Dada la coyuntura por la cual atraviesa Afganistán, en Oriente Medio News nos parece importante dar visibilidad a voces especializadas en el tema que no solo nos relatan lo que ocurre sino que nos ofrezcan herramientas analíticas para comprender de mejor manera las dinámicas del Estado y sociedad afganos.
En esta ocasión entrevistamos al Doctor Shah Mahmoud Hanifi, de padre afgano y madre libanesa, nacido en Estados Unidos, es actualmente profesor de Historia y fundador del programa académico Middle Eastern Communities and Migrations de la Universidad James Madison (JMU). El profesor Hanifi aporta a la academia marcos de referencia para el estudio y entendimiento de los procesos e historias entrelazadas de Medio Oriente y el sur de Asia.
Oriente Medio News- Profesor Hanifi, muchas gracias por platicar con nosotros, por favor cuéntanos un poco sobre tu carrera académica, tus líneas de investigación y tus publicaciones relacionadas con Afganistán.
Sha Mahmoud Hanifi– De alguna manera, mi estudio de Afganistán se originó desde mi nacimiento por medio de mi padre afgano quien se casó con mi madre libanesa en los Estados Unidos, lugar en donde nací y crecí. Como académico, mi estudio de Afganistán comenzó como estudiante de posgrado en Estudios de Oriente Medio en la Universidad de Michigan, en donde comencé a estudiar Afganistán desde Occidente.
Mercado en Afganistán
Fue sólo después de completar mis exámenes de calificación integrales que comencé a buscar fondos para mi investigación, algo que se convirtió en problemático debido a la Guerra del Golfo de 1990 que afectó mi capacidad para conseguir información y registros en Irak, tema al cual quería dedicarme y, como resultado, cambié la perspectiva al sur de Asia. Me enfoqué en la etapa formativa temprana del Estado afgano desde el siglo XVIII al XIX para lo cual utilicé fuentes en idioma persa en donde me enfoqué en el Desarrollo comercial de y a través de Afganistán. Utilicé para el análisis los registros coloniales británicos en idioma inglés sobre la India y Pakistán.
Tribus afganas en 1841, pintadas por el oficial británico James Rattray
Cuando finalmente terminé mi disertación, fui galardonado, lo que me permitió aplicar al Gutenberg-e Prize de la Asociación Histórica Americana lo que facilitó que mi tesis se convirtiera en un libro digital que está disponible en línea y en forma impresa con el título Connecting Histories in Afghanistan. Posteriormente enfoqué mis estudios en la historia de la lengua pashto, la representación visual de Afganistán y la historia del orientalismo en dicho país, temas sobre los que he publicado y seguiré publicando.
Durante los últimos años, mi principal interés ha sido la historia ambiental de Afganistán en la que me interesé a través del estudio de camellos y elefantes, que posteriormente ha evolucionado para referirse a una historia del mundo animal en general, una historia del agua, una historia de los bosques y una historia de la comida en Afganistán que imaginé como cuatro capítulos de un libro sobre la historia ambiental de Afganistán que completaré en el próximo año.
OMN- ¿Cuáles son los orígenes y las raíces del Estado afgano y qué etnias y religiones lo componen?
SMF- Lo primero que hay que señalar sobre cualquier respuesta que pueda yo ofrecer sobre este tema es que no será universalmente acordada porque las cuestiones relacionadas al Estado, las etnias y sus dinámicas en Afganistán son temas polémicos y controvertidos.
Hay una coincidencia en señalar el comienzo del Estado afgano a mediados del siglo XVIII con la figura de Ahmad Shah Durrani, quien estableció un imperio, que resultaría de corta duración, a partir de la desaparición del imperio safávida y en el contexto de la disminución del poder del Estado mogol en la India que pronto daría paso al dominio colonial británico en el sur de Asia.
