Tuvimos la oportunidad de entrevistar a Anne Herzberg, Asesora Legal y Representante ante la ONU de NGO Monitor, instituto de investigación fundado en 2002 y reconocido a nivel mundial por promover los valores democráticos y la buena gobernanza. NGO Monitor publica investigaciones basadas en hechos y análisis independientes sobre organizaciones no gubernamentales (ONG), sus financiadores y otras partes interesadas, principalmente en el contexto del conflicto árabe-israelí. NGO Monitor es un proyecto del Instituto para la Investigación de ONG, organización reconocida como Entidad de Carácter Consultivo Especial por el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas.
En la entrevista nos enfocamos en la instrumenación politizada de los Derechos Humanos en términos generales y contra Israel en particular.
Oriente Medio News.- Muchas gracias por conversar con nosotros acerca de este importante y polémico tema. Cuéntanos algo sobre tu biografía, tu trayectoria académica y profesional.
Anne Herzberg.- Gracias por entrevistarme. Me he desempeñado como Asesora Legal de NGO Monitor durante 15 años. Antes de trabajar en NGO Monitor, fui litigante en un gran bufete de abogados en la ciudad de Nueva York. Tengo un título en derecho de la Facultad de Derecho de la Universidad de Columbia.
OMN.- Se habla mucho en círculos políticos, académicos y mediáticos sobre la ocupación israelí del territorio y la población palestinos. Creo que sería bueno que nos dijeras algunos parámetros legales básicos para comprender y analizar mejor el tema de la ocupación.
AH.- Creo que es importante que la gente entienda que las personas a menudo invocan términos legales como «ocupación», pero a menudo los usan coloquialmente y no en un sentido legal. Además, las personas utilizan dicha terminología sin entender o conocer la ley.
La ocupación beligerante se refiere a un estado fáctico donde un gobierno soberano se coloca bajo la autoridad de un ejército hostil. Si se encuentra un estado fáctico de ocupación, entonces se aplican las reglas del Derecho Internacional Humanitario, como las reglas que se encuentran en los Convenios de La Haya de 1907 y el Cuarto Convenio de Ginebra de 1949. Las reglas son complicadas, pueden ser controvertidas y, a menudo, están abiertas a un desacuerdo significativo. Es importante que los lectores entiendan que el derecho internacional a menudo no está claro, está sujeto a disputas, y ha habido pocos tribunales que hayan examinado o fallado sobre estos temas.
OMN.- ¿Cuál es la posición legal del Estado de Israel sobre la ocupación? Más allá de las posiciones políticas y/o ideológicas, debe haber una base jurídica desde la que Israel opere.
AH.- Más del 95% de la población palestina está bajo el control de la Autoridad Palestina y Gaza está gobernada por la organización terrorista Hamas. Israel retiró completamente sus tropas y desmanteló todos los asentamientos de Gaza en 2005 en lo que se conoció como la Retirada. Israel considera que el territorio de lo que se conoce como Cisjordania es un territorio en disputa y no ocupado. El principal acuerdo relativo a la gobernanza de la Ribera Occidental (Cisjordania) son los Acuerdos de Oslo, acordados mutuamente entre los palestinos y el Gobierno de Israel a mediados de la década de 1990. Así que todas las cuestiones relativas a ese territorio deben partir de un análisis de lo que dice Oslo. El gobierno de Israel también recurre a las disposiciones humanitarias de los Convenios de Ginebra para guiar sus políticas.
OMN.- En 2008, si no me equivoco, publicaste el artículo titulado NGO ‘Lawfare’ Exploitation of Courts in the Arab-Israeli Conflict. El artículo me llamó la atención por dos temas que abordas: 1- el papel de las ONG en el tema de las violaciones de los derechos humanos tanto en Israel como en el resto del mundo y 2.- El uso político de los conceptos jurídicos. ¿Cómo se unen estas dos cuestiones en el caso de Israel y Palestina? ¿Existe un uso políticamente sesgado de los conceptos jurídicos?
AH.- Efectivamente fue en 2008, cuando publiqué este artículo con el objetivo de documentar el papel de las ONG de derechos humanos en el uso de marcos judiciales y cuasi judiciales para lograr objetivos políticos y militares bajo el disfraz del derecho internacional. Si bien este fenómeno se puede encontrar en muchas zonas y conflictos es particularmente agudo en el conflicto árabe-israelí.
Manifestación contra el «apartheid» israelí
En 2011, el presidente palestino Mahmoud Abbas escribió abiertamente en el New York Times que los palestinos querían ser admitidos como estado ante las Naciones Unidas, no para poner fin al conflicto con Israel y construir una sociedad democrática pacífica, sino para «internacionalizar el conflicto como un asunto legal» para que pudiera «perseguir reclamos contra Israel».
