Netanyahu

Cuando los fantasmas (reales) de Bibi agitan seguirán gozando de buena salud.

Al análisis que sigue a continuación, con el que estoy plenamente de acuerdo, agrego: el tambaleo de Netanyahu no es algo que la izquierda pueda festejar todavía.
Lejos de gustarme el gobierno de Netanyahu, hay que entender que los que piden su cabeza en este momento lo están corriendo por derecha. No están pidiendo abandonar la cultura del miedo y tender una mano amiga de paz, sino que acusan a Netanyahu de no combatir y descuartizar pedacito por pedacito a los fantasmas que tan bien sabe agitar Bibi en las campañas electorales.
Sobre todo cuando los fantasmas son reales y festejan hoy su triunfo repartiendo dulces en las calles de Gaza. Es decir que, si se efectuaran elecciones ahora, volvería la misma formación coalicionaria, cuando no más derechista aún. Hamás, junto con Netanyahu, Liberman y Bennet han hecho un bonito trabajo de derechización de la sociedad israelí.
(Ahora sí, del muro de Yoel Schvartz)
Algunos me preguntan que pienso del “Acuerdo de cese de fuego”. No tengo nada muy novedoso para decir, pero comparto mis intuiciones que por ahí a alguno le aclaran algo o al menos le sirven para pensar.
Dado que:
• La actual coalición de gobierno en Israel no tiene interés ni está en condiciones de negociar nada con la Autoridad Nacional Palestina, porque toda negociación implicaría una concesión en Cisjordania-Judea y Samaria, y cualquier concesión implicaría la caída del gobierno (y a lo mejor una rebelión contra Netaniahu en su propio partido).
• Aunque tuviera los medios técnicos y militares para hacerlo, Israel no tiene interés en reconquistar Gaza e volver a asumir la responsabilidad civil y económica por todo lo que allí sucede. Por lo tanto “descabezar al Hamas” como plantean orgullosamente Liberman cuando no era ministro de Defensa y Bennet cada vez que le ponen un micrófono cerca, sólo es factible si tenés un partner que acepte hacerse cargo del gobierno de Gaza. El único partner factible es la ANP (olvídense de Egipto y las fantasías de la “coalición sunita moderada”), con la que el gobierno no quiere pactar.
• Y más: “descabezar al Hamas” no se puede hacer sin decenas o cientos de bajas del lado israelí, con todas las críticas que le podemos hacer a Netaniahu hay que reconocerle que siempre ha sido prudente en el empleo de la fuerza militar.
• En estas condiciones cualquier operación militar de alcance limitado terminaría en “más de lo mismo” ya que no cambiaría los datos básicos. A lo que hay que sumarle las pocas ganas que tiene Tzahal de empezar un conflicto en el Sur cuando tiene todos los ojos puestos en la frontera Norte adonde Irán ya se afianza con la anuencia rusa.
Entonces:
• Más vale aceptar un cese de fuego que si no cambia las condiciones básicas del conflicto por lo menos nos ahorra vidas humanas, y que si se le suman algunos gestos humanitarios que contribuyan a mejorar las horribles condiciones de vida en la Franja de Gaza a lo mejor puede de a poco empezar a generar “intereses” que motiven a más gente a correrse del círculo de la violencia. ¿Es lo ideal? No, pero es lo que se puede en este momento. Otro gobierno con los mismos datos podría hacer otra cosa. Pero de este es lo mejor que podemos esperar.