Mujeres afganas
Ahmad Shah estableció un imperio nómada basándose en el poder de la caballería con capital en la ciudad sureña de Kandahar. Mucha gente se aproxima a la historia temprana de Afganistán por medio de la figura de Ahmad Shah lo que los lleva a pensar a Afganistán desde la identidad pashtún, sin embargo, esta visión está cuestionada por una serie de hechos históricos, incluido su lugar de nacimiento del mismo Ahmad Shah en Multan, ubicado en el Pakistán contemporáneo, la historia oficial afgana en idioma persa y la falta de evidencia confiable sobre el rol del pashto como componente principal de su identidad. El hijo y sucesor de Ahmad Shah, Timur Shah, trasladó la capital del gobierno afgano a Kabul en la década de 1770, después de lo cual el imperio fue gradualmente reducido desde finales del siglo XVIII e inicios del XIX cuando los británicos comenzaron a ejercer influencia en este espacio comercial y político.
La decisión de Timur Shah de trasladar la capital a Kabul amplió la influencia, que ya significativa, de los musulmanes chiítas de Qizilbash, cuya herencia se remonta a la Persia safávida y su dependencia de las fuerzas de caballería militar turcas entre las que los Qizilbash eran prominentes. Hay otras comunidades turcas en Afganistán, en particular los uzbekos. Los hazaras son una comunidad de musulmanes chiítas concentrada en el centro de Afganistán, donde los grandes budas tallados en las laderas de las montañas se mantuvieron en pie hasta ser demolidos en 2001. Además de los pashtunes y los qizilbash, las comunidades persas tayikas también tienen una presencia muy fuerte en Afganistán tanto en lo geográfico, histórico como en lo cultural. Por último, a modo de esbozo, los hindúes no musulmanes, los sijs y los cristianos armenios también han desempeñado roles prominentes en el perfil histórico y comercial de Afganistán.
OMN- Afganistán, de manera similar a varios países de Oriente Medio, Cáucaso y Asia Central, tiene un fuerte componente tribal, pero al mismo tiempo hay indicios de que el nacionalismo afgano es la fuente principal de identificación para gran parte de la población del país. ¿Cómo ha sido el proceso de creación de una identidad nacional afgana?
SMH- El proceso de creación de una identidad nacional afgana surgió tarde en el sentido de que no se gestó durante el período colonial, sino más bien a lo largo de las décadas de 1930, 1940 y 1950, cuando el Estado comenzó a insertar agresivamente elementos pashtunes y a personas pashtunes en sus burocracias e instituciones, un proceso que reflejó una gran cantidad de inconsistencias y contradicciones. Por ejemplo, fue una publicación de 1943 la que posicionó a Ahmad Shah como «Baba-ye Afghan» que significa «El Padre Afgano», por lo que Ahmad Shah se convirtió tardíamente en el padre de los afganos y Afganistán no en el 1747, que es la fecha de la fundación del imperio, sino en la década de 1940.
Coronación de Ahmad Shah en 1747 por el artista Abdul Ghafoor Breshna (pintura de 1928)
De hecho, el mito del origen que se construyó en ese momento, tomó una dimensión visual a través de la formación y entrenamiento de artistas afganos en Alemania, una de las ilustraciones de ese periodo recibió atención mundial cuando Ashraf Ghani dio su último discurso poco antes de que los talibanes ocuparan la misma silla presidencial ubicada debajo de la imagen en cuestión. El proceso de creación de una identidad nacional afgana ha sido azaroso, incompleto, desigual y, en gran medida, ineficaz en comparación con otros movimientos nacionalistas más duraderos tanto del Medio Oriente como del Cáucaso y Asia.
OMN- ¿Cuándo fracasó Afganistán como Estado moderno (si alguna vez funcionó) ¿Cuál sería el punto de no retorno en la descomposición del Estado afgano?
SMH- El imperio afgano tomó forma a mediados del siglo XVIII pero no fue sino hasta finales del siglo XIX que la entidad, que hoy vemos y conocemos como el Estado afgano, con sus fronteras territoriales actuales y su estructura de gobierno, incluyendo principalmente su dependencia de los recursos externos, se consolidó. Esta dependencia de los recursos externos durante la fase formativa del surgimiento del Estado afgano es posiblemente la principal falla estructural en el país y sus estructuras de gobierno.
