La normalización de las relaciones Israel-Sudán en peligro
Recientemente, el presidente de Estados Unidos anunció en un comunicado conjunto con Sudán e Israel donde ponen fin a su estado de beligerancia y el comienzo de la normalización de las relaciones, siguiendo el proceso que el estado judío viene realizando desde los Acuerdos Abraham firmados con los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein
Sin embargo, el acuerdo debe ser aprobado por el cuerpo legislativo sudanés, cuyo Congreso aún está pasado por una transición de un gobierno dictatorial a uno civil democrático.
Además, varios partidos políticos sudaneses clave anunciaron su oposición a la decisión del país de normalizar las relaciones con Israel.
El sábado se realizaron manifestaciones esporádicas contra el acuerdo en Khartum. En una de esas protestas, se quemó una bandera israelí. Según el periódico The Guardian, en los eventos algunos corearon «vete al infierno» y «no a la normalización con Israel».
Los opositores al acuerdo dijeron que formarían un frente unificado contra la normalización.
El gobierno está dirigido por un civil, el primer ministro Abdalla Hamdok, y Abdel Fattah Abdelrahman al-Burhan, un general militar, presidente del Consejo de Soberanía.
Sudán se encuentra en medio de un proceso de transición que se extenderá hasta 2022, cuando se planean elecciones libres y justas. Este período se acordó para dar a los líderes la oportunidad de establecer instituciones, arreglar la economía y erradicar los vestigios del régimen de Omar Al Bashir, el autócrata ahora encarcelado que gobernó el país con mano de hierro durante décadas.
El Consejo Legislativo se formará como parte del acuerdo de transición, pero aún no se ha acordado.
El consejo de 300 escaños, que incluirá al 40 por ciento de mujeres, será nominado por las Fuerzas de Libertad y Cambio, el grupo principal que lideró las protestas contra Al Bashir y otras facciones en el país.
El consejo estará compuesto por personas de todos los orígenes étnicos y religiosos de la nación, incluidos miembros de las facciones rebeldes en Darfur y el estado del Nilo Azul (uno de los 18 estados del país) una vez que se hayan finalizado los acuerdos de paz.
No está claro cuándo se formará la asamblea.
Los partidos que se oponen a la normalización incluyen el partido más grande del país, el Partido Umma Nacional; el Partido Baath de Sudán; y el Partido del Congreso Popular.
El gobierno está luchando por reactivar la economía de Sudán en medio de un enorme déficit presupuestario y una escasez generalizada de bienes esenciales, incluidos combustible, pan y medicamentos.
El ministro de Relaciones Exteriores en funciones de Sudán, Omar Qamar al-Din, manifestó que “Este es un acuerdo para normalizar. Aún no es la normalización. Debemos esperar a que las instituciones democráticas de Sudán sean funcionales, incluido el consejo legislativo, para que podamos completar la ratificación de este paso para que pueda convertirse, en realidad, en la normalización”.
A principios de este mes, el general Mohammed Hamdan Dagalo, subdirector del consejo soberano sudanés, dijo a una estación de televisión local que Sudán se beneficiaría de la normalización.
«Necesitamos a Israel… Israel es un país desarrollado y el mundo entero está trabajando con él», expresó Dagalo.