OMN.- Hay un proceso de deslegitimación de Israel en varios espacios: académico, cultural, político, deportivo y también desde lo legal. Uno de los conceptos que más se utiliza en este proceso es el término Apartheid. La comparación entre Israel y la Sudáfrica del apartheid es muy común hoy en día. ¿Cuál es su reflexión al respecto? ¿Por qué Israel no es un estado de apartheid? ¿Cuál es la lógica utilizada por aquellas personas que afirman que lo es?
AH.- El uso del insulto del apartheid es un ejemplo clave de cómo se utiliza la terminología legal para atacar la legitimidad de Israel. El término se utiliza principalmente por su impacto emocional y estratégico. Cuando uno usa el término apartheid, inmediatamente piensa en la Sudáfrica del apartheid. El objetivo de aquellos que usan este insulto, entonces, es crear asociaciones negativas entre Sudáfrica e Israel. Además, el tema del racismo está muy presente en la conversación pública en los Estados Unidos y otros países. Así que, una vez más, al usar el insulto del apartheid, los activistas anti-Israel crean relaciones públicas y pensamientos negativos sobre el país.
El cargo se utiliza para promover boicots y otras medidas discriminatorias contra Israel y los judíos. También sorprendentemente, la definición legal de apartheid no está clara y no ha sido estudiada en profundidad. Algunas ONGs como Human Rights Watch han explotado ese vacío y han inventado una definición para aplicar solo contra Israel. Además, aquellos que acusan a Israel de apartheid, a pesar de que no se parece en nada a Sudáfrica, tienden a centrarse en la legitimidad del sionismo en lugar de cualquier política israelí específica. En esencia, están atacando la legitimidad de la autodeterminación judía. Algo que no hacen contra ningún otro pueblo.
La razón por la que mi coautor, el abogado británico Joshua Kern, y yo escribimos nuestro informe sobre el apartheid fue para familiarizar a la gente con lo que era el apartheid en Sudáfrica, para documentar la historia del insulto utilizado contra Israel y para mostrar cómo ciertos grupos estaban explotando la falta de una definición legal clara para atacar a Israel.
OMN.- Las ONG dedicadas al tema de derechos humanos como HRW muestran un sesgo político obvio, como lo demostró el último informe que afirma que Israel es un apartheid. ¿Se han convertido todas las ONG de derechos humanos en grupos de presión políticos? Dado el uso instrumental de los derechos humanos como presión política de algunos países contra otros, ¿qué órganos neutrales quedan para el respeto internacional de los derechos humanos?
AH.– La mayoría de las ONGs tienen una agenda política y participan en campañas para promover esa agenda. Algunas ONGs son más sesgadas políticamente que otras a la hora de llevar a cabo su trabajo. HRW es una de las peores. Por ejemplo, nuestra investigación ha demostrado que cuando hacen acusaciones legales contra Israel (como «castigo colectivo», «escudos humanos» o «apartheid»), a menudo conforman una definición única solo para Israel, mientras que cuando emplean el mismo término para otros países, reflejan con mayor precisión la definición legal correcta. Además, cuando se trata de antisemitismo, en algunas ocasiones hablarán en contra de la extrema derecha o los neonazis, pero ignorarán el antisemitismo que emana de la extrema izquierda o del mundo islámico. Lamentablemente, no hay muchos órganos neutrales que se ocupen de la vigilancia de los derechos humanos.
OMN.- ¿Por qué la ocupación israelí es diferente de las otras ocupaciones en el mundo? ¿Se aplica el boicot de los productos de los asentamientos israelíes procedentes de «zonas ocupadas» a otras zonas ocupadas del mundo?
AH.- Como mencioné anteriormente, el problema es que pocas ONG hablan de otras situaciones de ocupación y básicamente las ignoran. Realicé un análisis de las declaraciones de Amnistía Internacional y HRW sobre lugares que se consideran internacionalmente ocupados y que tienen una amplia actividad de asentamiento, pero ninguna de estas ONG dijo nada al respecto. Los ejemplos de los que hacen pocas declaraciones de este tipo, si es que hacen alguna, incluyen el Sáhara Occidental, el norte de Chipre, Nagorno Karabaj y Osetia del sur.
El único lugar donde hablaron sobre asentamientos es el relacionado con Israel. El mismo patrón se ha aplicado a las campañas de boicot, hay muchas situaciones de ocupación y asentamientos, pero hay pocas o ninguna campaña de boicot. Una vez más, hay un estándar inventado solo para Israel.
OMN.- ¿Cuál es la base jurídica en la que se basa BDS para respaldar sus reclamaciones?
AH.- En realidad el BDS no proporciona una base jurídica coherente para sus reclamaciones y afirmaciones. Simplemente sostienen que debido a que Israel está practicando un «tipo de apartheid», debe ser boicoteado y eliminado, como lo fue el régimen de apartheid en Sudáfrica. Se oponen a la existencia de Israel como un país judío dentro de cualquier frontera. Por esta razón, muchos líderes mundiales concuerdan que bajo la definición de antisemitismo de la Asociación Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA), el BDS es antisemita.
Entrevistaron: Manuel Férez / Jorge Iacobsohn