El palacio de gobierno afgano, decorado por la pintura de Breshna(screenshot)
Estas dependencias externas tendían a vincular a las élites políticas de Kabul con potencias imperiales externas de una manera y grado mayores que las que conectaban al Estado afgano y a sus élites gobernantes con la gente común o la ciudadanía de Afganistán al interior del país.
Otro momento en el fracaso estructural del Estado afgano fue en 1919, cuando el país obtuvo la plena independencia de la India británica, lo que simplemente abrió las puertas a un abanico más amplio de actores imperiales, incluidos Francia y Alemania, expandiendo así aún más los lazos de las élites con los recursos extranjeros, mientras que las propias élites se volvieron cada vez más faccionalizadas a través de varias redes internacionales de patrocinio y dependencia.
OMN- ¿Cuáles son las razones específicas de la disfuncionalidad del Estado afgano a lo largo de su historia moderna? ¿Hay esperanzas de lograr una cohesión social suficiente para dar al país una verdadera estabilidad y gobernabilidad?
SMH- Hay una serie de variables de relevancia en este tema, quizá la primera de ellas sea lingüística y que es la relación entre el pashto, persa y otras lenguas en el país. La segunda razón tiene que ver con la hiperconcentración de las instituciones, el personal y los recursos del gobierno afgano en Kabul, con exclusión no sólo de otras ciudades, sino también de las zonas rurales regionales situadas entre cada una de esas ciudades y sus alrededores. La tercera razón es la geografía en el sentido de que no hay gravitación natural entre Kabul y las diversas periferias de Afganistán. De hecho, la mayoría de las regiones de Afganistán tienen relaciones comerciales y culturales geográfica y culturalmente «naturales» con los territorios circundantes fuera de Afganistán y conexiones políticas más bien artificiales con Kabul.
OMN- Afganistán es conocida en los medios y en algunos ambientes académicos como «la tumba de imperios» ¿Qué tan cierta es esa concepción? ¿Cómo ha sido la relación de Afganistán con los países vecinos en su proceso de constitución como país?
SMH- La frase “cementerio de imperios” que se ha utilizado para describir a Afganistán se genera desde una perspectiva imperial externa. La frase transmite la sensación de que una entidad viviente llamada imperio proyecta su poder a Afganistán de maneras que no tienen éxito y, por lo tanto, hace que esas proyecciones imperiales sean un fracaso que a su vez puede, como en el caso de la Unión Soviética, estar asociado con un conjunto más grande de problemas terminales para el imperio en cuestión.
Soldados soviéticos en 1987
La frase hace de Afganistán un espacio de muerte sin personas vivas y en ese sentido representa una caricatura orientalista de espacios colonizados donde la única agencia de la que vale la pena dar cuenta es la de los actores imperiales, dejando a la gente local como indefensa, subordinada y sin ninguna agencia propia.
En cuanto al vecindario, es importante señalar que una característica importante de Afganistán es que tiene un conjunto muy diferente de relaciones con las regiones vecinas del norte, oeste y sur y este. Estos procesos de creación de fronteras ocurrieron en conjunto con Estados e imperios vecinos, y un aspecto de las fronteras internacionales es que a menudo se disputan y forman la base de disputas posteriores sobre la movilidad de personas y recursos a través de ellas. La frontera de Afganistán con la India británica que se convirtió en Pakistán en el este y el sur es la más problemática y polémica de esas fronteras.
OMN- El presidente Biden afirma que el ejército estadounidense no puede hacer el trabajo del ejército afgano (en el que se han invertido millones de dólares). Más allá de la dudosa moralidad de esta afirmación ¿Qué opinas? ¿Está condenado el pueblo afgano al yugo de sus sectores fundamentalistas?
SMH- La disposición geográfica del Afganistán, con múltiples regiones y subregiones que contienen ecologías distintas, ha hecho difícil, sino imposible, que una sola potencia ejerza algo parecido a un control político y económico uniforme y sólido centralizado, por no mencionar la redistribución en el país. Dicho esto, no creo que el fundamentalismo religioso de ningún tipo, ya sea hindú, budista, islámico o cristiano, haya sido o será históricamente determinante para Afganistán. Además, cuando se trata de religión específicamente, Afganistán ha sido históricamente el hogar de una diversidad de variaciones sectarias de todas las corrientes religiosas así como de tendencias sintéticas que tal vez sean mejor ejemplificadas por la expansión del sufismo durante el período islámico.
