Los intereses detrás del acercamiento entre Arabia Saudita y Qatar
Detrás del final de la disputa entre los dos Estados del Golfo se encuentra un intenso temor a Irán, así como la presión estadounidense para renovar las relaciones diplomáticas. Israel debe tener en cuenta que los lazos con los Estados del Golfo no están grabados en piedra
Por: Teniente Coronel (res.) Dr. Mordechai Kedar
El año 2021 comenzó con una refrescante noticia: después de tres años de un boicot diplomático y económico a Qatar acompañado de un bloqueo terrestre, Arabia Saudita y Qatar firmarán un acuerdo que pondrá fin a la disputa. El acuerdo se alcanzó con la ayuda del equipo negociador estadounidense formado por Jared Kushner, Avi Berkowitz, Adam Buehler y Brian Hook.
La disputa entre Arabia Saudita y Qatar se debió a varios factores: el apoyo de Qatar a Irán, con el que comparte el campo de gas natural más grande del mundo; su apoyo a los Hermanos Musulmanes, némesis de los saudíes; y su apoyo al medio de comunicación de propaganda anti-saudí Al Jazeera. Estos factores iban de la mano de un elemento histórico: la negativa de la familia Thani, que gobierna Qatar, a unirse al reino saudí a pesar de que en Qatar, como en Arabia Saudita, la escuela de derecho religioso Hanbali y su rama wahabí mantienen influencia.
Las disputas entre Riad y Qatar no comenzaron hace tres años, sino muchos años antes. Sin embargo, los saudíes no pudieron contener la oposición de Qatar hasta la llegada del príncipe heredero Muhammad bin Salman, quien descubrió que Qatar estaba ayudando a los rebeldes hutíes en Yemen y decidió tomar medidas enérgicas. El final de la disputa apunta a la reunificación del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), una organización que comprende los estados de la Península Arábiga (excluido Yemen).
En los últimos tres años, se han transmitido mensajes entre los líderes saudíes y qataríes (principalmente a través de los gobiernos de Kuwait y Omán) en un esfuerzo por calmar las tensiones entre los dos estados, los cuales eran conscientes de que la disputa los estaba debilitando ante el expansionismo de Irán. Los esfuerzos de los funcionarios de la administración Trump hicieron posible estos contactos.
El ex primer ministro qatarí y canciller Sheikh Hamad bin Jassim Thani elogió el acuerdo con los saudíes, que abrió la frontera terrestre entre los dos países, y escribió:
“La crisis surgió y ha durado mucho tiempo, y ahora ha llegado a su fin. No quiero en este momento entrar en las razones y los detalles de la crisis, la más larga y difícil en la historia del Consejo de Cooperación del Golfo. Celebramos el final de la crisis desde lo más profundo de nuestro corazón y hacemos un llamamiento a todos para que aprendan la lección de que esas crisis deben evitarse en el futuro. Si queremos evitar crisis en el futuro, debemos analizar detenidamente y sin vacilar las razones de esta crisis; las heridas psicológicas que afligieron a la sociedad del Golfo, que minaron la confianza futura; y especialmente las fricciones políticas y el gran daño económico que provocó.”
Este acuerdo, al igual que la crisis que lo precedió, se encuentra bajo la fuerte sombra de Teherán y se vio afectado por algunos acontecimientos importantes. Primero, se espera que la inminente entrada de Joe Biden a la Casa Blanca cambie sustancialmente la política de Estados Unidos hacia Irán.
En segundo lugar, Irán ha comenzado a enriquecer uranio al 20%, un paso significativo en la dirección de la bomba. En tercer lugar, Arabia Saudita no ha logrado defenderse de las milicias pro iraníes en Yemen e Irak y evitar la amenaza que representan para el reino y su tensa posición económica. Y finalmente, durante los tres años del bloqueo, Irán brindó ayuda a Qatar.
Los medios iraníes informaron sobre el acuerdo entre Arabia Saudita y Qatar sin comentarios ni citas de los principales funcionarios iraníes. Esos funcionarios no tienen prisa por responder, aunque, dada la profunda penetración de inteligencia de Irán en los estados del Golfo, así como los estrechos vínculos con los líderes de Qatar, sin duda sabían sobre los contactos entre Arabia Saudita y Qatar. Claramente, entonces, el acuerdo se alcanzó con el consentimiento iraní. Una razón para que Teherán acepte el alivio de las tensiones entre Arabia Saudita y Qatar podría ser el temor a una acción estadounidense contra Irán durante las dos últimas semanas de la presidencia de Trump.
Mientras tanto, Irán se apoderó de un petrolero surcoreano por motivos dudosos con el único propósito de mostrar al mundo que ningún actor puede doblegar a Teherán a su voluntad. Esta demostración de fuerza es una indicación del tipo de recepción que Irán está preparando para Biden mientras busca prevenir, incluso en esta etapa, cualquier intención que él o su equipo negociador puedan tener para presionar a Teherán para que altere los términos del acuerdo nuclear de 2015.
La cuestión de interés para Israel es si el deshielo saudí-qatarí y la posible reducción de las tensiones entre Riad y Teherán permitirían a Arabia Saudita seguir avanzando hacia el reconocimiento mutuo con Israel sin provocar demasiada ira entre los líderes iraníes y sus milicias proxy en Yemen y. Irak. Es demasiado pronto para responder a esta pregunta porque la postura iraní se deriva de varios factores que aún no se pueden evaluar: el estado de las negociaciones con la administración Biden sobre las condiciones para el regreso de Estados Unidos al acuerdo nuclear; el futuro de las sanciones estadounidenses a Irán; actividad saudita en Yemen; la situación económica de Irán y la estabilidad del régimen, etc.
Sin embargo, el pueblo y el liderazgo de Israel deberán comprender que los nuevos vínculos de Jerusalén con los estados de la Península Arábiga, incluidos los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, no están grabados en piedra, sino que están sujetos a cambios causados por las vicisitudes en las relaciones de esos estados con Irán. Hay que tener en cuenta que Oriente Medio —y eso incluye la propia política de Israel— está construido sobre dunas de arena que cambian de forma según los vientos dominantes.
Fecha de publicación: 15.01.2021
Fuente: Besa Center
Traducción: Gaston Saidman