judío en su futuro estado).
P – ¿Y por qué fracasan las negociaciones de paz?
R – Las negociaciones son llevadas por lo general con el sector más “moderado” de la dirigencia palestina que es la Autoridad Palestina, gobernada autocráticamente por el partido Fatah, que lleva más de 15 años sin llamar a elecciones. Con Hamas no hay negociaciones porque busca la destrucción de Israel. La falta de un campo unificado en busca de la paz complica las cosas. Fatah ha rechazado varias propuestas de Israel que incluso respondían a sus demandas, porque no está dispuesto a firmar por el “fin” del conflicto. Tampoco a reconocer el derecho de autodeterminación nacional judío. La noción de “fin de conflicto” y de “paz perpetua” es extraña culturalmente en el mundo árabe. Sólo existe tregua y cooperación.
P – ¿Israel no conoce a sus vecinos árabes?
R – Muy tardíamente Israel comprendió esto. Aún compartiendo muchos códigos culturales con la región, la cultura tribal de arenas movedizas es difícil de aceptar para los habitantes israelíes judíos que aspiran a tener un estado moderno más a la occidental, estable con fronteras definidas.
La otra razón, es que para ambas partes no resolverlo también es un modo de garantizar una estabilidad. Fatah mantiene su estatuto de víctima eterna y obtiene financiamiento internacional para mantener su burocracia y su sistema de educación para el odio. Israel ofrece protección militar (a través de la cooperación con la policía palestina) a Fatah para que facciones rivales (en especial Hamas y Jihad Islámica) no la liquiden y con eso mantiene quieto el frente Este, pudiendo prosperar en relativa tranquilidad.
P – ¿Pero no hay extremistas judíos? He visto videos donde hablan de explotar la Mezquita de Al Aqsa cuando llegue el Mesías.
R – Sí existen y son un peligro para la seguridad de Israel. De hecho, uno de ellos asesinó al primer ministro Rabin. Pero son extremistas que componen una minoría y existen mecanismos institucionales y de inteligencia para neutralizarlos. Incluso son minoría entre los que viven en asentamientos judíos por convicciones religiosas. Cabe afirmar que hablando de muertes violentas, el conflicto entre palestinos e israelíes es de lejos el menos sangriento de la región, e incluso menor que en otras partes del mundo. En 100 años las bajas se cuentan en decenas de miles y en su mayoría en guerras. La actual escalada bélica viene con un promedio de 200 muertes, en su mayoría palestinos terroristas. En Siria murieron medio millón de personas en diez años y apenas recibió prensa y llamados urgentes a acabar la guerra.
P – ¿Por qué este conflicto tiene tanta prensa internacional?
R – Israel es foco de atención porque es un país judío. Un pueblo muy pequeño y de historia milenaria que ejerce soberanía no solo sobre su antigua patria, sino también sobre lugares santos musulmanes y cristianos, que son devoción de miles de millones de personas.
Desconocido y muy lejano para la mayor parte de los occidentales, Israel es visto o entendido mayormente a través de la propaganda demonizadora (promovida por sus enemigos actuales, como Irán y Turquía), a través de la tradición cultural antisemita occidental, o a través de las proyecciones que hacen muchos países de conflictos internos.
P – ¿Qué proyecciones por ejemplo?
R – En Estados Unidos, cierto sector del progresismo interpreta de modo delirante el conflicto entre judíos y árabes en términos raciales de blancos versus negros y marrones y en términos de colonizador y colonizado, fuerte y débil, víctima y victimario, etc. Basta con vivir en Israel para ver que no hay diferencia de colores entre judíos y árabes. La existencia misma de Hamas, que se presenta como víctima y es a la vez agresor, desmiente el simplismo del “fuerte” vs el “débil”.
Para los latinoamericanos, los guerrilleros islamistas son vistos como una copia imaginaria hermana de los guerrilleros izquierdistas, aún cuando la visión de mundo, tácticas y objetivos son disímiles. Los propios iraníes y palestinos enemigos de Israel explotan esas percepciones falsas en su favor al tener a Estados Unidos como enemigo en común.
Eso explica también por qué en Occidente suele ser la derecha política la que apoya a Israel. En Sudamérica, porque es aliada de Estados Unidos, y en el Norte Hemisférico, porque el país judío no se deja amilanar por el terrorismo islámico (cada partido ideológico construye su relato mitológico sobre Israel que no coincide con su realidad). La izquierda, por su parte, tuvo su romance con Israel antes de los 60 y probablemente lo tenga de nuevo si Israel ingresa a la órbita ruso-china, lo cual es probable. La geopolítica conduce las líneas de alianza y enemistades globales y vuelve más ambiguas las tradicionales ideologías.
P – ¿Qué autocrítica se ejerce en Israel?
R – Mucha. Existe un amplio abanico de partidos, ideologías y organizaciones dedicados a la paz. Uno de los problemas que complican instaurar de nuevo en la agenda pública la paz o una solución al conflicto es que el conflicto no es sólo con los palestinos. La población israelí está cansada de los conflictos pero la situación de ocupación también genera cansancio moral y deberá haber algún tipo de solución más justa. El asunto es que es dudoso que ocurra pronto debido a la fragilidad de la situación de los países vecinos Jordania, Líbano, Yemen, que son países en guerra civil o en plena descomposición.
P – ¿El conflicto no es solo con los palestinos?
R – En realidad, nunca lo fue. La cuestión palestina es un subproducto del conflicto entre Israel y los países árabes, y los refugiados palestinos pagaron el precio de ese conflicto, quedando en una situación de limbo que dura hasta el día de hoy. Los países árabes, derrotados militarmente por Israel, utilizaron durante décadas la causa palestina como modo de presión a Israel, y así han financiado el terrorismo y presionado a Occidente. Hoy, el bloque sunita del Golfo y Arabia Saudita no está interesado en ser enemigo de Israel, al contrario. Y la causa que ellos mismos fomentaron es para ellos ahora un estorbo. Ellos e Israel tienen a Irán y a Turquía como enemigos mortales, y los palestinos se alían a estos dos países.
Buen trabajo Jorge.