La crisis financiera egipcia: implicaciones para la región y también para Israel
Por: Colonel (res.) Dr. Eran Lerman
Egipto continúa desempeñando un papel activo en los asuntos regionales, incluida la reunión de emergencia de Aqaba sobre la situación palestina (26 de febrero) y el esfuerzo en curso para evitar una escalada en Gaza. Al mismo tiempo, El Cairo se encuentra en medio de una importante crisis financiera. Los efectos de la guerra en Ucrania, específicamente, la escasez de cereales, llevaron la libra egipcia a más de 30 dólares por libra. La inflación sigue aumentando, al igual que el desempleo juvenil. Todo esto podría desestabilizar a una nación de 105 millones de habitantes
El régimen ha tomado medidas de austeridad para restringir los gastos en moneda extranjera y se movió por primera vez para privatizar segmentos del sector de propiedad militar, una parte considerable de la economía egipcia. También busca reducir la deuda/PIB. Mientras tanto, los principales planes de construcción aún están en marcha, respaldados por las esperanzas generadas por los hallazgos de gas. El papel directo de Israel se limita al sector del gas, de ahí la necesidad de alentar a nuestros interlocutores vitales en el Golfo para ayudar a estabilizar la economía mediante inversiones en la industria y la infraestructura. Jerusalén también necesita plantear durante su diálogo estratégico con EE. UU. y Europa, la necesidad de respaldar las reformas y tener en cuenta, dado lo que está en juego, la utilidad del papel de China para permitir la visión de Sisi “Egipto 2030″.
La economía egipcia en crisis
Los problemas económicos de Egipto se manifestaron a principios del 2023 con el colapso de la libra egipcia, cruzando por primera vez el umbral de 30 dólares por libra. La razón clave fue la escasez de divisas debido al fuerte aumento en el costo del trigo y otros productos de importación esenciales, ya que la guerra en Ucrania interrumpió las líneas de suministro. Las tarifas de los usuarios récord del Canal de Suez, cuya ampliación había sido uno de los grandes proyectos de los que Sisi se enorgullece, solo podían cubrir marginalmente estos déficits. Todo se vio agravado por los efectos persistentes de una disminución en los ingresos estatales en los últimos años, incluida una disminución en el turismo, el impacto del COVID, los ataques terroristas y patrones más amplios en los mercados globales.
El colapso de la libra también se debe a una política de régimen derivada de los compromisos asumidos en el marco del acuerdo con el FMI, aprobado en diciembre de 2022 donde se otorgaría a Egipto un préstamo de hasta 3 mil millones de dólares durante los próximos tres años bajo un EEF – Extended. Se desembolsará en lotes de unos cientos de millones cada cierta cantidad de meses, sujeto a una revisión dos veces al año del cumplimiento de Egipto con las condiciones del FMI. Estos últimos incluyen, entre otros, la flotación de la libra egipcia, una política monetaria restrictiva dirigida a frenar la inflación, recortes presupuestarios destinados a reducir la deuda-PIB (ahora en 88%) y generar centros de crecimiento liderados por el sector privado.
Entre los pasos inmediatos y demostrativos del régimen estuvo la declaración del primer ministro Mostafa Madbouly (9 de enero de 2023) de que hasta el final del año fiscal egipcio (en junio), habrá severas restricciones a todos los gastos gubernamentales en moneda extranjera, incluidos viajes al extranjero y adquisiciones en la mayoría de los ministerios gubernamentales, excepto los ministerios de Defensa, Relaciones Exteriores, Interior y Salud (una lista que indica cuáles son las capacidades básicas del estado ahora). Todas las acciones por encima de los límites necesitarán autorización al más alto nivel. Nada de esto sacaría a Egipto de sus dificultades, pero pretendían ser un mensaje, una prueba del reconocimiento por parte del régimen de la gravedad de su situación, dirigido tanto al FMI como al público egipcio.
En esta etapa, no hay indicios de que las medidas tomadas por el gobierno, modificadas por gestos hacia las clases más pobres, como la distribución de pan de pita y otros artículos de primera necesidad, hayan dado lugar a disturbios políticos significativos. Sin embargo, si el declive económico continúa, es difícil predecir cuándo podría llegar el punto de inflexión. Para Israel, existen razones estratégicas para tratar de evitar acontecimientos que podrían conducir a la inestabilidad en el país más importante de nuestra frontera.
Tendencias positivas en el horizonte
Dado el compromiso constante de promover los mercados libres, un conjunto de acciones derivadas de las demandas del FMI se refleja en la decisión del gobierno egipcio de privatizar los activos estatales, específicamente aquellos que son propiedad de las fuerzas armadas. Por primera vez, puede ser posible abrir a la inversión y la competencia en sectores que durante décadas han estado bajo el control del estamento militar y constituyeron alrededor de un tercio de la economía nacional. Más allá de los ingresos de la privatización, esto también puede ayudar a corregir los impedimentos estructurales que durante mucho tiempo han lastrado el crecimiento de Egipto. El FMI ha sugerido un punto de referencia de 14.000 millones de libras para la inversión privada a partir de estas medidas en los tres años bajo revisión.