Mapa etnolingüístico de Afganistán
OMN- La cultura del país es heterogénea y ha dado lugar a sincretismos culturales particulares a partir de la interacción de los diferentes grupos étnicos. En esta dinámica de integración/diferenciación cultural de cada grupo étnico de Afganistán se han atesorado y transmitido intergeneracionalmente ciertas costumbres, tradiciones y celebraciones que han llegado a ser asumidas a nivel nacional ¿Qué destaca de la cultura nacional afgana más allá de los conflictos internos y las diferencias étnicas?
SMH- La característica más importante de la cultura afgana resultan ser sus características persas, en las cuales el idioma persa es el vehículo de producción cultural. Las formaciones culturales persas son notablemente cosmopolitas porque en estos contextos la lengua persa cumple una función integradora para las lenguas vernáculas locales por un lado, mientras que por otro, el persa también forma un modelo para la producción literaria de esas lenguas vernáculas persas como el pashto.
El perfil persa de Afganistán refleja esta disposición jerárquica donde el idioma persa ha sido el vehículo principal para la comunicación estatal desde Ahmad Shah, mientras que el pashto se ha situado en una posición secundaria subordinada en el contexto estatal. Este no es necesariamente un problema inherente, pero la gestión política de esta compleja relación ha sido una en la que las autoridades estatales dominantes han sido totalmente urbanizadas y persianizadas, mientras que el pashto y los pashtunes han sido exotizados y construidos como los «otros» en un sentido cultural y político.
Kabul hoy
En última instancia, es la multiplicidad de variables involucradas en la producción cultural nacional en Afganistán lo que es a la vez problemático, pero también maravilloso en la medida en que la diversidad de la experiencia humana también es abundantemente evidente aquí a través de idiomas y relaciones entre idiomas que nunca están libres de jerarquías y relaciones de poder.
OMN- Una última reflexión: ¿Hay futuro para Afganistán como Estado? ¿Hay esperanza de que los afganos tengan un país democrático, libre de intervenciones y que funcione?
SMH- Sí y no. Sí, en el sentido de que hay un futuro para el Estado afgano, en otras palabras, existe la posibilidad de que sobreviva a corto plazo. Dicho esto, también es bastante posible que el Afganistán, tal como lo conocemos ahora, se fragmente en una serie de partes regionales, o que una parte actual de Afganistán quede subsumida en un sistema de gobierno independiente, preexistente o emergente.
De modo que Afganistán puede sobrevivir, pero su supervivencia puede asumir una forma diferente y, por supuesto, siempre habrá que tener en cuenta la memoria histórica de la «fase de Afganistán» de la historia de esta región. No creo que la idea de la representación democrática en el sentido común de que cada ciudadano en cada lugar de un Estado tenga una voz igual en el destino político de ese Estado.
Afganistán nunca ha tenido el perfil democrático ideal. Puede haber alguna forma de democracia que esté tan mutada que se parezca a otro tipo de sistema representativo, y de hecho es posible que ya hayamos visto algunas de las aberrantes expresiones de las prácticas democráticas, como fueron la serie de elecciones plenamente escenificadas y gestionadas que hemos presenciado desde 2001. No hubo un alto nivel de agencia local en esos procesos electorales nacionales que fueron determinados en última instancia por los procesos, preferencias, prioridades y motivaciones de actores externos, lo que permite el tipo de manipulación de los procesos democráticos que vemos en otros lugares, incluidos los Estados Unidos.
El componente negativo de mi respuesta es que no creo que Afganistán vaya a estar libre de intervención. Esto se debe a que, en principio, las principales normas históricas de Afganistán apuntan al movimiento y la interacción, no al aislamiento o la autonomía.
Entrevistaron: Jorge Iacobsohn – Manuel Férez Gil