Otro rayo de luz potencial, junto con las perspectivas de un repunte del turismo en la era posterior a la pandemia y a medida que el terrorismo disminuya (aunque las afirmaciones de victoria del régimen parecen prematuras) proviene del campo de la energía, específicamente la serie de descubrimientos en las aguas de la ZEE egipcia. El anuncio (15 de enero de 2023) de que una asociación de ENI y Chevron descubrió gas en el campo marino de Narjes se puede agregar a avances anteriores que ofrecen una perspectiva de alivio económico, si es que se hacen arreglos en la cuenca del Mediterráneo Oriental que permitan cooperación en exportaciones. Aún así, las exportaciones de gas solo afectarán la economía y la balanza de pagos unos años más adelante.
¿Cómo puede Israel ayudar?
Como se señaló anteriormente, la estabilidad continua del orden político en Egipto se encuentra entre los intereses nacionales más importantes de Israel, aunque solo sea porque la alternativa: el colapso del gobierno en una nación de 105 millones de ciudadanos en nuestra frontera y posiblemente una toma total o parcial por totalitarios radicales islamistas en el Sinaí y/o Egipto, constituye en sí mismo un grave peligro para la seguridad nacional de Israel.
Además, el régimen de Sisi, a pesar de los puntos de fricción de vez en cuando, se ha posicionado como un actor constructivo hacia la normalización árabe-israelí, uniéndose al Foro de Negev (junto con EE. UU., Israel, Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Marruecos) y sirviendo a través de su servicio de inteligencia como un intermediario eficaz con Hamas en una variedad de temas, incluido el destino de los israelíes y los cuerpos retenidos en Gaza. Egipto desempeñó un papel en la reunión de emergencia de Aqaba y será el anfitrión de la próxima ronda. Si bien es cierto que la posición de El Cairo sobre la cuestión palestina permanece sin cambios y su postura hacia Israel en las instituciones de la ONU sigue siendo bastante hostil, la cooperación en otros aspectos de la relación, incluida la guerra contra el terrorismo en el Sinaí, está más cerca que nunca. El régimen ahora afirma haber logrado un resultado decisivo en la lucha contra la «provincia de Sinaí» de ISIL, y hasta cierto punto, como está dispuesto a admitir en privado, con la ayuda de Israel.
Sin embargo, en la economía, las influencias directas de Israel son bastante limitadas:
*Suministro de gas desde campos israelíes, que permite a Egipto exportar GNL desde sus instalaciones existentes (que han estado inactivas durante mucho tiempo) en la costa mediterránea.
*Los arreglos QIZ, que permiten vender productos egipcios a los EE. UU. bajo los términos del TLC entre Estados Unidos e Israel, siempre que se trate de un cierto porcentaje de insumos israelíes.
*Más importante aún, el gobierno israelí puede y debe utilizar la variedad de vías diplomáticas disponibles, incluido el EMGF (Foro de Gas del Mediterráneo Oriental) y el Foro de Negev, así como consultas estratégicas bilaterales con los Estados Unidos y las potencias europeas, para apoyar políticas que pueden ayudar a que Egipto se libere de su situación actual:
Es importante buscar una resolución acordada, en estrecha coordinación con Grecia, sobre la delimitación de la ZEE en el Mediterráneo oriental, actualmente impugnada por Turquía. Hay espacio para el compromiso, basándose en el modelo israelí-libanés, particularmente si parece haber una voluntad en Libia de renegociar el MoU de noviembre de 2019 con Ankara.
Alentar a los estados del Golfo, encabezados por los Emiratos Árabes Unidos (y Arabia Saudita), a aprovechar el potencial de inversión trazado por el FMI e invertir en sectores productivos significativos de la economía egipcia, incluidas empresas de propiedad militar que ahora pueden estar a la venta. Dirigir la atención de los establecimientos de seguridad nacional en países amigos, sobre todo, EE. UU. y Europa, a la necesidad de brindar el respaldo necesario para las reformas de Sisi y tratar con indulgencia el papel desempeñado por la República Popular China en los proyectos egipcios.
Hay y habrá formas para que el régimen egipcio sea consciente de estas discretas acciones israelíes, que reflejan los intereses de seguridad nacional de Jerusalén en lugar de un acto de altruismo. No obstante, Israel puede contribuir a consolidar las relaciones bilaterales y reforzar el compromiso de Egipto con el Tratado de Paz de 1979.
Fuente: JISS
Traducción: Gastón Saidman